El desafío de nivelar sin techo

Domingo 30 de agosto de 2015
Pedagogos y docentes admiten que la escuela de hoy, que está viviendo una transformación, todavía no encontró el camino para incluir a todos los niños, con sus necesidades de aprendizaje individuales.
Advierten que en esta prueba y error de las normativas y sin la capacitación a los docentes, se pierde la posibilidad de que los chicos puedan desarrollar su potencial en el ingreso a la escolaridad formal, pese a que la ley garantiza el derecho del ingreso temprano a la escuela para promover la igualdad de oportunidades educativas.
Gloria Fernández es docente e investigadora en educación, y directora del Instituto Superior de Formación Docente de la Normal Mixta. En conversación con El Territorio dio su mirada sobre los límites de la escuela y la búsqueda para superarlos. “Descubrir que un niño tiene un talento especial para el estudio o para alguna área es más fácil en el Nivel Inicial; sin embargo, la formación docente no prepara a los maestros para esta tarea, y así sin contención y sin desarrollo esta capacidad se va olvidando, esa es una deuda de la escuela”, consideró.
Y analizó que “en el aula un maestro puede detectar que hay un chico con un talento, pero no hay en Educación un equipo formado para hacer el diagnóstico, debería contarse con un equipo profesional que haga el seguimiento a estos alumnos, esto es una decisión política”.
Evidenció que en general, los maestros no tienen las herramientas para darse cuenta de que un alumno es brillante, y surgen los problemas de conducta porque el chico se aburre.
“La solución no es darle 20 divisiones para que esté ocupado más tiempo, sino que radica en poder acompañar la complejidad del contenido que el niño está demandando”.
Para la investigadora la realidad de un aula donde el docente proponga multiplicidad de tareas y que incorpore las tecnologías como herramientas para construir conocimientos nuevos está todavía lejana.
“En los informes de las escuelas puede leerse que siempre se acentúan las carencias, el contexto económico o cultural, pero si el niño tiene la capacidad innata se va a destacar igual en la escuela que sea; y el desafío es la igualdad de oportunidades, en este caso la igualdad lleva el techo más arriba, y hace que el chico se supere y no se estanque”.
Ejemplificó que estos chicos excelentes tienen una capacidad diferente, “pero usamos esa categoría para lo que falta y no para lo que supera la media, esa es una deuda de la escuela, de todo el sistema educativo y de la formación de docentes, porque hoy la escuela da unos contenidos mínimos que son iguales para todos y no incluye al que demanda más, aunque sí da más posibilidades al que no llega, el que no aprueba tiene tres previas, tiene tutorías”.
En tanto, la profesora Carmen Ríos, referente de la fundación OMA, sostuvo, con la autoridad que le otorga su trayectoria de más de 20 años preparando alumnos para las olimpíadas de matemática: “La escuela tiene un techo, el desafío es que no haya techo para el conocimiento, los docentes de OMA observamos que por la escuela circulan viejas tradiciones como el docente expositor y verticalista, no se promueve el diálogo; también si hacemos un mea culpa hay que decir que hay mucho temor en los docentes de ser superados en conocimientos por los alumnos”.
En este punto, Nelly Alonso remarcó que hay que tener mucha honestidad intelectual para ejercer la profesión docente, “el docente no tiene que saber todo, puede proponer una consigna y dejarse sorprender con la imaginación, con la creatividad de los chicos, es muy lindo poder reconocer los límites propios, no lo veo como una debilidad, al contrario creo que los alumnos valoran mucho a un profesor o un maestro que dice ‘esto no lo sé, podemos investigar juntos’”.
Una conclusión común de las docentes es que la escuela se debe un debate serio y amplio acerca de la calidad educativa y la inclusión.

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