“Lo que importa es seguir el camino que él abrió para el pueblo guaraní”

Martes 20 de marzo de 2018 | 05:00hs.
Misiones | La despedida fue en Puerto Leoni y se hicieron presentes miembros de otras aldeas mbya. | Foto: Norma Traid
El pueblo guaraní de Misiones y especialmente la aldea Marangatú de Cuñá Pirú despidió ayer al último líder espiritual de edad adulta que tenían, Lorenzo Ramos. El referente del pueblo mbya falleció el sábado último luego de una larga enfermedad.

Más allá de los cuestionamientos por diferentes razones que pudieron haberle hecho los blancos, Lorenzo era guía y referente del pueblo originario y fue despedido por una masa de paisanos que lo acompañó hasta su morada final.

Ayer por la mañana y luego de velarlo en la Escuela 848 de la comunidad Marangatú, su cuerpo fue trasladado en un pequeño vehículo utilitario hasta el cementerio de Leoni, donde tradicionalmente se sepulta a los integrantes de las comunidades de esta región.

La larga caravana recorrió los kilómetros que separan la comunidad del camposanto con vehículos repletos de hombres y mujeres, algunos bebés y los empleados municipales del pueblo que oficiaron de choferes. Los niños se quedaron en casa, excepto los familiares directos.

Ya en el acceso a Leoni y a metros de la entrada al cementerio, los que esperaban en el lugar fueron separados, los hombres a la izquierda y las mujeres a la derecha. Así, formaron un cordón para recibir los restos del cacique Lorenzo Ramos. Por allí pasó el utilitario y un solo vehículo de la cochería con los familiares directos. Todos los demás se quedaron afuera.

Luego de varios minutos, encabezado por un adulto y un niño, ingresó al cementerio por la entrada principal un nutrido grupo de indígenas para acompañar la colocación del féretro en la capilla ardiente, hacer la ceremonia de despedida en guaraní, a cajón abierto y al pie de una cruz cristiana, con esporádicos sonidos de golpes cortos de palitos de madera a modo de instrumento musical. El encendido de pipas artesanales, en el caso de los hombres, y algún que otro cigarrillo para el resto del grupo prosiguieron el ritual de despedida.

El dolor se filtraba en cada frase, en cada llanto retenido, la pérdida quebraba a las mujeres adultas del grupo y los jóvenes, sus sucesores, mostraban una fortaleza que a su vez era trasladada al resto del grupo y sumía la ceremonia en un silencio profundo solamente roto por las sentidas palabras en guaraní de los que, uno a uno, fueron despidiéndolo en voz alta.

Lorenzo Ramos fue sepultado a varios metros de la parcela que tienen los guaraníes desde hace muchos años en el cementerio de Puerto Leoni, en una zona alta, a la sombra de un árbol y acompañando el recorrido del sol, de este a oeste.

Francisco, su heredero

Francisco Ramos, hijo mayor de Lorenzo Ramos, es el actual cacique de la comunidad Marangatú y a pocas horas de despedir a su padre dialogó con El Territorio. “Lo que importa ahora es seguir el camino que él  abrió para el pueblo guaraní, hablamos entre todos los caciques y acordamos que la lucha debe seguir, que la lucha continúa”, señaló y agregó: “Pedimos a todos los caciques que reflexionen sobre su pérdida”.

Francisco, como jefe y responsable de la aldea, recibió a caciques de toda la provincia que se acercaron a dar sus respetos durante el velatorio de su padre; allí se reunieron y acordaron algunas cosas, entre ellas, no abandonar la lucha que hace tiempo encaró Lorenzo como líder del pueblo guaraní.

“A los políticos les pedimos que sigan respetando los derechos mbya por más que ya lo hemos perdido a él, perdimos el último del grupo de grandes dirigente que tuvimos”,  dijo con marcado dolor el cacique Francisco. “A partir de esto todos nosotros debemos seguir luchando y pedimos al gobierno provincial que apuntale todo lo que hemos logrado, el proceso de la lucha, que lo haga sin someternos”, añadió.

“Quedamos con su guía espiritual y sus enseñanzas…”, concluyó Francisco Ramos, integrante de una camada de caciques jóvenes que se formaron bajo el liderazgo de hombres fuertes que traspusieron las fronteras de sus aldeas para ir a las ciudades a pelear por sus derechos.

Lorenzo Ramos tuvo catorce hijos con diferentes mujeres, todos viven actualmente y a todos les dio su apellido y reconoció como tales.

En la memoria de todos

Durante el velatorio y el entierro se hicieron presentes muchas personas que compartieron en vida la lucha de Ramos por los derechos de los guaraníes. Dora Saldías conoció a Lorenzo Ramos en la década de 1980. Después, como empleada de Salud Pública, lo encontró cuando ella comenzó a trabaja en Salud Indígena y entablaron un vínculo de amistad que duró hasta sus últimas horas.

“Lorenzo era un líder, un hombre muy respetado por todos los caciques, luego de Villalba de Santa Ana estaba Ramos, era muy sociable, entre ellos era palabra mayor”, dijo visiblemente emocionada.

Por su parte, Dante Pigerl,  plasmó: “Siento una enorme tristeza y a la vez reconozco el legado que dejó, era una enciclopedia abierta hacia todos”. “Mientras trabajaba en la escuela bilingüe y ahora desde la Dirección de Deportes siempre sentí un acompañamiento total, siempre guiándonos por el buen camino”, afirmó.

En tanto la antropóloga y realizadora audiovisual Ana Zanotti se mostró muy triste por la noticia. “Ligados a Lorenzo estuvimos desde principios de los 80. En el momento que Ana Gorosito Kramer conduce el primer censo sobre los guaraníes, como estudiante de Antropología estuve formando ese equipo de campo. Con él fue ese el primer contacto que tuve, en ese momento Lorenzo era muy joven y ya se le notaba que luchaba porque su pueblo pueda estar mejor. Él era el puente entre esos dos mundos, porque hablaba muy bien castellano y expresaba esa espiritualidad y la cuestión del equilibrio con el resto del mundo”.

Incluso recordó cuando se creó el Sistema de Teleducación y Desarrollo (Sipted) y llegó a la provincia Eduardo Mignogna para filmar una serie de documentales entre los que hubo uno que tocó la realidad del los guaraníes. El filme se llamó Aborígenes y en su momento fue un grito de denuncia sobre una realidad pocas veces escuchadas.

“Lorenzo era una persona que expresaba el sentir del pueblo, lo había incorporado a su discurso. Por eso para nosotros, el mundo blanco, perdemos a un interlocutor que fue muy importante para contar sobre ese tesoro que es el mundo mbya. Él se decía representante del pueblo, no le gustaba la palabra cacique”, reflexionó Zanotti.

Por el fallecimiento del cacique Ramos, el gobernador de la provincia, Hugo Passalacqua, decretó duelo para ayer y hoy (sin asueto) con bandera a media asta. El mandatario destacó el compromiso de Ramos por la defensa de los derechos del pueblo mbya guaraní.
Lorenzo Ramos integró el Consejo de Caciques del Pueblo Guaraní y fue un férreo defensor de la educación intercultural bilingüe. Verá Kaaru, nombre mbya de Lorenzo, fue promotor y sentó las bases para esta modalidad educativa y también en la aplicación de la justicia tradicional guaraní en el sistema judicial de Misiones. Así pasó el umbral rumbo al Yvy Maraey, la Tierra sin Mal.