Sólo se vive dos veces

Miércoles 28 de enero de 2015
La filmografía reciente está llena de historias parecidas. De gente que decide empezar otra vida en otro lugar. De hecho, la conducta fue estudiada por la psicología y una de las causantes analizada es la crisis derivada de aspectos profesionales o financieros. Parámetros estos en gente que lleva una vida más o menos normal. Después están los otros, los que deciden cambiar su identidad, empezar una nueva vida en otro lugar, con otro documento por grandes desfalcos financieros. O con otros problemas más graves, como el narco colombiano Jesús López Londoño, alias Mi Sangre, detenido en Nordelta en 2012 con una cara tan bien hecha que ruborizaba al más galán de los actores de los culebrones colombianos.
¿Toda esta introducción para qué? Para presentar la historia del día, protagonizada por el comerciante obereño Ariel Leites Do Santos (44). El hombre desapareció en enero del 2011 en aguas del río Uruguay frente a la costa de Panambí. Se ahogó, según la información oficial. Una malla fue lo único que dejó. Fuerzas de seguridad de Argentina y de Brasil lo buscaron incansablemente, incluso varios días después y a varios kilómetros del lugar, con sobrevuelos de helicóptero. Pero nada. Con el tiempo se supo que Leites Dos Santos encajaba en el perfil de los “con problemas financieros”. Había dejado deudas por todos lados. Desde alquileres a prestamistas con métodos de recupero no muy amables.
Lo hizo todo muy bien. Fingir la muerte, la nueva vida en un lugar del Brasil, con su amante del pueblo, pero falló en un detalle: las redes sociales. Y lo encontraron. (Página. 21)

Roberto Maack
Jefe de Redacción
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