Una joya desconocida

Sábado 26 de noviembre de 2016

“Tuvimos que salir de la chacra con las frutas para poder vender. La gente pensaba que era veneno y no quería comprar los arándanos”, contó a El Productivo Ricardo Wernes, productor del cultivo en San Pedro.
La cosecha cerró en octubre pasado. Varios productores de la zona lograron sacar adelante una producción que no tenía mucho futuro por la falta de mercado y tras una fallida inversión privada.
 Wernes indicó que fueron varios los colonos que aceptaron hace unos ocho años atrás una propuesta privada y luego quedaron colgados sin poder vender las frutas. En los últimos dos años pudieron sacar a flote el cultivo gracias al apoyo de la Cooperativa San Jorge, que consiguió compradores e inició la venta de fruta fresca y mermelada de arándanos.

Lo bueno, según destacó el productor, es que la plantación se adaptó muy bien al suelo misionero y no requirió de sistema de riego como en otras zonas del país.
“Iniciamos hace unos ocho años con el cultivo de arándanos de la mano de una sociedad que  vino de afuera, Entre Ríos, nos habían dicho que era una gran oportunidad”, recordó el productor.
“Así convencieron a mis padres y otros colonos de plantar arándanos, pero en la primera cosecha apenas se ganó para pagar los cosecheros. Y no resultó lo que habían prometido. Con contrato en mano, no cumplieron, dejaron a los productores colgados en cosechas posteriores sin poder vender las frutas".
En algunos años, las frutas se pudrieron en las plantas, esperando. Después tuvimos que salir a vender y en la zona la gente, como no conocía, no compraba, decían que era veneno", contó Wernes.
Sobre el manejo del cultivo, aseguró que los mayores esfuerzos se requieren al iniciar la plantación.

Manejo
“Las preparación del suelo es lo más importante ya que se necesita mucha humedad. Nosotros preparamos una hectárea y media que fue cubierta con hoja de pino, disqueada y luego de plantadas las macetas se volvió a cubrir con hojas de pino”, explicó el productor.
Y al menos una vez por año  hay que hacer podas para lograr buenas frutas. La cosecha  de arándanos se hace una vez al año, entre septiembre y octubre, y dura un poco más de un mes.
“En temas de sanidad no hay plagas que afecten, lo único que necesita es abono, no hace falta poner ningun agroquímico”, aseguró el productor.
Y explicó que en buenas épocas, cada arbusto da un poco más de medio kilo de fruta. Y si todo sale bien se tendría que lograr unos 8000 kilos por hectárea.
“La planta se adaptó muy bien,  en estos 8 años, nunca requirió riego, lo que sí se erosionó un poco el suelo. El tema es que antes no daba ninguna ganancia, recién ahora estamos vendiendo la fruta y logrando dinero para la limpieza y cosecha que es manual”, dijo Wernes.
“En nuestro caso se hace en familia, por eso los costos no son tan altos. Este año llegamos a 600 kilos, el año pasado fue muy poco porque la helada afectó mucho. En años anteriores logramos 800 kilos”, añadió.
Wernes contó que otros productores decidieron abandonar las plantaciones, “nosotros sacamos fondo de otros cultivos y tratamos de no descuidar el cultivo. Y ahora colocamos nuestra producción en la Cooperativa local y en Línea Cuchilla”.
Los Wernes lograron en esta cosecha vender sus frutas a 55 pesos por kilo. z