Colas y hasta listas de espera para conseguir el gas a precio solidario

Lunes 26 de enero de 2015
Conseguir la garrafa social a 16 pesos es una tarea casi imposible; de norte a sur los misioneros llegan a pagar por el gas subsidiado hasta dos veces más que el valor establecido por ley.
En las localidades fronterizas, los habitantes advierten la fuga del cupo del gas social hacia los países vecinos, mientras que en los barrios de la ciudad capital, los usuarios acusan desabastecimiento.
El 31 de diciembre pasado caducó la resolución 532 de la Secretaría de Energía de la Nación que mantenía el acuerdo de estabilidad del precio del Gas Licuado de Petróleo (GLP) -butano y/o mezcla-, envasado en garrafas de 10 kilos a 16 pesos. Desde entonces, y ante la ausencia de definiciones de las autoridades nacionales y provinciales sobre la continuidadel programa Garrafas para todos, las firmas de fraccionamiento y expendio suelen retacear la venta en planta, y sí distribuyen el producto a domicilio, donde con la carga del flete llega a los 50 pesos.
Desde la Secretaría de Comercio Interior admitieron no contar con novedades sobre este tema, aunque adelantaron que se pueden dar posibles cambios en la ejecución del plan de acceso al gas para este 2015.
En tanto, Gustavo Tassano, de la Asociación de Usuarios y Consumidores de Misiones (Uscom), señaló que todavía se espera la comunicación del Gobierno acerca de la continuidad del subsidio al gas de garrafa. “Sin una confirmación se está propiciando que el gas se encarezca y las garrafas a 16 pesos no aparecen por ningún lado, no se están vendiendo”.
Señaló que no hay certezas sobre la continuidad del subsidio, “el acuerdo debía hacerse ya el año pasado, pero la problemática de fondo es que el gas subsidiado no llega a los consumidores y se encarece en la cadena de comercialización, no hay nada que regule el precio del servicio de entrega a domicilio”.
En este sentido lamentó que la Justicia misionera y nacional fallaron en perjuicio del consumidor. “Tuvimos dos reveses judiciales en cuanto a la búsqueda de defender los derechos de los consumidores”, con el rechazo a fijar una ley de tope de flete y acarreo de 25%.
Por otro lado, convino que será necesario actualizar el precio del gas subsidiado que se mantiene desde hace dos años en 16 pesos.

Temprano y caro
Las distribuidoras consultadas en Posadas aseguran que en las plantas no falta gas a 16 pesos; sin embargo, muchos vecinos se desplazaron hasta las empresas sin suerte y debieron solicitar por teléfono para reponer el gas.
El faltante se observa también en Capioví, donde los habitantes fueron reemplazando la leña por el gas y la demanda tuvo un marcado crecimiento, los precios varían según quién lo distribuye o comercializa.
Desde Jardín América hasta Puerto Rico, las cooperativas que comercializan energía eléctrica también venden gas en garrafas en envases de 10 kilos.
El cupo de venta otorgado para el 2014, en el caso de Miscoopgas que vende una garrafa de 10 kilos por persona -en planta- a 16 pesos, ya fue superado hace rato y las expectativas están puestas en ver si se podrá ampliar para el año en curso.
En el caso de la Cooperativa de Servicios Públicos de Jardín América, la alternativa ante el faltante fue comenzar a adquirir gas en garrafas en Candelaria, para lo que dispusieron personal y movilidad, lo que sólo sirvió de paliativo, ya que muchas veces no les entregan cargas y dan prioridad en la entrega a clientes que comercializan mucho más que 100 o 150 garrafas.
La situación actual hizo que sólo vendan a los socios y con entrega a domicilio a 38 pesos cada garrafa; la lista de espera fluctúa entre las 150 y 200 solicitudes permanentemente.
En la frontera misionera, lindante al río Paraná, la demanda de los vecinos paraguayos es un hecho: varios manifestaron que pagan en su país hasta 160 pesos por cada carga. Con respecto a esto, el programa “Garrafa segura” fue, en principio, exitoso, pero sólo reguló la comercialización hasta que reemplazaron todos los envases y ahora siguen comprando en la Argentina pero con envases del país, los cuales se pueden comprar en el país vecino a 500 pesos aproximadamente.
Solamente en Jardín América, donde se comercializan garrafas de cuatro proveedores diferentes, se están comercializando más de 1500 garrafas por semana.
Asimismo, en Oberá dos empresas tienen el gas subsidiado, esto genera que todos los días haya filas desde temprano para adquirir el gas envasado por lo que el producto se acaba para la venta en dos horas.
Por su parte, la cooperativa de Electricidad de Montecarlo es una de las instituciones que firmó el acuerdo para seguir manteniendo las garrafas solidarias a 16 pesos, pero la cantidad de cilindros mensuales que reciben no es suficiente para la demanda que tienen. Además la entrega del producto a la institución no es tan frecuente como en otras épocas. Desde la Ceml informaron que están recibiendo entre 1500 y 1700 cilindros por mes, que sería aproximadamente el 70 porciento de lo que recibían antes, y los socios -la mayoría de las veces- hacen colas desde muy temprano para poder conseguir el gas porque no alcanza para todos.
También la institución vende a 16 pesos a un distribuidor particular que le agrega el precio del flete, lo que estaría rondando alrededor de 25 pesos a domicilio dependiendo la distancia.


Atractivo para los brasileños En Bernardo de Irigoyen, frontera seca con el Brasil, el gas es uno de los productos con gran salida al el hermano país; la garrafa de 13 kilos pagan 40 reales y más, en tanto que en Argentina sale entre 23 y 25 reales. Se utilizan tanto envases brasileños como argentinos en toda la zona.
La compra para los usuarios argentinos ronda entre los 50 a 70 pesos con el envase argentino y entre 70 a 90 pesos el gas con envase brasileño. Y el flete cuesta entre 25 a 30 pesos.
En Bernardo de Irigoyen se hicieron varios pedidos y reclamos por el gas subsidiado, pero llegó únicamente una vez -en junio de 2014- y después de eso nunca más. El camión de gas subsidiado llegó a la Municipalidad y la gente debía retirar de ese lugar, pero nunca hubo una boca de expendio o distribuidor del gas subsidiado.
Los autos estacionan del lado brasileño, pasan a pie a comprar y vuelven por las escaleras, donde se ve a los comerciantes argentinos acercar la garrafa en carritos.