La tradición de vestir a la ciudad

Domingo 21 de diciembre de 2014
Entre todos. | Los chicos de las iglesias ayudan con la elaboración de los adornos. | Foto: Graciela González
La Capital Provincial de la Música Cervecera volvió a vestirse de fiesta con sus adornos navideños hechos con material reciclado y botellas de plástico. Cada vez son más los visitantes que se asombran ante estas verdaderas obras de arte, a las que se dedicaron horas de trabajo.
Si bien en varias localidades se ven arbolitos, pesebres y algunos otros adornos navideños de material reciclado, Capioví lleva la delantera en esta tarea, que se está volviendo parte del patrimonio social, ya que cada vez más vecinos se suman a la iniciativa.
Este año, la ruta nacional 12 luce enormes paquetes de regalos de botellas plásticas, guirnaldas, muérdagos, y bochas de colores, que invitan descubrir mucho más dentro de la pequeña localidad. Al llegar a la plaza central, los bulevares están impregnados de luces y colores, arbolitos y adornos.
El año pasado, lo más llamativo fue el trineo de Papa Noel y los renos. Este año se sumó un trencito, donde un carismático personaje barbudo lleva los regalos, velas y paquetes.
Por la noche, principalmente, la plaza de la ciudad es el lugar de encuentro para grandes y chicos que no dejan de admirar la gran logro.
Este espectáculo navideño es único y es posible compartir una imagen gracias al trabajo de muchos vecinos de la localidad que decidieron sumarse al operativo de Navidad. Desde 2010, la calle Luis Gonzaga es la admiración de todos los transeúntes que cruzan por allí. Vecinos de todas las generaciones se sumaron a la tarea de adornar la avenida principal.
Este es un trabajo que incluye la cooperación de toda la comunidad. En 2009, por ejemplo, los niños de la iglesia San Luis Gonzaga ocuparon su tiempo en recortar botellas y adornaron la iglesia.
"En esa época había un grupo de trabajo de catequesis que recorrió la localidad para recaudar fondos, alambres, botellas y todo lo necesario. La idea era incentivar a los niños a hacer otras actividades y que hagan trabajos que los disfrute toda la comunidad”, relató Úrsula Kleiner, una de las vecinas.
En 2010, la misión fue un poco distinta: “Decoramos la iglesia y un grupo de mujeres nos juntamos y decidimos hacer más adornos y embellecer toda la avenida. De a poco se fueron sumando más vecinos, algunos venían un día o dos, otros acompañaron todo el proceso, otros prestaron sus grúas, herramientas. El municipio también colaboró y el trabajo lo hicimos todos los vecinos, no sólo fieles de la iglesia católica, también de otros credos”, destacó Úrsula.
Así armaron un árbol con más de 4.000 botellas plásticas y lo colocaron en la plaza principal. Además, pusieron 18 estandartes y 18 ramos de flores (todos hechos con plástico) para completar los adornos de 36 farolas de la avenida. Y por si eso fuera poco, fabricaron un pesebre en el patio de la iglesia. La idea de trabajar con botellas de plástico la trajeron de Brasil, y año a año la van mejorando.
“Este trabajo lo habíamos iniciado para que los niños se acerquen mas a la iglesia, que no es sólo ir a misa, sino darle otro sentido”.
El sueño de Úrsula y de muchos otros vecinos se hizo realidad de la manera menos pensada. En la actualidad, la repercusión de la actividad es muy buena y obliga a seguir sumando decorados y más personas para trabajar. El entusiasmo crece, teniendo en cuenta que cuando termina este espectáculo navideño, se toman un pequeño descanso y vuelven a trabajar, juntando material reciclado, pintura, aprendiendo nuevas formas para mejorar lo que ya habían hecho e ir creando nuevos adornos.
“Requiere esfuerzo, entrega, y tiene una recompensa, la gente viene de buena voluntad a trabajar, comparte cosas, disfruta. Somos como una gran familia. La gente viene, ayuda, y todos compartimos lindos y gratos momentos y vamos viendo las habilidades de cada participante. Nuestra expectativa es crecer” , concluyó Úrsula.

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