Donald Sutherland fue un revolucionario y leyenda del cine

A los 88 años murió en Miami el gran actor que, en los 70, le cambió para siempre el rostro al cine con películas como "MASH", "El pasado me condena", "Venecia Rojo Shoking", “Los juegos del hambre” y "El botín de los valientes"
jueves 20 de junio de 2024 | 18:04hs.
Donald Sutherland murió a los 88 años (Foto: HBO Max)
Donald Sutherland murió a los 88 años (Foto: HBO Max)

Los años 70 cambiaron no sólo al mundo sino también a Hollywood: los grandes estudios entraban en crisis, irrumpían los independientes a niveles nunca alcanzados antes, y una nueva generación, la de la rabia, la de Woodstock, la de los motociclistas iracundos, la de la “contracultura”, se adueñaba del cine.
Un libro fundamental define a esa nueva generación hollywoodense: “Easy Riders, Raging Bulls” (título que traza un arco entre “Busco mi destino”, de 1969, y “El toro salvaje”, de 1980, con la que se cierra el ciclo), dentro de la cual hay rostros indisolublemente asociados a ellas. Entre los actores, uno de los fundamentales, imprescindibles, es el canadiense Donald Sutherland, que murió hoy en Miami a los 88 años.

Mordaz, incisivo, tierno cuando se lo proponía, a veces salvaje hasta extremos insoportables, aspecto que explotó John Schlesinger en el éxito de 1974, “Como plaga de langosta” (“The Day of the Locust”), Sutherland, después de haber sido uno de los “Doce del patíbulo” (1967) de Robert Aldrich, llegó a la fama internacional en los principios de esa década gracias a dos films insuperables de la comedia moderna.

El primero fue “MASH”, de Robert Altman, ambientado en un hospital de campaña, un film recorrido por el humor negro más refinado (y cuya repercusión dio lugar más tarde a la creación de una miniserie); el segundo, desgraciadamente ya olvidado pero muy popular en su momento, “El botín de los valientes” (“Kelly’s Heroes”, de Brian Hutton), en cuyo irrepetible elenco lo acompañaban Clint Eastwood, Telly Savalas, John Landis, Harry Dean Stanton y hasta Yves Montand, era la historia de una división del ejército americano que se proponía, por las suyas, saquear un tesoro nazi para hacerse ricos. Sutherland interpretaba allí a un coronel drogadicto que comandaba un tanque estropeado.

El éxito de ambas películas desembocó enseguida en el protagónico de una de las más tensas y apasionantes producciones de cine negro de la época: “El pasado me condena”, “Klute”, de Alan Pakula, donde Sutherland ya compartió cartel con Jane Fonda (y, según se cuenta, prosiguieron una intensa relación fuera de pantalla).

De inmediato, en “Pequeños asesinatos” (1971), de Alan Arkin, volvió a compartir cartel con Elliot Gould, con quien un año antes habían estado divirtiéndose y divirtiendo en “MASH”, en lo que parecía la consolidación de una dupla que, por desgracia o escasa visión de los productores, no prosperó en el tiempo. Pero dos años más tarde alcanzaría otro resonante éxito de taquilla, esta vez junto a Julie Christie.

La película se llamó “Don’t look now”, rebautizada en la Argentina como “Venecia Rojo Shocking”, y fue uno de los títulos que se eternizaron, durante varias temporadas, en las trasnoches del cine Arte de Diagonal Norte. El film, una historia de horror gótico, se basaba en un cuento de Daphne Du Maurier, la misma autora que le dio al cine argumentos tan fantásticos como el de “Rebecca”, de Alfred Hitchcock.

A esas alturas, Sutherland era una celebridad mundial, y transcurrió el resto de los 70 protagonizando un film tras otro, no siempre con el mismo buen criterio en la elección de los proyectos (como la olvidable secuela de “Los usurpadores de cuerpos). Esa fue una de las peores marcas de su carrera: el poco olfato que, en la cumbre del éxito, tuvo para rechazar películas de éxito, como "La violencia está entre nosotros", de John Boorman, que terminó haciendo Burt Reynolds, y aceptar en cambio guiones mediocres.

A mediados de la década, convocado por dos grandes de la pantalla italiana, hizo “Casanova” de Fellini (que no será nunca la película más recordada del director de “Ocho y medio”) y Bernardo Bertolucci, quien le dio un lucimiento distinto en la monumental “Novecento”, en dos partes, donde compartió cartel con Robert De Niro en un elenco repleto de figuras de Hollywood e italianas.

Más de su carrera

En 1980, Robert Redford le abrió una nueva etapa en su carrera, un momento de plena madurez dramática, con la extraordinaria “Gente como uno” (“Ordinary People”). En esa película, ganadora de numerosos Oscars, Sutherland interpretaba al padre de una familia signada por la tragedia de la muerte de un hijo en una piscina. Su esposa era Mary Tyler Moore, su otro hijo Timothy Hutton (quien arrastraba con el estigma de creerse culpable por no haber logrado rescatar al hermano) y Judd Hirsch, en el inolvidable papel del psicólogo del hijo sobreviviente.

La carrera de Sutherland dio un vuelco desde entonces: la etapa “contracultural” había quedado atrás junto con los años 70, y sus papeles se diversificaron. Tal vez demasiado. Hizo algunos buenos policiales, como “Trágica inocencia”, con Faye Dunaway; participó de una superproducción fallida, como “Revolución”, de Hugh Hudson, protagonizada por Al Pacino, y hasta aceptó comedietas como “Los estudiantes no son vírgenes”.

Con la llegada de los 90 fue convocado por directores importantes para papeles de distinción, pero ya no más protagónicos, como el que hizo en el “JFK” de Oliver Stone, donde interpretó a un enigmático personaje del Pentágono llamado Mister X. Tambièn participó en películas catástrofe, como “Virus” o “Epidemia”; sex-thrillers como “Acoso sexual”, con Michael Douglas y Demi Moore, y ya en los 2000 en films de época como “Orgullo y prejuicio” o sagas juveniles como “Los juegos del hambre”. Sus apariciones marcaban calidad en esos títulos, pero ya habían quedado lejos sus fulgores de los 70, la década que surfeó con su genio y figura, y en la que el cine cambió para siempre.

La confirmación y dedicatoria de su hijo

Con gran pesar les digo que mi padre, Donald Sutherland, ha fallecido. Personalmente me parece uno de los actores más importantes de la historia del cine. Nunca tuvo miedo de interpretar cualquier papel, bueno, malo o feo. Amaba lo que hacía e hizo lo que amaba, y nunca se puede pedir más que eso. Una vida bien vivida”, escribió el artista.

El tuit, en el que incluyó una foto en blanco y negro junto a su padre, recolectó miles de mensajes de cariño y despedidas para el actor. “Qué triste pérdida. Su filmografía es increíble, con grandes películas como Klute, Los juegos del hambre, Don’t Look Now, Animal House y especialmente M*A*S*H”, “Un trabajo absolutamente icónico a lo largo de las décadas: siempre tomó decisiones interesantes y realmente exigentes. Nunca fue el camino fácil, según lo que vi. Traté de desenterrar aquellas obras que se me escaparon en el homenaje. QEPD un actor maravilloso”, dicen algunos de los comentarios en la publicación.

La despedida que Kiefer Sutherland le dedicó a su papá Donald Sutherland (Foto: Twitter / RealKiefer)

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