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Reanudaron el juicio por el homicidio de Nicolás D’Amico y declararon cinco de los siete imputados

Los cargos más graves recaen sobre los hermanos Diego y Gustavo Benegas y Jonathan y Diego Gutiérrez. Hoy entraron en contradicciones respecto a lo que declararon en la instrucción, lo que era de prever teniendo en cuenta el monto de las penas previstas. El debate continuará mañana desde las 8.30
lunes 01 de julio de 2024 | 18:05hs.

Tras la suspensión del primer debate, el pasado 14 de mayo, este lunes se reanudó el juicio por el homicidio del vendedor de carnes Nicolás “Junior” D’Amico (35), perpetrado el 30 de octubre de 2015 en la carnicería La Rueda de Oberá.
Si bien son siete los imputados, los más comprometidos son Diego Benegas (40) y Jonathan “Yony” Gutiérrez (31), quienes están procesados por homicidio agravado por alevosía y premeditación, por lo que ya estuvieron detenidos hasta que se venció el plazo de la prisión preventiva. Ambos llegaron al juicio en libertad, aunque afrontan la pena de prisión perpetua.

Por su parte, los hermanos de los citados -Gustavo Benegas (37) y Diego Gutiérrez (34)- están acusados de encubrimiento agravado.

En tanto, Gustavo García (32) se halla imputado por encubrimiento agravado; mientras que el ex policía Guillermo Sebastián Rockenbach (37) y Guillermo Andrés Burkiewicz (36) fueron acusados por tenencia ilegal de arma de fuego y entrega de arma de fuego a quien no acredita la condición de legítimo usuario.

Este lunes, en la primera de las cinco audiencias previstas por el Tribunal Penal Uno de Oberá, declararon los hermanos Benegas y Gutiérrez, además de Burkiewicz y Rockenbach. Sólo García optó por guardar silencio.
El debate continuará mañana, desde las 8.30, con la declaración de los primeros de los 44 testigos citados.

Nueva defensa
Vale recordar que la fecha inicial del debate fue pactada para el 14 de mayo, instancia en la que surgió una innegable traba jurídica derivó en la suspensión del debate y la reprogramación.

Ocurre que en un primer momento el defensor oficial Matías Olivera asumió el patrocinio de los hermanos Benegas y Gutiérrez, los cuales se acusaron entre sí y son los más implicados en el crimen.

Por ello, Olivera puso en evidencia que estaba defendiendo “intereses contrapuestos”, ya que “los hermanos Benegas y Gutiérrez se acusan entre sí y la defensa de todos es la misma, siendo eso incoherente. Si continuamos hasta podría incurrir en un delito”, subrayó.

Con criterio, se preguntó “qué confianza puedo tener si defiendo a los dos, pero uno de ellos está faltando a su honorabilidad”, al tiempo que subrayó: “La defensa en juicio es inviolable (…) llevar a cabo un juicio en estas condiciones sería injusto e ilegal”.

En consecuencia, el Tribunal hizo lugar al pedido y reprogramó el debate.

Respecto a la nueva defensa de los imputados, Olivera asiste a los Gutiérrez y los Benegas cuentan con el patrocinio de Yamile Soledad Scholles, defensor oficial de Alem.

Deslindaron culpas
El juicio por el homicidio de D’Amico se realiza en el segundo piso del Palacio de Justicia de Oberá, predio elegido por una cuestión de espacio.

Con relación a la declaración de los imputados, Burkiewicz ratificó que le vendió un revólver calibre 22 a Diego Benegas, quien recibió el arma de manos de Rockenbach, aunque afirmó que nada sabía de las intenciones de cometer un crimen.

De todas formas, por el estado del cuerpo calcinado no se pudo corroborar si sufrió o no disparos.

Por su parte, tanto los Benegas como los Gutiérrez entraron en contradicciones respecto a lo que declararon en la instrucción y deslindaron responsabilidades, lo que era de prever teniendo en cuenta el monto de las penas previstas.

Tras ser asesinado en la carnicería ubicada sobre avenida De las Américas y Salto Sokalski, el cadáver de D’Amico fue colocado en el baúl del auto de la víctima, el cual fue trasladado e incendiado en colonia El Chatón, Leandro N. Alem, a 20 kilómetros de Oberá.

“Había sangre por todos lados”
En la relectura de la requisitoria de elevación a juicio, se expusieron las pruebas contra los imputados, como ser la declaración de uno de ellos, Diego Gutiérrez, quien acusó a su propio hermano Yony.

“En un momento veo que mi hermano Yony y Diego (Benegas) lo levantan a Junior y lo llevan hasta el baúl del auto, lo arrastraron de la camisa y el pantalón desde la oficina hasta el Bora que estaba de culo, al lado de la oficina (…) Le metieron primero la cabeza y después los pies, todo doblado”, señaló respecto al día del hecho.

