Ñande Reko Rapyta (Nuestras raíces)

Pito Catalán

viernes 16 de junio de 2023 | 6:00hs.

En el año 1978, el Proceso de Reorganización Nacional -o gobierno de facto- sentaba sus reales en todo el territorio nacional, repartido entre las tres fuerzas armadas para garantizar una participación equitativa del aparato represor que desplegaron -entre otras cualidades que supieron imponer-; como se sabe casi todo estaba prohibido, controlado, detenido y sometido…hasta acá nada nuevo.

En Misiones, el Capitán de Navío Rodolfo Poletti reportaba directamente al Almirante Emilio Eduardo Massera, en el primer año del nefasto gobierno se concretaron las desapariciones forzosas de unas seiscientas personas, muchas de las cuales siguen en esa condición hasta hoy; dos años después hubo una especie de segunda oleada de detenciones ilegales, aunque en honor a la verdad esos tipos no se privaron de dar rienda suelta a sus impulsos cada vez que se les antojó.

En medio de tanto miedo, silencio y “algo habrán hecho”, casi sin llamar la atención y tal vez -sólo tal vez- porque “era cosa de mujeres”, Poletti firmó el Decreto N° 1379, en el mes de mayo, mediante el cual se ordenó la creación de un museo; dos meses después se lo inauguró en el barrio El Palomar de Posadas, en un local sobre la calle Estado de Israel.

Poco a poco fue creciendo, se organizaron colecciones y tímidamente se fue definiendo su carácter, tanto que en 1981 el espacio no era suficiente y se lo trasladó a la calle Colón N° 1877 donde estrenó el nombre de ‘Museo del Hombre’, y siguió creciendo, una segunda mudanza lo llevó a Sarmiento 319 -donde actualmente funciona otro museo-.

Y como todo tiene un final, el 10 de diciembre de 1983, después de la Guerra de Malvinas y de un proceso de transición complicado, embretado e imparable, asumió la primera magistratura misionera Ricardo Barrios Arrechea.

Dentro de los funcionarios que llevaron adelante esa gestión estuvo Teresa Morcchio de Passalacqua, designada Directora General de Cultura, ella atendió un pedido de Chiqui Poujade -la arqueóloga que se encargaba del Museo, de enriquecer sus colecciones con el trabajo de campo que realizaba con más pasión que apoyo y recursos-, se necesita ubicar al Museo del Hombre en un lugar adecuado, definitivo; por esas coincidencias de la vida … ponele, justo, justo había una propiedad que se había adquirido y era parte del erario público, una casa construida a mitad de la década de 1940, hogar de Raúl Nosiglia y Magdalena Laban y no hubo que pensar más.

Con el nombre definitivo de Museo Provincial Andrés Guacurarí, en General Paz 1865, abrió nuevamente sus puertas, mediante el trabajo, la investigación y el aporte de muchos profesionales, con colecciones de artefactos cuya antigüedad es mayor a diez mil años conocimos -y conocemos- una Misiones insospechada, invisibilizada, la del principio de los tiempos; en pocos pasos, sin necesidad de un máquina del tiempo se aprecian testimonios del período guaraní-jesuítico, del período de inmigración europea y mucho más.

En el año 2001, atendiendo al inmenso patrimonio inmaterial resguardado se sumó el programa “El museo y la cocina”, una manera práctica e interesante de transmitir las costumbres culinarias de antiguos misioneros, desde la selección de los ingredientes hasta los métodos de preparación, ese rescate cultural es impresionante y no es el único.

Año tras año, con la incansable Chiqui, cientos de visitantes descubrieron un pasado “al alcance de las manos”, museo, laboratorio, lugar de encuentro, de investigaciones y de estudio, el “Guacurarí” se adecuó al siglo XXI y en el año 2016, estrenó un refresh necesario y merecido; como pocas personas, Chiqui generosa y consciente del cambio generacional necesario -y aunque nunca tuvo el cargo- previó la sucesión y lo dejó en manos de una doctora en arqueología, … pero tampoco se fue del todo, la Sala de Conferencias lleva su nombre y otra obrera de la cultura está homenajeada en el Centro de Documentación, Silvia Pini de Ayala.

Mientras el Museo Guacurarí recorría sus primeros años, cuando el general Juan Bayón transitaba el que sería último tramo de ese gobierno de facto, en la casona de Sarmiento 319 de Posadas se inauguró la “Casa de la Cultura”; la propiedad en manos del estado provincial tenía una peculiar historia, a partir del año 1929 albergó al diario La Tarde, posteriormente al periódico El Día y la inolvidable librería “El escarabajo de oro” con imprenta, más que un comercio fue el centro neurálgico de la movida cultural de la década de 1950 en Misiones, cuna de la Asociación Amigos del Arte.

El grupo, un año más tarde, inauguró en ese lugar el Museo Provincial de Bellas Artes Juan Yaparí; no se sabe si fue un capricho de Bayón o trató se sumarse un porotito, pero hizo colocar una placa de bronce donde se lee “inaugurado el 6 de diciembre de 1983 - Gobernador de la Provincia de Misiones Gral. de Brig. (RE) Juan M. Bayón”, el último acto público de una nefasta gestión; tampoco hay certeza de cómo se eligió el nombre, un homenaje a quien se considera el primer artista grabador misionero.

Yaparí trascendió la frontera del tiempo y las restricciones porque a principios del siglo XVIII firmó dos obras realizadas en cobre y una ilustración del texto “De la diferencia entre lo temporal y lo eterno” de S.J. Juan Eusebio Nieremberg, reimpreso en 1705, en la reducción jesuítica de Loreto; la mayoría de los gráficos fueron copiados, sin embargo el mérito fue la reelaboración de las imágenes que hicieron los guaraníes designados para la tarea, agregando representaciones y color propios, como yaguaretés, figuras de pares con arcos y flechas y aspectos de la selva misionera; Yaparí rubricó un retrato del General Tirso González -responsable de la orden jesuítica y teólogo-.

El Museo con sus salas, la biblioteca y una invaluable pinacoteca es un repositorio imprescindible de las artes misioneras.

Los hermanos del Museo Cambas, nacidos de un descuido del aparato represor en Posadas, superaron su origen, crecieron en democracia y abren sus puertas cada día, al pasado, al arte, al conocimiento…al futuro

¡Hasta el próximo viernes!

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