Inhabilitar el delito

Domingo 2 de agosto de 2015
El celular se ha convertido en objeto prioritario entre los argentinos. Al punto que está tercero en las preferencias de compra, detrás de la casa y del auto. Claro, con la salvedad de que es más accesible que los dos primeros. Y por ello también, consecuentemente, lidera el ranking de los robos. Según datos oficiales, en el país se roban más de 7 mil smartphones por día. Traducido en términos locales, en las comisarías del centro de Posadas se reciben entre cinco y diez denuncias por jornada de arrebatos o robos callejeros.
La mayoría de las veces son hurtos. Es decir, los delincuentes se apropian del teléfono en las paradas de colectivo o de peatones que avanzan desprevenidos por las calles. Pero otras veces la pérdida no fue solo económica. La semana pasada una joven de 25 años fue golpeada, sufriendo heridas en la cara, en el Sur provincial, por ladrones que sólo querían el celular. Más atrás en el tiempo, el botín cegó vidas, como fueron los casos de Guido Kachuk (17) y de Lucas Vega (18), asesinados a balazos.
Lo paradójico de este delito es que para los expertos tiene solución práctica y fácil de implementar. Pasaría por inhabilitar el aparato inmediatamente después de la denuncia del robo, con la consecuencia de que el dispositivo no pueda ser conectado nunca más a ningún operador. Así perdería valor de mercado y no tendría sentido el robo. Algunos fabricantes ya lo están implementando. Existen problemas cuya solución requiere respuestas complejas. Otros, en cambio, solo necesitan decisiones.
Este es el informe de tapa del diario de hoy (páginas 4 a 9).

Por Roberto Maack
Jefe de Redacción
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