Vecinos de la costanera denuncian peligrosas picadas nocturnas

Sábado 20 de septiembre de 2014
Preocupados. | Los vecinos temen por la seguridad de sus hijos, ya que afirman que muchas veces, las picadas son a la tarde. | Foto: Facundo Correa

Preocupados y molestos por los ruidos de caños de escapes y frenadas imprevistas, vecinos de la costanera de esta ciudad denunciaron que jóvenes corren peligrosas picadas sobre la calle Antártida Argentina casi Urquiza, precisamente enfrente al teatrino de la bahía El Brete, que se transforma en una "pista de carrera".
Durante los fines de semana, grupos de cinco o seis 6 personas compiten en automóviles y motocicletas. Utilizan los declives de la avenida para tomar mayor velocidad y finalizar su recorrido en la avenida Urquiza.
Las carreras, que en su mayoría se inician en el sector costero del río, empiezan a la 1 de la mañana, y algunas veces también se hacen a la tarde. Según contaron, los conductores comienzan las competencias después de consumir bebidas alcohólicas y  “toman la calle como una montaña rusa; vienen camionetas llenas de chicos, que con gran velocidad se largan por la bajada y se escuchan los gritos; hacen picadas hacia ambas direcciones”, resaltó la vecina Ana María Prandi.

Desde la percepción de los vecinos de la cuadra, “se escuchan muchos gritos de mujeres, y se ve que en el sector de lanchas empiezan a agarrar velocidad. Esto ocurre todos los días, a la tarde y a la noche. Toman alcohol y empiezan las carreras”, agregó.
 Por su parte, Obdulia Almada advirtió: “Cada vez pasan más fuerte los automóviles, se escuchan  los ruidos de los escapes y frenadas de golpe. Es muy peligroso porque hay niños jugando en la calle. Ellos están ahí y los automóviles pasan a toda velocidad, en cualquier horario del día. También hace poco hubo una pelea de adolescentes”.
En conversación con El Territorio, explicaron que hace quince días se colocaron un lomo de burro y algunos carteles en la zona. “Empezaron las obras pero no las terminaron, y mientras tanto, siguen haciendo carreras acá. Hacen falta tres reductores de velocidad o más control para evitar que corran con los vehículos”, resaltó Prandi.
Para evitar siniestros, en varias oportunidades los vecinos presentaron notas al municipio solicitando más inspecciones y la instalación de reductores de velocidad, que por el momento son pocos y no imposibilitan la rápida circulación de los jóvenes.
En ese sentido, Prandi reiteró que “las picadas son en aquél sector (en referencia a la pendiente cercana al teatrino de El Brete), que está más lejos del lomo de burro. Entonces, cuando llegan hasta los reductores, ya giran para empezar de nuevo la carrera”. Más allá de los ruidos molestos, los vecinos se mostraron preocupados principalmente por la integridad física de los jóvenes.
Paola Sieb, otra vecina del barrio transformado por la costanera, explicó que al lugar lo apodaron montaña rusa, “porque los chicos vienen gritando, ya que la bajada les da vértigo. Hay una cuadra que corta la calle; lo peligroso es que choquen los vehículos de frente. Tampoco los vecinos estamos a salvo, porque, por ejemplo, hay riesgo de que nos entre un automóvil en alguna de nuestras casas”.


Las zonas más complicadas de la ciudad
Aunque desde el Departamento de Control de Tránsito continúan realizando operativos nocturnos los jueves, viernes y sábados, se resaltó que las picadas en los barrios son una problemática constante para los vecinos. Según revelaron, en las últimas semanas la mayoría de las denuncias provenía del barrio ubicado sobre la avenida Rademacher entre Comandante Rosales y Comandante Espora. Al respecto, José Robledo, jefe del Departamento de Tránsito, contó: “Estamos realizando controles de forma periódica. Hacemos muchas recorridas, pero el problema ocurre cuando los jóvenes se enteran de los controles y desaparecen, ya que tienen vías de escape. Son problemas que venimos encarrilando a medida que se efectúan las denuncias”.
Además, explicó que con el transcurso de los años van variando las zonas de competencia. “Siempre tenemos quejas de vecinos de varios barrios, y a partir de las denuncias vamos focalizando los controles, porque los jóvenes mutan hacía otro lugar”, precisó Robledo. Por este motivo, solicitaron a los vecinos que denuncien, porque “cuando terminan las carreras en un sitio, rápidamente empiezan a buscar otros lugares, más desolados, para correr a la madrugada”, aseguró José Robledo.