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En uno de los casos la adolescente contó que la llevaron a un galpón y le sacaron sangre

Tres casos en una semana: volvieron las denuncias por rapto en Misiones

Las presentaciones fueron realizadas por los padres de dos pequeñas de 9 años y de una adolescente de 15. Los supuestos hechos ocurrieron en Candelaria, Garupá y Montecarlo
domingo 30 de junio de 2024 | 6:05hs.
Por el caso de Garupá fue detenido un hombre de 57 años, que luego fue liberado.
Por el caso de Garupá fue detenido un hombre de 57 años, que luego fue liberado.

En una semana, tres presuntos hechos de rapto que fueron denunciados en Candelaria, Garupá y Montecarlo, reabrieron el debate en la opinión pública sobre la supuesta operatividad de bandas dedicadas a la trata de personas en Misiones.

Y si bien en los tres sucesos alertados recientemente no se hallaron hasta el momento elementos suficientes para confirmar esas sospechas, sí despertó en padres y tutores una luz de alerta ante cada salida de un menor a la calle.

De acuerdo al recuento de casos que elaboró este matutino, el primer episodio alertado a la Policía ocurrió el pasado miércoles 19 de junio en Montecarlo.

A partir de la denuncia radicada por el padre de una niña de 9 años, esta última fue abordada en horas del mediodía por un desconocido cuando esperaba ser buscada por su mamá en una parada de colectivos de la avenida Libertador y calle Ayacucho.

La menor, que había salido de clases en un reconocido instituto de la localidad, notó que el conductor de un vehículo blanco, al verla sentada en la parada, giró en U por la avenida y se detuvo frente a la pequeña. Y durante varios minutos intentó persuadir a la estudiante a que se suba al coche.

Por fortuna, el desconocido al ver la presencia de otros vecinos, decidió irse del lugar no sin antes despertar mucho miedo en la pequeña que minutos más tarde alertó de lo sucedido a sus padres.

Dos días después a este caso, pero en Candelaria, una vecina del barrio Santa Cecilia vivió horas de sumo nerviosismo tras escuchar de su propia hija -también de 9 años- había sido abordada en plena calle por desconocidos que la subieron a una camioneta y la raptaron por varios minutos.

Aunque por fortuna, y por motivos que se desconocen, la criatura fue abandonada un par de horas más tarde en cercanías al acceso a la localidad, sobre ruta 12.

El hecho fue denunciado por Yésica (31), madre de la pequeña, y despertó un importante despliegue de búsqueda por parte de vecinos del barrio Santa Cecilia, a través de distintas redes sociales. Y posteriormente, la intervención de personal de la comisaría y de la Brigada de Investigaciones de Candelaria.

“Yo vi una camioneta negra que paró y bajó alguien y me golpeó en la cabeza y me dijo que no haga ni diga nada. Era un señor flaco el que manejaba y el que me sostenía era gordo y tenía un tatuaje como una estrella, mucho no me acuerdo”, mencionó la niña en un breve diálogo con El Territorio.

Por este hecho, los investigadores analizaron distintos elementos de prueba recolectados y si bien no se hallaron elementos fuertes para corroborar los dichos de la pequeña, por el momento no pueden descartar nada. Y por ello, solicitaron que declare en Cámara Gesell.

Intervención en Garupá
El restante caso que fue denunciado como presunto rapto fue alertado el último miércoles por la tarde por los padres de una adolescente de 15 años de Garupá.

En una crisis de llanto, la chica arribó a su casa y denunció que desconocidos la secuestraron, subieron a un vehículo y luego la trasladaron a un galpón en donde le extrajeron sangre.

Con las suspicacias que siempre hay sobre estas denuncias, sobre todo porque en la provincia no se registran hechos de este caso, pero con la seriedad que merece y un rápido accionar, en la noche del jueves fue detenido un sospechoso de 57 años e incautaron una camioneta tipo furgón blanca que reunía las características vertidas en la denuncia.

Sin embargo, horas más tarde las autoridades judiciales ordenaron que sea puesto en libertad, aunque se dispuso una orden de restricción de acercamiento a la denunciante como precaución.

Según pudo reconstruir El Territorio en base a fuentes del caso, los elementos recolectados hasta el momento no se corresponden con lo declarado por la denunciante.

Además, trascendió que lo que puso en cuestionamiento esto fue principalmente el análisis de su teléfono celular.

