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Entuertos de la vida sexual actual

La pasión según Lenny Kravitz

El mundo entero repitió que Lenny Kravitz decidió ser célibe y que lo mantiene hace años. Aunque en realidad no fueron sus afirmaciones precisas, el debate sobre elegir no tener sexo se expandió. Aquí las reflexiones del caso con un especialista y la importancia de que cada elección, sea cual fuere, se haga de manera consciente
domingo 30 de junio de 2024 | 6:00hs.

“Me volví muy firme en mis costumbres, en mi forma de vivir”, afirmó Lenny Kravitz en entrevista profunda hace casi exactamente un mes. Pero aunque el rockstar abrió su corazón a poco de cumplir 60 y reveló algunas vivencias que lo marcaron desde muy joven, el amarillismo empañó todo focalizando en una afirmación falsa sobre un celibato estricto de hace nueve años. El dato sensacionalista rápidamente atrajo la atención del mundo entero pero ayudó también a abrir un nuevo debate sobre las elecciones que hacemos día a día.

Buscando destronar esa figura de macho sexy que caracteriza a Kravitz desde los 80, el eje de las noticias globales se posicionó en el celibato como nueva moda, y comenzó a revelar algunas tendencias que se enfrentan a la sobreestimulación.

En declaraciones a The Guardian (recomiendo leer la entrevista original) el músico confirmó que no tuvo una relación seria en nueve años -sin dar más detalles- y al ser consultado por la veracidad de sus dichos previos sobre preferir el celibato, alegó simplemente que “es una cuestión espiritual”.

En realidad nunca dijo que hace todos estos años se mantuvo célibe, sino que deslizó le gustaría estar en una relación, pero que en estos momentos no se siente preparado.

De esta manera la figura del celibato tal como lo conocemos -con esas características religiosas estrictas, con la connotación de sacrificio y prohibición- se desdibuja. Es algo así como ‘célibe hasta que alguien me deslumbre lo suficiente’, tal como coincidieron los miles de testimonios que salieron en defensa de Kravitz.

Además, los análisis plantean que es una práctica más usual, actualmente, en respuesta al atosigamiento de las redes sociales, ansiedad, ghosteo, breadcrumbing y el caprichoso Tinder.

Pero ¿nos cansamos de tanto estímulo sexual explícito? ¿Elegimos ‘no gastar pólvora en chimangos’ y reservarnos del sexo casual o nos condenamos a seguir una moda por miedo al fallido, al qué dirán, a que nos lastimen o nos descubran fuera de los filtros?

Consultado por Radioactiva, Guido Fischer, psicólogo especialista en sexología arrojó algunos interrogantes y definió que más allá de toda recomendación mediática, lo importante es esclarecer nuestros verdaderos sentimientos y ser fiel a ellos.

“Cada uno puede elegir lo que quiera por supuesto, pero lo que queda como pregunta es qué lo llevó a decidir eso”, puntualizó Fischer en su alocución radial.

Al estimar que la parte sexo afectiva es vital para los seres humanos y que abarca mucho más que la acción del coito, Fischer insistió que es esencial ahondar en las causales de una elección.

“Desde el lugar de un profesional yo no voy a apoyar libremente el celibato porque mi función es apuntar a ver qué le hizo a la persona tomar esa decisión y, segundo, si realmente lo hace feliz o justamente lo contrario. Sí, hay gente que decidió el celibato porque realmente se sentía espiritualmente muy bien, pero hay otras personas que queda la duda de si lo hacen por miedo, por traumas que tuvieron… entonces es un tema muy interesante, con mucha profundidad, porque no hay que tener tan presente esto de que es una moda saludable, eso depende para cada uno”, arguyó el sexólogo.