La víctima era oriunda de Lobos, Buenos Aires, y vendía carne para un frigorífico de aquella provincia. El viernes 30 de octubre del 2015 estuvo en la carnicería La Rueda y al mediodía compartieron un asado.
Entrada la tarde volvió para cobrar una cuenta, circunstancia en la que habría sido asesinado tras una fuerte discusión con Diego Benegas.

Según el expediente, el propietario de la carnicería y Yony Gutiérrez habrían sido los autores materiales del hecho, tras lo cual cargaron el cadáver de la víctima en el baúl de su propio Volkswagen Bora y condujeron por la ruta Nacional 14 hasta el paraje El Chatón, donde quemaron el auto.

Posteriormente, el sistema de rastreo satelital del Bora confirmó antes de ser incendiado estuvo en la carnicería de Oberá.

El testimonio de Diego Gutiérrez no hizo más de confirmar las sospechas. Relató que la tarde del hecho Diego Benegas lo llamó para hacer limpieza, tarea que cumplía cada tanto, puesto en ese entonces era aspirante a Prefectura.

“Estaba limpiando las sierras en la carnicería y Diego me manda a llamar a la oficina. Voy, y ahí estaba Junior en el piso golpeado (...) Junior estaba entre unos escritorios. Había sangre por todos lados y estaba muerto. Al lado de Junior estaba tirado un fierro (…) Yo lo vi a Diego que andaba con ese fierro que buscó de la choricera, yo lo vi porque estaba limpiando la cámara”, relató.

Testigo y acusado
Tras detallar cómo cargaron el cuerpo en el Bora de la víctima, Diego Gutiérrez aseguró que el dueño de la carnicería le pidió que vaya con su propio auto al frente en la ruta para ver si había controles.

“Salimos con Yony y Diego venía atrás, hasta que nos pasó en la YPF antes de la tabacalera. Ahí entró en la picada a la izquierda, de Oberá hacia Alem. Mi hermano me decía: seguile, seguile. Hicimos 300 metros más o menos y Diego metió el auto en un tesal y lo roció con un bidón de nafta que llevaba mi hermano. Durante el viaje mi hermano me decía que me quedara tranquilo que lo iban a hacer desaparecer y yo le respondía que están locos”, aseguró.

Brindó detalles de cómo incendiaron el coche y el cuerpo, circunstancia en que su hermano se quemó un brazo, tras lo cual regresaron a Oberá.

“Eran las diez de la noche, volvíamos a la carnicería y Diego me decía que me calle la boca, que estaba todo bien. Le dije: Vos me enterraste, y me respondió: Quedate tranquilo, vos no tenés nada que ver, yo te voy a dar plata para vos y tu hermano”, indicó.

“Qué hacés loco, pará”
Quien también aportó datos estremecedores fue Gustavo García. En sede judicial indicó que el 30 de octubre al mediodía comieron un asado y luego cada uno se fue por su lado.

“Tipo siete de la tarde volvió Junior cuando aún estaban abiertas las puertas de la carnicería. Más tarde, a las ocho, vi que Diego Benegas tenía un hierro en la mano cerca de las cámaras frigoríficas. Se puso el hierro debajo de la manga de su campera. En la oficina estaban Junior y Yony. Su hermano Diego Gutiérrez estaba en el sector de carnes ayudando a limpiar.

Ahí Diego va hasta la oficina y lleva un maletín, eso me contó Diego después. Yo estaba en el sector de la choricería, a unos 30 metros de la oficina y escuché un grito: Qué hacés loco, pará, y también escuché ruidos como que se caían escritorios (…)

Diego Gutiérrez entró también a la oficina. Después Diego Benegas salió con el hierro en la mano y nos dijo a Gustavo (Benegas) y a mí: Quédense tranquilos no pasa nada, yo lo maté, yo me hago cargo”.

Y agregó: “Gustavo cuando entró a la oficina y vio que le estaban golpeando a Junior, les gritó que paren de pegarle y salió asustado. Después de eso, Diego Benegas salió a buscar el Bora de Junior que estaba en la playa de estacionamiento y ubica el auto en la puerta trasera de la oficina, baja y le pide a Yony que lo ayude a cargar el cuerpo. Yony tenía puesta una camiseta de Boca y un pantalón de la carnicería y un bidón de cinco litros con nafta en la mano. Diego Benegas abre el portón blanco, antes cargaron el cuerpo al auto (…) Diego y Yony Gutiérrez antes salieron con el Renault 9 a ver si no había controles. Yo estaba en una pieza, ya no quería seguir viendo”.

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