Fueron premiados en Buenos Aires por un proyecto agrario

Sábado 22 de noviembre de 2014
Ya en producción. | Los alumnos mostraron los zapallos en el campo de práctica del Instituto sanvicentino.

Estudiantes del último año del Instituto de Enseñanza Agropecuaria y Electromecánica (Ieae) N° 3 de San Vicente participaron en el Educagro 2014 que se realizó en Buenos Aires, y uno de los dos proyectos presentados, entre 70 de todo el país,  obtuvo uno de los terceros puestos. El premio obtenido consiste en 30 mil pesos que serán destinados a poner en funcionamiento el proyecto presentado, en este caso “Producción de zapallos cáscara de hierro”. Además el viaje significó una experiencia inolvidable para los alumnos que están a punto de egresar como técnicos en producción agropecuaria.
El encuentro se desarrolló el 12 y 13 de noviembre pasado en el predio de Tecnópolis y asistieron estudiantes de escuelas con orientación en agro de todo el país, que fueron seleccionados previamente en sus respectivas instancias provinciales. Por Misiones, se presentaron tres proyectos productivos, y en el caso de este colegio de San Vicente, para egresar como técnicos en Producción Agropecuaria deben confeccionar un proyecto productivo y llevar la teoría a la práctica en la institución.
El proyecto de los zapallos está a cargo de Fabián Golemba y Adrián Amarilla, y el otro proyecto es “Ensayo de implantación de yerba mate policlonal” a cargo de Braian Ziller y Franco Pires. Ambos trabajos convergieron con otros tantos de variada temática como tomate disecado, y producción de energía alternativa, entre otros. En diálogo con El Territorio los estudiantes, junto con el profesor Gustavo Giraudo –quien los acompañó en el viaje y la puesta en escena de los trabajos- señalaron que tenían 15 minutos para defender su trabajo ante un jurado integrado por cinco personas del área de la educación y del Ministerio del Agro de la Nación.

“Ni bien llegamos fuimos los segundos en presentar el proyecto así que no tuvimos mucho tiempo para escuchar otras ponencias. Contamos cómo hicimos el proyecto y llevamos tres zapallos de nuestra producción”, señaló Fabián Golemba.
En tanto que, con el proyecto de yerba mate el objetivo es conocer la incidencia en la planta de la utilización o no de distintos agregados al suelo. En este sentido no pudieron explicar todo el ciclo de la producción de la yerba mate en una experiencia práctica porque el ensayo comenzó este año y tardará de tres a cuatro años. “Es un ensayo experimental que mide altura de la planta y grosor del tallo, entre otras cuestiones y es a largo plazo. Los chicos llevaron el plantín de yerba pero el ensayo no está terminado, está en proceso, y todavía no hay un resultado. Por ahí eso jugó en contra”, indicó el docente.
 En una recorrida por el campo de práctica, los futuros técnicos comentaron que realizaron el proyecto en base a 60 plantas de zapallo cáscara de hierro. Entre sus fundamentos, indicaron que la mayor parte de la producción de zapallo que se consume en San Vicente proviene del mercado central de Posadas. Por lo que se propusieron como objetivo producir con calidad, más cantidad y con continuidad. Los alumnos explicaron que también sembraron zapallo tipo anquito o calabacita, que es el que se recomienda para polinizar, y algunas plantas de maíz para darle sombra a las de zapallo. Otra ventaja de este producto es que no necesita un suelo muy fértil para producir y su ciclo es de 95 y 120 días desde la siembra a la cosecha.
Actualmente la plantación está en proceso de cosecha de frutas y hay otras por desarrollarse. En ese tiempo debieron enfrentar plagas y malezas, explicaron los desarrolladores del trabajo. Hasta el momento obtuvieron en promedio cuatro zapallos por planta. “Con cuatro frutas por planta ya está cubriendo los gastos de producción, las que se están desarrollando serían las de ganancia. También el anquito se puede comercializar”, indicaron entusiastas los autores del proyecto.
En este sentido el premio obtenido en Educagro 2014 es para incentivar y ampliar la escala de esta producción ganadora. “Cuando tengamos el financiamiento queremos probar a mayor escala y en una superficie superior, de unas dos hectáreas”, sostuvieron.


Agregar valor y no dejar la chacra
“El valor agregado a la producción en origen fue uno de los incentivos que buscaba el jurado. El segundo día se hizo una puesta en escena de todos los trabajos y ahí vimos lo que se está haciendo en otras escuelas del país. El viaje fue sorpresivo y altamente productivo, volvimos con otra visión de lo que se hace en el país”, comentaron los alumnos premiados. Cinco proyectos obtuvieron el primer puesto, otros diez, el segundo y otros diez proyectos,  el tercer puesto. "Esto es un incentivo para empezar un emprendimiento en la chacra y probar que se puede vivir en la chacra y de lo que en ella se produce”, acotaron los jóvenes quienes se mostraron contentos con la experiencia vivida. Gustavo Giraudo dijo que uno de los temas tratados en las charlas debates fue por qué los chicos dejan la zona rural y se van a trabajar a los centros urbanos. “La actividad agrícola no es rentable, por eso el alumno busca otro trabajo que le proporcione un salario más o menos estable”, dijo. Y consideró que los proyectos premiados en Buenos Aires estuvieron relacionados con la producción de alimentos y con la producción de energías alternativas.