En esa línea entendió que el tema está muy en boga hoy e incluso las principales instituciones religiosas se replantean si el celibato es sano. “Hay miradas distintas y algunas, como la mía, apuntan al bienestar del ser humano. La espiritualidad no pasa justamente por descartar lo sexual, lo que sí hay que descartar es que uno se sienta presionado para hacer o no hacer cosas. Tanto sea: ‘conocés a alguien mañana, tenés que tener sexo’, como que se exijan descartar lo sexual. Lo más importante es no dejarse influir por algún dogma, por alguna moda, que cada uno elija lo que quiera, pero que lo piense bien”, recalcó.

Y aunque todos somos diferentes, la afirmación de que el sexo no interesa pone un llamado de atención para el especialista. “Me genera una gran duda, un interrogante al cual voy a apuntar: ¿qué te pasó como para que vos puedas elegir dejar de lado lo sexual? Y ahí de nuevo cada historia tiene lo suyo, cada persona tiene diferentes marcas que condicionan su vida. Pero en realidad hacer una buena promoción de la vida sexoafectiva es totalmente saludable y eso no quiere decir que uno tenga que estar ejerciendo, por ejemplo, un acto sexual todos los días, no. El sexo no pasa todo por el coito, eso es tan básico, tan limitado… pensar lo sexoafectivo hace enriquecer un montón a la persona y al bienestar y es algo que todavía es muy importante poder trabajar desde la educación sexual, porque no la hay”, sentenció Fischer.

Sobre las posibles razones de la popularidad de esta tendencia, reconoció que la presión social que existe sobre los cuerpos es infernal. “Se siente cada vez más la presión de que los cuerpos se tienen que ver perfectos porque si no, no pueden siquiera salir al mundo real y eso es, una vez más, una moda que no está haciendo bien. Como psicólogo veo que esto generó un malestar a nivel mental en todo el planeta. Sí, hoy hay más ansiedad y más depresiones que nunca, porque justamente viven la presión de cómo el mundo los ve”, analizó.

Por consiguiente, lo instrospectivo vuelve a relucir como necesario. Entender qué nos pasa, por qué, repreguntarnos y buscar estar en paz con nosotros mismos, siempre será una herramienta poderosa. Si estoy bien conmigo mismo, puedo estar bien con el resto, construir en conjunto.

“Es un desafío muy importante primero estar bien con uno mismo y no juntarse con otro o con otros simplemente porque uno está sintiendo una falta, una gran debilidad o algo que los hace caer. Entonces la elección muchas veces está más basada en: ‘no quiero y no puedo estar solo’, cuando en realidad debería estar planteada como ‘yo estoy bien y quiero compartir la vida con otra persona’. Eso sería el ideal”, marcó.

Volviendo a la entrevista del diario británico, Kravitz también describió la importancia que le da a su salud y cómo a través de una vida disciplinada busca equilibrar cuerpo, mente y espíritu.

Enfocar los placeres
De la misma manera, Fischer recalcó que el plano sexoafectivo y la libido encuentran formas de expresarse que van más allá de lo restrictivo del coito en particular. Y desterrando mitos y tendencias hegemónicas, resumió que es una parte muy importante de la vida de una persona, “despierta un montón de emociones y de sensibilidad particulares” sin limitación de edad, género, religión o elección sexual alguna. “Hay que aclarar, no hay una edad en la cual eso se termine. Si una persona está bien con bastante edad y decide no tener sexo, habría que ver qué lo llevó a decidir eso, posiblemente frustraciones, posiblemente miedo, algo que le haya pasado, pero disfrutar de la sexualidad, que es amplia, es poder tenerla prendida hasta el último día de la vida”, ratificó.

Con agilidad para hacer el movimiento de desplazamiento conocido como scroll y distraernos, aburrirnos rápidamente sin enfocar la atención en algo, no es de extrañar que nos sintamos un tanto desconectados, confundidos, desinformados… pero ante grandes afirmaciones, siempre es bueno volver a la duda metódica como ejercicio mientras también revisitamos aquello que nos despierte a la realidad palpable.

Así, permitirnos nuevamente el asombro, la seducción de lo natural, apelar a lo sensorial y sensitivo puede estar tan o más cerca que las fantasías de pantalla... y resultar mucho más gozoso.

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