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Biblioteca Popular Sur Argentino, 23 años de corazón comunitario

De páramo a jardín de palabras

Nació para dar respuesta a una necesidad muy concreta, el acceso al conocimiento y la cultura en el barrio alejado del centro. Hoy continúa una tradición de fomento de la lectura
domingo 30 de junio de 2024 | 6:05hs.
Margarita Tello en un nuevo episodio de ‘La abuela cuenta cuento’ en la Biblioteca Popular Sur Argentino.  Foto: Marcelo Rodríguez
Margarita Tello en un nuevo episodio de ‘La abuela cuenta cuento’ en la Biblioteca Popular Sur Argentino. Foto: Marcelo Rodríguez

Hace años en esas lejanas tierras del Sur posadeño un puñado de vecinos habitó un sueño. Transformar el desolado paisaje en comunidad. Donde había maleza germinó la plaza para los niños, después llegó el agua corriente y la salita de salud, más tarde la escuela primaria. Codo a codo los pobladores de Sur Argentino trabajaron en mejoras y a las contadas casas de entonces se fueron agregando otras y otras.

“Esto era realmente un páramo cuando llegamos hace casi 50 años, acá casi que terminaba Posadas, era todo campo y sólo había animales pastando”, recordó Jorge Atencio y a esa postal del pasado su esposa Margarita Tello agregó: “Estamos a 12 kilómetros del centro y hoy parece más cerca porque la ciudad creció mucho y tiene más servicios, hay más colectivos, pero aún así es bastante apartado”.

El matrimonio además de participar activamente en otros proyectos pioneros de desarrollo en la zona, fundó la Biblioteca Popular Sur Argentino, corazón cultural del barrio homónimo.

La biblioteca abrió sus puertas el 13 de octubre de 2001 concretando una idea de Atencio para propiciar el acceso a los libros y a la cultura para las familias del lugar. Y especialmente dedicada a los chicos que para hacer sus tareas escolares y buscar información debían desplazarse hasta el centro posadeño, “en ese tiempo ni sabíamos lo que era internet y había que tener el libro”, evidenció el creador del espacio.

Hacer realidad la biblioteca ladrillo a ladrillo requirió esfuerzo, autogestión y la colaboración de numerosas personas e instituciones, entre ellos una charla a beneficio que brindó Claudio María Domínguez ante un auditorio Montoya colmado y la entrada consistía en libros.

Ahora, con más de dos décadas de trayectoria la biblioteca sigue funcionando a pulmón con la labor comprometida de sus impulsores, el resto de los integrantes de la comisión directiva y algunos voluntarios y, en esta nueva etapa se busca acompañar a los niños y adolescentes en sus trayectos educativos y también brindar propuestas de aprendizaje en otras áreas incorporando la tecnología y espacios de recreación.

La lectura, un horizonte
Entre las iniciativas el fomento de la lectura es central y un horizonte desde el primer día. “La lectura es la base para hacer posible los sueños, leer abre las puertas a nuevos mundos, a nuevos saberes, y por eso en nuestra biblioteca hacemos mucho hincapié en que los chicos lean, disfruten de un buen libro, de contar y escuchar historias”, indicó Tello, que preside la comisión directiva de la biblioteca.

Parte de este desafío es la acción ‘La abuela cuenta cuento’, una ronda de lectura en voz alta donde se comparte la palabra y la escucha. “Yo soy la abuela cuenta cuento y también tenemos una muñeca que representa el personaje de esta abuela, ella siempre está en un rincón con un libro en el regazo y sale a escena cada vez que tenemos esta propuesta. Hacemos una ronda, conectamos el micrófono, elegimos un libro. Empiezo leyendo y después van leyendo los chicos y cerramos comentando la lectura, buscando la idea central y analizando lo que nos quiere decir el texto”, describió.

Biblioteca Popular Sur Argentino
La biblioteca realiza acciones de promoción de la lectura. Foto: Marcelo Rodríguez

Este ejercicio didáctico y lúdico es una herramienta ideal para practicar la lectura y compartir ideas en un marco de respeto donde todo aporte es valioso. Suele suceder que terminada la ronda de lecturas los chicos pidan más libros para continuar con la magia de descubrir historias y aventuras.

“Siempre digo que nuestra biblioteca es bastante atípica, porque no es silenciosa ni ceremoniosa, los niños y adolescentes se apropian del lugar, buscan en los estantes y eligen ellos los libros y pueden leer en la mesa o sentados en el suelo, la idea es que los libros siempre estén a la mano de los chicos”, refirió.

Para organizar la biblioteca y las propuestas que ofrece al público, Tello en los inicios del proyecto recorrió bibliotecas populares y solicitó asesoramiento especializado. “Estoy a cargo de la biblioteca desde que se abrió, pero no soy bibliotecaria ni docente, yo vengo del sector gastronómico, mi esposo me pidió que me quedara al frente un tiempito y pasaron 23 años y sigo acá enamorada de este trabajo que es ad honorem y de aportar mi granito de arena a que los chicos lean”, expuso la referente cultural y siguió: “Fue todo un largo aprendizaje y sigo aprendiendo y pensando actividades que puedan interesar a los chicos y sumar a la comunidad”.

Servicios
La sala de lectura de la biblioteca cuenta con ejemplares donados por la gente y también comprados año a año con aportes de Conabip, lo que posibilita disponer un catálogo variado y actualizado. “Nuestra idea es que más vecinos se acerquen, de todas las edades, acá vienen de nuestro barrio y de zonas cercanas, y que los niños nos vean leer es un ejemplo muy lindo que podemos dar como adultos”, ponderó. Asimismo, se cuenta con proyectos en articulación con instituciones educativas, clases de apoyo, taller de ajedrez, el aula maker de la Escuela de Robótica que se dicta en un salón especialmente acondicionado, entre otras iniciativas.

Libros y pantallas, equilibrio
La experiencia cotidiana en la biblioteca le permitió al grupo a cargo realizar un análisis del comportamiento de los usuarios tras la pandemia, con énfasis en los niños y jóvenes, “antes de la pandemia, los chicos venían a estudiar a la biblioteca y pasaban horas acá leyendo y jugando, asistiendo a las clases de ajedrez, cuando se estableció la cuarentena tuvimos que cerrar y luego volvimos con grupos reducidos, y así hasta que se regresó a la normalidad se perdió un poco ese hábito de venir a leer o al menos varios lo reemplazaron por el teléfono y están mucho en pantallas”, consignaron con cierta preocupación.

Ante este escenario se encaminan a recuperar a los lectores con actividades de lectura colectiva y difundiendo la diversidad de títulos con que cuentan en sus estantes para acrecentar la lista de socios. A la vez, potencian las actividades interactivas a tono con los nuevos formatos de lectura e incluyen las nuevas tecnologías como el espacio de la Escuela de Robótica. “Tenemos alrededor de 30.000 libros entre clásicos, temáticos de estudio, novelas más actuales, y mucha literatura para los chicos”, enumeraron.

Como todas las actividades son gratuitas, la biblioteca compra los artículos de limpieza y afronta otros gastos de funcionamiento con la venta de alfombras que realiza artesanalmente Margarita y con una feria americana.

Los coordinadores confían en que este trabajo comunitario sea una huella a seguir para las generaciones más jóvenes. Es que como el diente de león, la cultura, las palabras vuelan asemilladas, viajan esperanzadas con prender y alcanzan destino de raíz en las bibliotecas populares.

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