Con trabajo comunitario recuperaron una vertiente

Viernes 28 de noviembre de 2014
Orgullo. | El presidente de la comisión vecinal ponderó las virtudes de la iniciativa.
Vecinos de Villa Barreyro concretaron una interesante y ejemplar iniciativa que permitió recuperar una vertiente de agua que garantizará la provisión del vital líquido en momentos de cortes o escasez.
Con una inversión mínima y mano de obra propia, la comunidad del barrio pudo ser partícipe de un logro comunitario que sienta las bases para futuros proyectos.
Durante años el agua de la vertiente se escurrió hacia los bajos, aunque esporádicamente algunos vecinos recurrían a ella para subsanar los cortes del servicio por red. Incluso, un amplio sector del barrio no dispone de agua potable y recurre a pozos.
“Veíamos que el agua se perdía y hay tantas necesidades, entonces planteamos la idea y la gente se enganchó con muchas ganas. Es una vertiente limpia, con buena agua y nunca se seca”, comentó Obdulio de Lima, presidente de la comisión vecinal.
Contó que entre los vecinos aportaron para obtener los 1400 pesos que fueron necesarios para adquirir un tanque de 500 litros y los caños necesarios para la obra.
En ese sentido, De Lima ponderó que “es un beneficio para los vecinos que no tienen agua y para quienes tienen pero sufren los cortes, que en esta época del año se incrementan. La gente, hablándole bien y explicando las ideas, tiene mucha voluntad de hacer las cosas y colaborar”.
Los propios vecinos realizaron las excavaciones, colocaron los caños y canalizaron la vertiente, por lo que el costo de la mano de obra fue cero. Se instaló una canilla y hay disposición de agua las 24 horas, subrayaron orgullosos.
Precisamente, ante la escasez del vital líquido se plantean métodos para la captación de agua potable. En ese camino y ante la grave crisis hídrica que aqueja a esta localidad, muchos vecinos comenzaron a almacenar agua de lluvia, ya sea mediante aljibes o con la instalación de tanques que se nutren de las canaletas cuando hay precipitaciones.
Algunos improvisan con lo que tienen y otros invierten un poco más, todos con el objetivo de almacenar el vital líquido para tareas de limpieza y riego, aunque también muchos lo utilizan para el consumo humano, previa potabilización casera.
Según las estimaciones de profesionales del medio, el aprovechamiento del agua de lluvia posibilitaría una reserva de 600 litros diarios por habitante.