Por 30 días

Martes 21 de marzo de 2017
Pluma. Aguara-í
En marzo de 1925 Albert Einstein visitó la Argentina por 30 días. Llegó el 24 al puerto de Buenos Aires en el vapor Polonio, invitado por la Universidad y la Sociedad Hebraica. Se alojó en Belgrano y visitó Córdoba y La Plata. Ya era mundialmente reconocido por su Teoría de la Relatividad (1905) y por haber ganado el premio Nobel de Física (1921). Brindó doce conferencias, la mayoría dedicadas a explicar su novedosa teoría y no objetó las interrupciones y objeciones; es más, pidió que ante la menor duda se lo interrumpiera. Las conferencias se transformaron en charlas de difusión científica en un ambiente cálido e informal. Asistieron políticos, representantes del gobierno, decanos, intelectuales científicos y estudiantes. Einstein había hecho escala previa en Río y en Montevideo. Cuando visitó La Plata lo homenajeó una orquesta, y de paso cañazo, el propio Einstein, violín en mano, tocó un fragmento del Zapateado de Sarasate (1844/1908). Colaboró con La Prensa escribiendo algunos artículos de temas políticos. Proponía la creación de una Paneuropa a partir de la unión de países europeos (80 años antes de la Unión Europea). Sobre su intrincada teoría dijo: “Es una ironía del destino que yo mismo haya sido receptor de una admiración excesiva. La causa de esto puede ser perfectamente el deseo, inalcanzable para muchos, de entender las pocas ideas que con mis débiles poderes he alcanzado después de una lucha incesante”. Expresó un deseo: “Quiero que en la Argentina, en cuya capital reconozco un gran centro de cultura, se conozcan los fundamentos de mi teoría, tal como la entiendo y no bajo el aspecto en que la presentan admiradores entusiastas que en el calor de la polémica, muchas veces la desfiguran. No se preocupen por sus dificultades con las matemáticas. Yo puedo asegurarle que las mías son mayores”. Einstein se marchó a fines de abril del 25, treinta días antes de la fundación de El Territorio, que si no, hubiese publicado la noticia.