En plena reconstrucción, los afectados siguen en shock

Martes 25 de noviembre de 2014
A 19 días del temporal que dejó sin techo a unas 260 viviendas de esta localidad, los damnificados buscan recuperarse y salir adelante. Este domingo todavía había casas que estaban sin luz eléctrica y en otras se estaban colocando los tanques de agua que fueron arrancados por el viento.
Las necesidades económicas y materiales son muchas y variadas, desde electrodomésticos que se fueron con las ráfagas o se mojaron, hasta utensilios de cocina que desaparecieron y muebles que se deterioraron.
Además de ello, la contención psicológica sigue siendo fundamental. En estos 20 días varios afectados, principalmente mujeres, sufrieron shock emocional y debieron ser atendidos en centros de salud.
El viernes último, cuando se oscureció el cielo y llovió, la mayoría sintió sensaciones extrañas, en algunos casos miedo y hasta desesperación al pensar que podría volver a producirse el fenómeno (para los pobladores fue un tornado) que padecieron el jueves 6.
Roque Almeida es ex combatiente de Malvinas y en su casa todavía no pudieron terminar con la instalación eléctrica. La vivienda no tendría luz si no fuera por su vecina que le extendió un cable con dos lámparas.
Sentado en su garaje, el hombre se recupera de una herida en la pierna a causa de un vidrio que voló con el viento, además hay días que no puede caminar por secuelas de la guerra.
Más allá de todo eso, se mostró agradecido por toda la ayuda recibida y la colaboración de los vecinos y de la secretaria de Cultura Cristina Novoa.
Su casa ya tiene techo, falta el cielorraso, y el garaje lo hicieron de nuevos parientes y amigos. Tiene dos autos, uno era el Ford Fiesta que la tormenta dejó ruedas para arriba.
Gran parte de los muebles y utensilios de cocina se perdieron o deterioraron y esperan la ayuda de Nación para reponer algo de lo perdido.
Su esposa Irma contó que el día del temporal se metió debajo de la cama con su nieta. “Pocas cosas pudimos salvar, hay cosas que busco y me doy cuenta que no están”, dijo mientras alumbraba con una linterna prestada, porque la suya no la encontró después desde aquella jornada. Una de sus hijas sufrió un shock traumático el día después.
Otro vecino de Roque, Marcelo Carrizo, quién también sufrió la voladura del techo, la destrucción del muro, muebles y demás, señaló: “El trabajo de todo un año se fue en un minuto. Pero ya está, hay que dar vuelta la hoja y seguir para adelante”.