Guirula fue golpeado y murió en la vereda del albergue transitorio

Miércoles 23 de julio de 2014

Mientras se espera que hoy sean llevados a prestar declaración ante el juez Marcelo Cardozo los once policías detenidos por el homicidio de Carlos Raúl Guirula, de acuerdo a fuentes fiables y a la unión de testimonios, pericias e hipótesis, se desprende que el albañil habría sido ultimado a golpes en la vereda del hotel alojamiento y luego subido al patrullero y llevado hasta la Comisaría Decimotercera, donde se orquestó el plan para encubrir el crimen.
La muerte de Guirula, ocurrida durante la madrugada del sábado tras el incidente generado dentro del motel de las avenidas Santa Catalina y Andresito, derivó en un escándalo por el que están sospechados seis agentes del Comando Radioeléctrico Uno y cinco efectivos de la Comisaría Decimotercera del barrio Guazupí de Posadas.
De acuerdo a datos a los que accedió El Territorio, el albañil de 33 años fue asesinado a golpes, principalmente patadas y pisotones que le rompieron las costillas y le perforaron los pulmones, luego que la víctima se resistiera a ser detenida dentro del albergue transitorio, donde momentos antes se habría negado a pagar 104 pesos que consideraba que el conserje le quería cobrar demás por tres botellas (una petaca y dos medidas) de whisky.

La correlación de sucesos desde las 3.40 del sábado sería la siguiente: Guirula, un amigo y un sobrino de éste, más dos prostitutas, se disponían a retirarse del motel en un Renault 19. Los amigos de Guirula habían ocupado una habitación junto a una de las trabajadoras sexuales, mientras que el albañil hizo lo propio con la restante.
El incidente, por el monto que Guirula se negaba a pagar, en pocos segundos se transformó en una discusión violenta en el patio del hotel. El empleado debió correr y refugiarse en la conserjería para evitar que el iracundo sujeto de 1,88 metros de altura y 100 kilogramos lo golpeara.
Juan S., conserje, llamó a la Comisaría Decimotercera y el patrullero no tardó en llegar. Cuando Guirula se percató de la presencia policial en la entrada del hotel y que tampoco le iban a abrir el portón de salida, se habría sentido acorralado y se introdujo en el asiento trasero del automóvil de su amigo.
Ante esta situación, las prostitutas se retiraron caminando, y la oficial a cargo de la comisión de la Decimotercera habría intentado verbalmente hacer descender a Guirula, quien se sujetó a la butaca del conductor gritando que no iba a entregarse.
Ante la imposibilidad física de doblegarlo en su postura, fue alertado el Comando Radioeléctrico. De esta manera, entre los seis uniformados que llegaron en tres Chevrolet Corsa, más los dos agentes de la seccional, lograron sacarlo del rodado y esposarlo.
En ese instante, los policías les dijeron a los amigos del albañil que se fueran del lugar con el auto. Para tal fin le abrieron el portón del motel.
En tanto que Guirula fue sacado a la vereda de la avenida Andresito, y allí habría vuelto a intentar resistirse a la detención. Se desató la brutal tunda de patadas y golpes de puño, que le provocaron la pérdida de conocimiento y la muerte en pocos segundos.
Se presume que rápidamente los uniformados subieron el cuerpo a la caja de la Toyota Hilux de la Decimotercera y se dirigieron acompañados por los tres móviles del Comando Radioeléctrico hasta la comisaría.
En el patio de la dependencia, siempre de acuerdo a la ilación de irformación confiable, bajaron el cadáver, lo arrastraron hasta una canilla, lo mojaron para limpiarle la cara y otras partes del cuerpo, lavaron la caja del móvil, y dejaron a Guirula inherte debajo del rodado.
Una hora después fueron avisadas las autoridades judiciales del hecho. Cuando se presentaron en la comisaría, le notificaron que había muerto de un infarto en el trayecto entre el lugar donde fue detenido y la sede policial.
Las sospechas por el uso de agua, tanto con el cuerpo como con el transporte, fueron las primeras sospechas de una muerte por apremios. Las que se confirmaron con el informe preliminar de la urgente autopsia que solicitó el juez de turno, que indicó que Guirula fue muerto por la presión del tórax y la rotura de las costillas que le perforaron los pulmones.
También marcó la pericia que la víctima tenía golpes con marcas de borceguíes en casi todo el cuerpo.
El juez Cardozo ordenó la detención de los nueve policías que detuvieron a Guirula, y dos días después sumó la lista a once efectivos, ante la presunción del plan para encubrir del hecho que ahora está catalogado como “homicidio calificado con alevosía”.


Toman medidas preventivas en la Unidad Regional de Oberá
OBERÁ (CORRESPONSALÍA). Desde la Jefatura de la Unidad Regional II lamentaron las circunstancias del deceso de Carlos Raúl Guirula y subrayaron la necesidad de instruir al personal sobre la metodología del procedimiento para evitar apremios y abusos de autoridad dentro de las filas de la fuerza.
En esta localidad está fresco el antecedente de Hugo Miguel Wasyluk (38), quien el 27 de abril del 2011 fue hallado muerto en una celda de la Seccional Primera. Por el hecho están procesados trece policías. 
En ese contexto, ayer el comisario mayor Hugo Rohr, segundo jefe de la URII, aseguró que “diariamente hablamos con el personal policial, con los oficiales a cargo, porque cada procedimiento es distinto uno con otro, no sabemos qué puede pasar y no podemos ir desatentos a ningún procedimiento. Somos profesionales y siempre hay que actuar en los canales legales correspondientes”.
Explicó que aguardan la presencia del jefe y del subjefe de la Policía de Misiones, quienes pretenden coordinar acciones con las diferentes unidades regionales para evitar situaciones de abuso. Por cuestiones de agenda se pospuso el encuentro. “Es lamentable el hecho ocurrido en Posadas y la Justicia dispondrá qué medidas tomar”, indicó Rohr.
Sobre el accionar policial diario, reconoció que “hay casos más complicados y a veces hay que utilizar la fuerza, pero eso hasta que la persona es reducida. Ahí se lo debe trasladar a la dependencia, donde lo revisa el médico policial y queda a disposición de la justicia, ya sea por una contravención o un hecho penal”. 

Antecedente trágico
Por el caso Wasyluk hay trece policías obereños procesados, la mayoría de los cuales siguen bajo la órbita de la Unidad Regional II. Luego del a feria judicial la causa sería elevada juicio.