Crimen del remisero: liberaron al único mayor tras semanas detenido

Martes 25 de abril de 2017 | 07:05hs.
El hecho ocurrió durante las últimas horas del pasado 31 de marzo.

Ariel P., de 24 años, uno de los detenidos por el crimen del remisero Carlos Alberto Amarilla, de 62, en el barrio Giovinazzo, recuperó su libertad luego de casi tres semanas, según pudo saber El Territorio en base a fuentes cercanas al caso.

La medida se concretó el viernes, pero recién trascendió en la jornada del último lunes.

Las autoridades del Juzgado de Instrucción Tres, a cargo del magistrado Fernando Verón, recolectaron pruebas que consideran suficientes para desligarlo del hecho. En este sentido, si bien por ahora seguirá ligado a la causa, todo indica que va camino al sobreseimiento total con respecto al homicidio del trabajador al volante.

La determinación de la Justicia era una posibilidad que se venía barajando desde que los dos detenidos, él y el menor involucrado, decidieran hablar en la audiencia indagatoria. Sus declaraciones fueron coincidentes e incluso el menor lo desligó del hecho.

Según trascendió, el traslado de Ariel al juzgado para que le notifiquen su libertad no pudo concretarse durante la semana pasada, por lo que finalmente el viernes a la siesta recuperó la libertad desde la Comisaría Decimoprimera, donde estaba alojado.


Confesión clave
Como informó El Territorio en ediciones anteriores, el joven fue trasladado al banquillo el martes 4 de abril, cuatro días después del homicidio, para expresar su versión de los hechos. Ante el juez Verón, aseguró que ese sábado a la madrugada había estado en otro punto de la ciudad.

Al día siguiente, fue el turno del menor de 17 años, que permanecía alojado en la Unidad Penal IV y que tampoco eligió el camino del silencio. Admitió haber participado del robo frustrado a Amarilla, pero aclaró rápidamente que "Ariel no tiene nada que ver", según se desprende de sus declaraciones.

En este sentido, expresó que esa noche subió al remis con otra persona, se sentó adelante y salieron con destino hasta la usina de Emsa, donde finalmente se cometería el crimen. El señalado fue identificado Fernando P., quien todavía permanece prófugo y se creen que empuñaba el arma que mató a Amarilla.

Los implicados rebotaron varias veces hasta subirse al Fiat Uno de la víctima, por lo que los aportes de sus colegas coinciden en que fueron dos los matadores que se hicieron pasar por viajeros.

La posibilidad de que un tercero haya subido en el trayecto no se puede descartar, aunque la hipótesis fue perdiendo fuerza con el tiempo.

Consultados por este medio, muchos remiseros expresaron sus sospechas de que el prófugo ya abandonó el país con destino a Paraguay o Brasil, aunque estas versiones no pudieron ser corroboradas con lo pesquisas. Incluso se supo que varios de ellos iniciaron una investigación y búsqueda paralela al caso.

El hecho
Carlos Alberto Amarilla fue asesinado poco después del viernes 31 de marzo a la noche de un tiro en la cabeza dentro de su vehículo. Fue encontrado cerca de las 22.55 a unos quince metros de Cocomarola y en una zona de poca iluminación de la avenida 210. Esta última arteria es terrada y está situada a pocas cuadras del barrio Giovinazzo.

Entre las pertenencias, los pesquisas hallaron 324 pesos en efectivo, un encendedor y su teléfono celular. De acuerdo a lo reconstruido por los investigadores, Amarilla tomó su último viaje cerca de las 21.45 en la Terminal de Ómnibus local, donde hacía base. Todo con la supuesta intención de ir hacía la zona del barrio A-4.

Lo que se sospecha es que, una vez que los supuestos delincuentes vieron que Amarilla había dejado atrás la Seccional Undécima mientras circulaban por avenida Cocomarola, el pasajero que se sentó atrás obligó al taxista a ir hasta la usina de Emsa.

Se cree que, una vez que los falsos clientes mostraron sus verdaderas intenciones, se produjo un forcejeo dentro del auto. En esa circunstancias, se le habría escapado el disparo a quien permanece prófugo y los delincuentes huyeron de la escena sin llevarse nada.

En un importante despliegue, ese sábado se hicieron varios allanamientos donde integrantes de la Secretaría de Apoyo en Investigaciones Complejas (Saic), personal de la Dirección Homicidios y efectivos de varias comisarías dependientes de la Unidad Regional X apresaron a los dos sujetos, uno de ellos liberado tres semanas después.

Durante un rastrillaje realizado por la tarde noche en un descampado ubicado cerca a la escena del crimen, los pesquisas hallaron enterrada otra arma de fuego marca Bersa calibre 22.