Duras condenas por matar a un hermano en disputa por terreno

Jueves 23 de octubre de 2014
Culpables. | Félix Muchevicz (Izq.) junto a los dos abogados defensores y su hermano Mario, además del adolescente.

La historia de una larga, violenta y trágica disputa familiar por un terreno en sucesión, tuvo su último capítulo durante la mañana de ayer, en la sala de debates del Tribunal Penal Uno de esta ciudad.
Mario Waldemar (51) y Félix Samuel Muchevicz (48), fueron condenados a 18 y 7 años de prisión respectivamente, como responsables -en distintos grados- de la muerte de su hermano Benjamín Roberto (46) en medio de una sangrienta contienda ocurrida en el Kilómetro Cero el 10 de noviembre de 2013.
Para los jueces Francisco Aguirre, José Pablo Rivero y Lilia Avendaño, el mayor de los hermanos fue el autor del disparo que acabó con la vida de la víctima y por eso recibió la pena más dura, que desde la víspera cumple en una celda de la Unidad Penal Dos.

Es culpable de los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y la participación de un menor de edad, tenencia ilegal de un arma de uso civil, amenazas y lesiones leves, dos hechos, todo en concurso real.
En cuanto al otro acusado, la pena fue menor a la de su cosanguíneo porque el delito por el que lo acusaron es mucho más leve. Su participación fue distinta, por eso la condena fue por homicidio en grado de tentativa, agravado por el uso de arma de fuego.
En ese mismo ámbito, el adolescente Federico Acosta (17) fue sindicado por los jueces del Tribunal como partícipe necesario del asesinato porque entregó la escopeta calibre 16 al homicida, además de amenazas con arma de fuego en concurso real.
Debido a su minoría de edad, una copia de la sentencia impuesta por los tres magistrados junto al expediente del caso que lo sujetó a juicio, fue remitido al Juzgado Correccional y de Menores, a cargo de la jueza Marta Arrúa, quien deberá decidir sobre su futuro.   
El Ministerio Público Fiscal estuvo a cargo de Estela Salguero de Alarcón, quien solicitó una pena de 19 años para el autor del disparo. Los acusados fueron asistidos por los abogados particulares Gerardo Benítez y Javier Millán Barreda.

"Me destruyeron la vida"
El juicio oral y público por el homicidio de Benjamín Muchevicz fue desarrollado en dos intensas jornadas, iniciándose el martes a las 8:30 en la sala de audiencias del cuerpo tribunalicio y en la víspera se conoció la sentencia.
Pasaron en total nueve testigos, entre los cuales estaba la mujer de la víctima y dos hijas, una de ellas que presenció el sangriento hecho. Los dos imputados también ofrecieron el testimonio de sus parientes cercanos. 
La mayoría de los declarantes coincidieron en señalar el perfil violento de los condenados, distinto a la personalidad de quien era el administrador judicial de las tierras que estaban en sucesión y que desataron la pelea entre hermanos.
Los momentos de mayor tensión en la sala de debates se dieron en medio de las declaraciones de Alejandra Muchevicz (hija) y Cristina Delech, pareja de la víctima y quien detuvo su testimonio para insultar a los acusados de causarle la muerte a su marido.
“Siempre se pelearon por esa maldita sucesión y eso que le dije que no quería nada de eso, ni la casa, ni la tierra, ni las vacas, nada”, recordó con lágrimas en los ojos la mujer, quien también lamentó que “al ser administrador judicial tenía que estar en contacto con sus hermanos”.
Los jueces del tribunal escucharon atentamente a Delech y eligieron no interrumpir los insultos contenidos que dirigió a sus ex cuñados. “Me sacaron al más bueno de la familia, me destruyeron la vida”, les dijo mirándolos a los ojos.
En ese contexto de bronca y dolor, ante sus hijas la mujer recordó que su marido siempre recibía amenazas. La consecuente pregunta del presidente del Tribunal, Francisco Aguirre, fue: ¿Quién? ¿Está en esta sala? ¿Lo puede señalar? El dedo de la mujer apuntó a Mario.
“Cada vez que lo amenazaba generaba mucha angustia en la familia, pero Benjamín siempre decía que no pasaba nada, que no haga caso porque su hermano hablaba porque el aire es gratis. No lo creía capaz, era su sangre, pero al final cumplió con lo que tantas veces dijo”, lamentó.

Domingo de furia
Por su parte, como testigo directo, Alejandra relató con lujos de detalles como empezó la pelea ese fatídico domingo de noviembre, como así también las actitudes de los intervinientes, cómo se pegaron y qué objetos utilizaron.
Recordó que el día del homicidio los hermanos iniciaron una acalorada discusión por la heredad no resuelta, hasta que en determinado momento la situación se caldeó y fue entonces que el mayor tomó la escopeta y abrió fuego.
Todos los involucrados sufrieron lesiones, aunque la peor parte se la llevó su papá, quien sufrió graves heridas al recibir un disparo en el abdomen y falleció una semana después en el Samic de Oberá.
Sobre el autor del homicidio, la joven coincidió con su mamá al decir: “Sabíamos cómo es mi tío Mario, sólo problemas hace”. Ese día estuvo presente y terminó lastimada de un piedrazo que la desmayó, pero asimismo recordó que “después que le disparó se fue, le dejó tirado como un perro”.
Por disposición de la Justicia, la familia de la víctima dispone desde hoy de custodia policial permanente en su casa del Kilómetro Cero. Temen que familiares de los condenados pretendan tomar represalias por las penas impuestas.


Tres años en suspenso para el abusador del Mitaí
OBERA. Luego de analizar el acuerdo durante casi dos semanas, el Tribunal Penal Uno aceptó la pena de tres años de prisión en suspenso para Juan Alberto Batista (37), por el abuso sexual simple de cuatro menores del hogar de niños donde era encargado.
La determinación de Francisco Aguirre, José Pablo Rivero y Lilia Avendaño se conoció después de que el propio imputado reconociera los abusos sexuales y accediera a un juicio abreviado, logrando a través de su defensa y la Fiscalía la pena menor para este tipo de delitos.
Batista se declaró culpable del delito de “abuso sexual simple reiterado, agravado por ser cometido por el encargado de la guarda de los menores” y como durante la instrucción no se pudo probar que hubo acceso carnal, no purgará la condena en prisión porque la calificación no lo contempla.
Cabe recordar que a través de su defensa, el imputado intentó previamente evitar un juicio oral y público, solicitando pagar por los delitos que cometió haciendo trabajos comunitarios, pedido que había sido denegado por el Tribunal.
Finalmente, a fin de evitar enfrentar a testigos y familiares en un debate, Batista optó por acordar una condena mínima que finalmente fue homologada por los magistrados.
El hecho salió a la luz tras las denuncias de los aberrantes episodios que fueron perpetrados entre 2008 y 2010. El ahora condenado estuvo detenido menos de una semana y le fue concedida la excarcelación, por lo que llegó a juicio en libertad.