Vecinos consideran que el asesinato de Cabral “fue un acto de justicia”

Miércoles 23 de abril de 2014
Los vecinos del barrio Congreso de esta ciudad, lejos de sentir bronca y pedir justicia por el asesinato de Luis Cabral (47), se mostraron aliviados y aseguraron que su muerte devolvió la tranquilidad a todos.
Sin decirlo abiertamente, por lo bajo consideran que quien le dio muerte al hombre no cometió más que un acto de justicia, porque en el lugar vivían atemorizados por las conductas violentas y el hostigamiento permanente del sujeto.
En ese contexto y para graficar el comportamiento agresivo del hombre, contaron que un vecino se tuvo que mudar a otro barrio por las constantes amenazas que sufría su familia tras una breve discusión que tuvieron; y como si fuera poco, semanas antes de su muerte destrozó con una pala una camioneta cero kilómetro de un vecino que pasó justo cuando construía un lomo de burro de tierra frente a su casa en la calle 113, a dos cuadras de la avenida Quaranta.

“Nos hacía la vida imposible”

Dos semanas después del crimen y mientras la Justicia investiga, El Territorio recorrió el barrio donde Cabral fue asesinado de un balazo en la nuca, hecho por el cual está detenida su actual pareja y el hijo de ésta, de 16 años.
Fueron muchos los que hablaron y detallaron la mala relación que tenían con el hombre, pero pocos quisieron ofrecer su identidad como garantía de sus dichos y pidieron  la reserva de sus identidades.
Todos los testimonios son consecuentes y dan cuenta de la relación poco amistosa de Cabral, de sus reacciones violentas y es por eso que, a pesar de los días transcurridos, el temor persiste.
Javier Reyes, propietario de un almacén en el barrio, contó ayer que “nunca se lo vio tomando, pero reaccionaba mal. Con él no existía el diálogo porque se ponía muy agresivo, era explosivo y si le tenía bronca a alguien era mucho peor, porque nos hacía la vida imposible”.
El ejemplo más claro que ofreció en ese sentido fue relacionado a José, el hombre que vivía en una casa contigua a la suya y por su seguridad debió marcharse de su hogar. “Lo enfrentó una vez y fue lo peor, lo agredió cada vez que pudo, lo cruzó con un machete y hasta rompió el portón. Lo hostigó tanto que el hombre decidió irse  del barrio, porque si seguía iba a terminar mal”.
Otro vecino de la cuadra recordó que “hace poco, una siesta, escuché una fuerte discusión en la calle entre Cabral y el conductor de un auto que pretendía pasar justo en el momento en que hacía un lomo de burro. Sin pensar el tipo comenzó a romper el auto con la pala, re loco se puso”.
El testimonio incluyó también a un grupo de jóvenes que dijeron sentirse “hartos del peligro que era salir a la vereda a tomar un mate o un tereré, porque volaban piedras y era él quien tiraba, no sé si para que reaccionemos o de loco”.
“Todo el mundo le tenía miedo, la gente evitaba cruzarlo por la calle y siempre estaba libre, a pesar de la cantidad de denuncias que tenía. Sembró el terror en el barrio durante muchos años, por eso es que ahora nos sentimos aliviados y está mal que lo diga, pero su muerte nos devolvió la paz que él mismo nos quitó con tanta violencia”, concluyeron.

Disconforme
La casa donde se cometió el homicidio está habitada actualmente por los hijos de la actual pareja de Cabral, quien se encuentra detenida pero acusó lisa y llanamente a su hijo por el crimen, aduciendo ante el juez que instruye la causa que jamás había disparado un arma, pese a que el resultado del examen de parafina dio positivo en ella y negativo para el menor.
El Territorio charló en la víspera con Elizabeth Masset (19) hijastra de Cabral, quien dijo estar algo disconforme con las publicaciones de los medios porque -a su criterio- no contaron lo que pasó esa madrugada.
La joven dijo que estuvo en la casa el día del hecho y contó lo que vio y escuchó: “Estaba en la pieza cuando mi hermano despertó a mi padrastro porque estaban robando, él salió afuera con un arma que tenía arriba del ropero y mi hermano lo siguió para alumbrar con la linterna”.
“En un momento dado se escucha un disparo y mi hermano viene corriendo a la sala, donde estaba con mi mamá para pedir que llamemos a la Policía, que le habían tirado a Luis. Llamamos y cuando vimos estaba muerto al lado del baño, afuera”, recordó.
Masset se mostró dolida por la detención de su madre y la situación complicada que pesa sobre su hermano. Por ahora es el único sostén para su hermano de 9 años, que momentáneamente dejó de asistir a la escuela. “Extraña mucho a mamá, era muy pegado a ella y ojalá se resuelva rápido toda esta confusión” pidió.