De todas formas, la gravedad de lo investigado hace que por el momento no se pueda descartar nada y se continúe con las pericias ordenadas.

El rescate de un niño traído desde Paraguay

Otro hecho que es investigado como supuesto rapto fue alertado el pasado 23 de mayo, en Puerto Iguazú. Allí, autoridades policiales intervinieron en el caso de un niño paraguayo de 11 años que resultó con graves lesiones tras caer de una furgoneta en movimiento. Y que aparentemente habría sido abandonado por desconocidos luego de haberlo ingresado ilegalmente al país.

La situación fue denunciada por una vecina del barrio Villa 14, quien vio cómo el pequeño cayó del vehículo, sin recibir ayuda de las personas que viajaban con él.

Mediante investigaciones entre la Unidad Regional V y el Consulado de Paraguay se pudo establecer que el chico había ingresado horas antes a Misiones por un paso no habilitado ubicado en el barrio Riveras del Paraná.

Medios y la construcción social de un caso conmocionante

El tratamiento periodístico que se da diariamente en relación al caso de la búsqueda del pequeño correntino Loan Peña (5), como así también las últimas denuncias de raptos de distintos menores en Candelaria, Montecarlo y Garupá, no pasaron desapercibidas en la sociedad. Noticias vinculadas sobre la supuesta existencia de bandas delictivas dedicadas a la trata de personas generaron gran conmoción por los hechos denunciados y volvieron a plantear preocupación en torno esta problemática.

Sobre esta cuestión, El Territorio entrevistó al psicólogo social Gustavo Benítez, quien explicó cómo repercuten casos como el de Loan en la construcción social de miles de personas.

“Si lo vemos desde lo social, podemos ver que ante una situación como la de Loan nos movilizamos, más cuando se trata de chicos. Es como que nos llega más y genera en cada persona esa sensación de preocupación, inquietud con respecto a lo que empieza a suceder y nos moviliza, tanto interiormente como a nivel socia”, reflexionó el profesional quien remarcó que estas situaciones se dan con más frecuencia cuando los medios se adueñan de una historia en particular.

Sobre esto último comentó: “Uno pone los medios de comunicación y de lo único que se habla es del caso Loan, a nosotros como persona nos moviliza un montón. Y más porque surgen otras cuestiones como casos que nunca supimos o que nunca se supo qué pasó y que quedaron en la nada”.

A su vez, Benítez describió ciertas vivencias que afloran en las personas al empatizar con un hecho puntual. Al respecto remarcó: “Cuando vivimos una situación, de violencia o de cualquier tipo, en algún momento nos sentimos atravesados por esa situación que hayamos atravesado hace un tiempo atrás y lo manifestamos. Bueno, esto es casi lo mismo con las personas que vivieron situaciones muy feas y que la llevaron a modificar sus vidas, por decir una violación o un secuestro, que son cosas que siguen latentes en las personas. Cuando surge algo que a nosotros nos moviliza nos trae esos recuerdos y sentimos la necesidad de manifestarlo”.

Destacó que ante un hecho como el de Loan nos animamos a manifestarlo o a ponerlo en palabras y que se haga visible eso que nosotros queremos denunciar también.

Volver al estado de alerta
Por otro lado, Benítez puntualizó además que esto lo que genera es esa cuestión de ponernos más atentos en la vida cotidiana. Y que “estamos todos en alerta de que sucede algo directamente activamos ese mecanismo de defensa”.

“Este caso (Loan) tuvo tanta relevancia por el lugar en el que sucedió y por la insistencia de los medios. Tuvo tanta repercusión y eso es lo que genera también a nivel social, en cada reunión a la que uno va uno de los temas que sale es el de Loan, se hablan de las hipótesis que surgen. Un nuevo giro nos va generando cosas y los medios nos tienen al tanto de lo que va pasando”.

Por último, el entrevistado habló cómo se puede estar alerta para prevenir este tipo de hechos. Al respecto, insistió en la confianza que se pueda generar como padres o como adultos.

“Que ese chico me pueda estar contando qué está sucediendo y darle las recomendaciones necesarias como por ejemplo no andar solo por la calle, no hablar con extraños, que no a cualquiera se le saluda o se le da la mano. Darle esas herramientas para que ellos tengan. No generar de que no pueda hablar o interactuar con nadie, sino generar cuidado en el chico”.

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