El único refugio de monos en la Argentina no tiene fondos suficientes y hay 200 animales en peligro

Proyecto Carayá se ubica en Córdoba y contiene primates que fueron víctimas de pruebas en laboratorios, circos y venta ilegal. El aumento de insumos y alimentos se vuelve cada vez más complicado para sostener a ejemplares que están en proceso de extinción en el país
jueves 20 de junio de 2024 | 10:15hs.

Son muchos los atractivos del Valle de Punilla, donde se encuentra la localidad de La Cumbre. Entre ellos, es que está el único refugio de primates en Argentina donde hay especies que están en proceso de extinción. El lugar, llamado Proyecto Carayá, vive una crisis sin precedentes y la supervivencia de más de 200 ejemplares de monos nativos del país corre riesgo.

 Se creó hace 30 años y comenzó como una iniciativa para que “los monos vuelvan a ser monos”, como contó a TN Alejandra Juárez, una de las responsables del Proyecto Carayá. Las procedencias de los monos son variadas, pero la mayoría de la tenencia ilegal doméstica, el “mascotismo”, una tendencia que se mantiene hasta hoy: es uno de los mamíferos silvestres más comercializados como mascotas en la Argentina, según aportó Greenpeace. La mayor amenaza que enfrentan es la destrucción de su hábitat, producto de la deforestación de bosques.

Crisis
La titular del proyecto explicó que el refugio “siempre fue un lugar que se ha autofinanciado” con los ingresos por entradas del público, en visitas guiadas no invasivas y con un pequeño grupo de donantes.

Sin embargo, hace tres meses “la cosa se puso cada vez más fea”: “No nos pasó nunca en estos 30 años. No puedo entender cómo en tres meses llegamos a un punto en el que nos preguntamos con qué compramos comida hoy”.

“Ya bastante nos venían bancando los proveedores. Hice una publicación personal en mi cuenta de Facebook explicando la situación, eso se viralizó y pudimos solventar los gastos de la semana con donaciones. Esta semana vamos a ver si hacemos lo mismo”, comentó Juárez.

En tanto, Kowalewski señaló la importancia de “sostener estos grupos que trabajan por el bienestar animal” y resaltó que existe un plan nacional de conservación de primates, elaborado en 2019 y aprobado en 2021, que busca declarar monumentos naturales en las provincias a diversas especies que están en peligro. Los carayá, el rojo y el negro, ya tienen ese rótulo asegurado en Corrientes.

En proceso de extinción
Actualmente, en el país hay cinco especies de monos y todas están en proceso de extinción. Dentro de esa categorización, validada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), las especies pueden estar vulnerables, en peligro o en peligro crítico.

Por el momento, el mono aullador negro (carayá hú) está en el estadío vulnerable, pero el mono aullador rojo (carayá pitá), está casi extinto, según contó a TN el investigador del Conicet Martín Kowalewski, quien además es vicepresidente para el Cono Sur del grupo especializado en primates del UICN.

“La amenaza de todos los monos es la deforestación, por la desaparición de su hábitat. El carayá es el que tiene más distribución y son los que más entran en centros de rescate porque al sufrir modificaciones en su hábitat, caen a las ciudades y quedan involucrados en accidentes de tránsito o peleas con animales domésticos”, detalló.

Justamente, en el refugio de La Cumbre hay 360 hectáreas para que los monos puedan andar sueltos y en grupos. Al respecto, Juárez explicó: “Dentro de la reserva se rehabilitan y viven en los parches de bosque hasta que son viejitos. También tenemos un sector de monos que no son rehabilitables que les falta un tiempo para estar bien”.

Único en el país
La urgencia por mantener la actividad del refugio recae en que Proyecto Carayá es el único centro de primates en Argentina y “prácticamente en Sudamérica”, remarcó Juárez, para agregar que “en función de este, se crearon otros en Venezuela”.

Hoy en La Cumbre hay 222 monos y 22 pumas, además de zorros y gatos del monte. Entre los primates hay monos capuchinos que llegaron desde el penúltimo laboratorio biomédico que existía en el país, según detalló la titular del proyecto, y los carayá.

“Generalmente viven sueltos y tratamos de evitar intervenciones. A pesar de todo, tenemos monos que tienen casi 28 años”, explicó. El sábado 8 de junio llegó su más reciente huésped: Rosita, una carayá de 18 años secuestrada de un circo en Pozo del Molle. Una prueba más de que las puertas del refugio necesitan seguir abiertas.

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