Buscadores de tesoros al acecho de los hallazgos arqueológicos

Martes 17 de octubre de 2017
Cabeza de ángel con su molde, de la reducción de Apóstoles.

“Cabeza de ángel de cerámica con su molde. Un hallazgo único, la pieza de cerámica con su molde. Un ejemplo de la producción artística y tecnológica que se desarrollaba en los talleres de las reducciones de las misiones jesuíticas de guaraníes”. Así describe el historiador Esteban Snihur el hallazgo de hace tantos años que aún no despertó el interés necesario, dado que jamás se realizó una intervención arqueológica.
Las imágenes corresponden a lo que fue la reducción de los santos apóstoles Pedro y Pablo, en lo que es hoy el municipio de Apóstoles, Misiones. Fueron tomadas en 1986 en un lugar prácticamente destruido por los buscadores de tesoros. Y justamente frente a eso deben lidiar los especialistas dedicados al rescate del patrimonio. Los buscadores de tesoros, considerados “ladrones” por parte de los arqueólogos, aún en la actualidad acechan los hallazgos guiados por las historias de oro que trascendieron generaciones.
“Personalmente nunca publiqué el lugar exacto, porque era condenar ese patrimonio a la destrucción total por los buscadores de tesoros que abundan en la zona”, confiesa Snihur en diálogo con El Territorio, y asevera que en estos nuevos grupos de buscadores -organizados en las redes sociales, por ejemplo- su motivación pasa por la adquisición de “objetos patrimoniales que pueden ser hallados y su potencial comercialización ilegal en el mercado negro de antigüedades”.


Cambio de metodología
“El ‘buscador de tesoros’ o de ‘entierros’ es un personaje típico que habita el territorio misionero, tanto en Argentina, como en Paraguay o Brasil. El buscador de tesoros cree obsesivamente de que los jesuitas al ser expulsados dejaron ocultados tesoros en lingotes de oro y plata, que aun esperan ser encontrados. Cualquier piedra labrada, o ruina, o vestigios arqueológico hallado para el buscador de tesoros es una ‘señal’ de que algo allí puede encontrarse. Y entonces actúa en consecuencia con el pico y la pala. Esta acción casi demencial es  causa de la destrucción del patrimonio histórico y cultural”, explica Snihur, y agrega: “Hoy en día existen en nuestra región agrupaciones de buscadores de tesoros arqueológicos, organizados por ejemplo en Facebook, desde donde comparten y alardean de sus hallazgos. Hallazgos que son realizados fuera de toda norma o criterio científico y que terminan alimentando el mercado negro e ilegal de objetos de valor histórico-cultural”.
“El antiguo buscador de tesoros que se valía del péndulo, de la varilla radiestésica o de la consulta al curandero o payé del pueblo, ha sido reemplazado por una nueva generación de buscadores de tesoros que se valen de los detectores de metales electrónicos, adquiridos muy fácilmente a través de Mercado Libre”, asegura.
“Las consecuencias del accionar de estos grupos de buscadores de tesoros o entierros sigue siendo nefasta para la preservación del patrimonio histórico cultural en nuestra provincia”, se quejó el historiador, que desde hace años integra el equipo del Programa de Misiones Jesuíticas.
Consultado sobre si existen denuncias sobre este tipo de acciones, sostuvo: “Las denuncias casi siempre proceden de los propietarios que ven invadidos sus terrenos por el accionar de los buscadores de tesoros. Pero la denuncia tiene el carácter de invasión de propiedad privada. En este sentido, el trasfondo, que es el daño al patrimonio histórico cultural, queda impune. Como queda impune también el comercio ilegal de piezas de valor histórico”.

Los lugares más amenazados

Según Esteban Snihur, los sitios más amenazados, “por lo expuestos que están, son los de origen jesuítico-guaraní.
“Uno de los sitios más atacados por los buscadores de tesoros en la actualidad es el conjunto jesuítico de Mártires. La falta de protección del sitio, sumada al aislamiento en que se encuentra y la espesa selva que lo cubre, hace que sufra periódicamente los daños causados por los pozos que realizan los buscadores de tesoros. Destruyen material arqueológico y ponen en riesgo la estabilidad de los muros o paredes en pie”.
“Otro de los sitios dañados por los buscadores de tesoros fue la Capilla del Monte del Calvario, aledaño al conjunto jesuítico de Loreto. Al hallarse fuera del perímetro de protección del conjunto jesuítico y a unos 1.500 metros en un espacio que es una calle pública (no abierta por lo accidentado del terreno), quedó al acecho por décadas. El Fondo Misiones Jesuítica de la Provincia logró un marco de protección sobre el sitio. Pero todavía pueden verse la asombrosa cantidad de pozos”.



“Vamos a documentar el valor histórico del aljibe”
GOYA, CORRIENTES. Tras el hallazgo arqueológico en la Catedral de Goya, el cura párroco, Juan Carlos López, reconoció que en alguna medida sabían de la existencia del pozo, que finalmente resultó resulta ser un aljibe contenedor de agua pluvial. No obstante, arquitectos e historiadores de la ciudad trabajan para documentar y valorar lo que representa la construcción para el patrimonio cultural de la ciudad.
“Acá existía un aljibe, contenedor del agua pluvial. De este pozo se sacaba el agua para la Catedral. Lo que pasó los días previos a la fiesta patronal es que empezaron a levantarse algunas baldosas y pusimos una madera para proteger, porque al levantar las baldosas, nos dimos cuenta de que estaban en falso y esto era un peligro de derrumbe en los entornos del pozo”, dijo el sacerdote.
“Actualmente se han descubierto todas las baldosas alrededor para analizar este aljibe, que está muy bien trabado, calzado, es una pieza histórica de la Catedral”.
“Primeramente decimos que no hay ningún dramatismo, esto no afecta para nada a la estructura de la Catedral; sí al piso central, en un radio de pocos metros”.
“Ahora más tranquilos, vamos a analizar junto con los arquitectos para poder documentar históricamente lo que encontramos, qué función ha tenido esto, como para también valorar”, sostuvo el párroco.
El templo tiene al menos 150 años y, según los especialistas, es posible que esta estructura sea anterior a su construcción.