En San Pedro

Gira educativa para aprender en comunidad e inculcar en los niños a preservar la flora y fauna

Una organización conformada tanto por misioneros como personas de distintas provincias trabaja en fomentar el cuidado del medioambiente con jornadas intensas en escuelas
viernes 28 de junio de 2024 | 8:15hs.

Muchas son las personas y agrupaciones que deciden trabajar por la conservación del ecosistema. Con orígenes diversos pero gran compromiso, los integrantes del proyecto Selva de Pino Paraná en San Pedro avanzan con el ciclo de jornadas de educación ambiental.
Hace más de dos décadas que la asociación se acerca a unas 25 escuelas de la zona con el objetivo de transmitir un mensaje alentador y enriquecedor que involucre a todos cuando se trata de cuidar el entorno. Ya llevan realizadas más de 300 jornadas, ante casi 700 alumnos con el desafío es logar erradicar la domesticación de animales silvestres, entre otras temáticas.
Según explican desde el proyecto, son varias las propuestas que se llevan a cabo actualmente en la Capital de la Araucaria y alrededores que apuntan a la preservación del medio ambiente. Entre ellas se destacan las jornadas de Educación para la Conservación en escuelas, que hacen desde 2007. La propuesta se postula como necesaria en un municipio donde el cambio de hábitos en actividades cotidianas y productivas es crucial para preservar los recursos naturales.
La iniciativa, que convoca a referentes de distintas profesiones, surge a raíz del pedido de padres y abuelos de la colonia Santa Rosa, azotada en 2009 por el Tornado. Allí se contactaron con investigadores del proyecto y pidieron que se visitase la escuela para hablar sobre el loro pecho vinoso, ave que fue declarada como monumento natural provincial y representa al pueblo de Tobuna, donde se encuentra la mayor población de este animal.
Desde ese momento, cada año con una dinámica muy especial, Selva de Pino Paraná llega a las escuelas con una propuesta educativa renovada y una amplitud de temas a tratar. “Aprendemos junto a toda la comunidad educativa acerca de la importancia de la conservación de la selva y las especies nativas de la región. Es muy satisfactorio para las personas que trabajamos en esto ver crecer a cada grupo de estudiantes, poder visitarles para charlar, escuchar sus anécdotas y conocimientos del monte y reflexionar sobre su cuidado”, indicaron sus realizadores al mencionar alguna de las premisas del proyecto.
Las actividades que proponen fomentan la construcción de conocimientos y experiencias a partir de lo que cada grupo de participantes ya sabe sobre el monte. “En cada visita preguntamos qué conocen sobre el monte o una especie en particular, escuchamos sus experiencias, y a partir de allí compartimos nuestros conocimientos y experiencias también. Por ejemplo, cuando hablamos del Loro Pecho Vinoso, siempre comenzamos preguntando si conocen la especie, de qué colores es, dónde vive o cómo canta. A partir de las respuestas vamos realizando cada actividad” explicaron.
De este modo buscan lograr un intercambio de conocimientos, dándole valor a lo preexistente que cada estudiante trae a clases. Particularmente buscan reflexionar sobre la relación de las personas con la vida silvestre. “Con esto queremos fomentar a que la comunidad educativa desarrolle actitudes positivas hacia los ecosistemas nativos. Y, por supuesto, nos encanta hablar sobre la importancia de muchas otras especies nativas que son símbolos de nuestra zona, como la Araucaria o Pino Paraná, el Carayá Rojo, el Carpintero Cara Canela y el Yaguareté” precisaron.
Con ese ímpetu, desde 2007 ya realizaron más de 300 jornadas educativas en escuelas primarias y secundarias del departamento. Entre el 2021 y el 2024 participaron entre 500 a 750 alumnas y alumnos por año en cerca de 25 establecimientos educativos. Las escuelas que visitan se encuentran principalmente en las zonas rurales, desde los alrededores de la ciudad de San Pedro hacia el noreste hasta la localidad de Piñalito Sur.
Este año, entre las escuelas que visitaron se encuentra la 915 de Puerto Argentino II y la escuela 364 de Piñalito, donde las actividades son planificadas de acuerdo al ciclo. Con los grupos de primer a tercer grado la actividad comienza con la lectura de un cuento. Luego, conversan sobre la narración, en la que los protagonistas recorren con su vista un árbol y observan muchas especies que viven o se alimentan allí. Después, cada participante hace su propio títere sobre algún personaje que le haya gustado.
“Al finalizar los títeres y con el cuento en la mente, salimos al patio de la escuela a observar los elementos del ecosistema que encontramos, relacionándolos con el cuento que leímos. Para el final hablamos sobre la importancia de los árboles, sus beneficios más importantes para los animales y las personas. Hay momentos donde jugamos, cantamos y compartimos historias de lo más divertidas” detalló Cecilia Orozco, parte de esta propuesta.
En tanto, para el segundo ciclo hacen dos visitas con actividades que están orientadas principalmente a incentivar la observación de seres vivos, practicar el reconocimiento de especies nativas y discutir sobre los elementos importantes del ecosistema para esas especies. Además, resaltan que las personas también forman parte importante del ecosistema, y que cada acción puede ayudar a conservar el hábitat fundamental de esas especies.
En ese sentido, para los alumnos de segundo ciclo proponen dibujos, dinámicas grupales, reconocimiento de características de algunos animales con recursos fotográficos y una salida de observación al patio de la escuela para reconocer las especies por medio del uso de herramientas como binoculares y lupas. “Con el segundo ciclo fomentamos el juego y la diversión, mientras conversamos y aprendemos sobre las especies nativas y los ecosistemas de los que formamos parte” destacaron desde el proyecto. Desde las escuelas abrazan la iniciativa ya que para la mayoría de los alumnos estos artefactos son desconocidos y los descubren con enorme curiosidad.
Además es importante que la comunidad sea consciente de su papel en la conservación de la selva. “Consideramos significativo plantear situaciones problemáticas cuyas resoluciones provoquen reflexiones y acciones que los preparen para, en un futuro, actuar como agentes de cambio y protección de nuestros ecosistemas. Nuestro papel es acompañar y guiar a los chicos y docentes, respondemos inquietudes, mientras compartimos un día lleno de aprendizajes y risas” resaltaron.
Aunque cada grupo de alumnos es particular y tiene sus curiosidades, resaltaron que a todos “les encanta compartir muchas historias y anécdotas”. Asimismo, poder descubrir su entorno también es celebrado. “Eso les gusta mucho, miran a detalle cada elemento de la naturaleza y se asombran a cada paso” contaron.
Desde Selva de Pino Paraná apuestan a seguir trabajando e impulsando la idea de que los animales silvestres no son mascotas. Además, pretenden reforzar la idea de que todas las personas forman parte de la selva, se benefician de ella y cumplen un papel preponderante para su cuidado y conservación.
Desde la página web www.pinoparana.org se pueden ver sus acciones, conocer a sus miembros y contactarse por consultas. También pueden encontrarlos en Instagram y Facebook como Proyecto Selva de Pino Paraná.

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