La viuda de Sortiga aseguró que el joven era sano y no estaba drogado

Miércoles 11 de enero de 2017
La joven atraviesa el cuarto mes de embarazo de una niña. | Foto: Daniel Villamea

“Él estaba tan contento con ser papá por primera vez, que sólo hablaba de la beba. Quería ponerle Abigail y, cada vez que podía, compraba alguna cosita para ella. Esperamos seis años para tener un hijo y ahora se murió de una manera inexplicable. Mi marido era trabajador y sano, no estaba drogado”, subrayó Julia Itatí Da Rosa (23), pareja de Claudio Sortiga (23), quien el sábado falleció en el Hospital Samic de Oberá.
Por el momento, las circunstancias del deceso no están claras y el hecho fue caratulado como “muerte dudosa”, al menos hasta que se conozca el resultado de la autopsia ordenada por el Juzgado de Instrucción en turno.
En tanto, en la víspera, la familia de Sortiga aportó un dato que desacreditaría la hipótesis de un cuadro producido por el consumo de algún tipo de droga, como se especuló en un primer momento debido al estado de exaltación del paciente y su agresividad hacia el personal de guardia.

En diálogo con El Territorio, Da Rosa mencionó que el mismo sábado por la mañana su concubino concurrió al Samic por un fuerte dolor de garganta y fiebre. Un vecino lo trasladó en moto desde el barrio Brasil, de Villa Bonita, hasta Oberá.
“A eso de las 11 se empezó a sentir mal. Le dolía mucho la garganta, levantó fiebre y estaba mareado. Un vecino le acercó en moto al hospital. Allá le dieron una receta para que compre un remedio y le mandaron a casa. Él compró y tomó la pastilla. No sé si eso le hizo mal, pero a la tarde empeoró y ya no podía respirar”, relató angustiada. 
En este sentido, exhibió una receta para “amoxicilina clavulánico”, medicamento que se utiliza para tratar infecciones causadas por bacterias.
Consultado al respecto, el director del Hospital Samic, Héctor González, confirmó la versión de Da Rosa y explicó que por la mañana Sortiga fue atendido por guardia por un cuadro de “faringitis”, lo que explicaría el dolor de garganta y la fiebre.

Descontrol y muerte
Ya entrada la tarde, el paciente desmejoró y fue trasladado en auto hasta el centro asistencial junto a su esposa, quien remarcó que “él no podía respirar y empezó a espumar por la boca”.
“Me agarraba fuerte y me decía: “quiero vivir Juli, quiero vivir”. Llegamos a la guardia y en cinco minutos nos atendieron, pero en todo momento me preguntaban si él tomó alguna droga, que les diga la verdad o iban a llamar a la Policía”, agregó apesadumbrada.
En tanto, indicó que su pareja fue ubicada en una camilla de la guardia y observó que le colocaron una mascarilla de oxígeno, cuando de repente se desató la locura.
“Me senté en el pasillo, vi que le pusieron oxígeno y me tranquilicé. Pero pasaron pocos segundos y escuché gritos, miré y vi que mi marido le estaba pegando al médico. No entendí nada, todos empezaron a correr y él gritaba que no podía respirar. Salió corriendo por el pasillo y yo me quedé paralizada, tenía miedo”, reconoció Da Rosa. 
Según su testimonio, Sortiga deambuló por casi media hora descontrolado, hasta que en determinado momento lo vio al final de un pasillo, bañado en sangre y se desplomó.
Al respecto, comentó que “es una imagen que no me voy a olvidar nunca. Tenía los dos brazos cortados, estaba en un charco de sangre. Me miró y parece que se desmayó, pero quedó arrodillado. Ahí una enfermera dijo que por fin se desangró y va quedar quieto”.
“También me dijeron que yo iba a tener que pagar los vidrios que él rompió, y se burlaban, decían que era un drogado. Yo no vi el cuerpo, pero el padre y el hermano le vieron todo cortado y golpeado. Me duelen que digan que estaba drogado, porque él estaba enfermo y capaz si esa mañana le daban bolilla, quedaba internado y se salvaba”, opinó.

“No se desangró”
Consultado por este diario, el director del Samic, Hértor González, confirmó que el sábado por la mañana el paciente fue diagnosticado con faringitis, aunque descree que dicho cuadro haya tenido relación con el trágico desenlace.
Tampoco descartó que Sortiga haya sufrido un brote psicótico y subrayó que no murió desangrado, puesto que se pudo contener la hemorragia y se le trasfundió sangre.De todas formas, reconoció “estamos bastante descolocados por esta situación”.
“El paciente llegó con sensación de alta aire y sudoroso. Cuando un paciente llega así ya se lo considera como una urgencia, por lo que entró directo a la emergencia. Pero cuando lo estaban atendiendo, saltó de la camilla, empezó a correr y le pegó a un camillero. Corrió por los pasillos, pegó contra los vidrios de la farmacia y se cortó los dos antebrazos”, precisó.
Sobre el motivo de tal reacción, González insistió con que la autopsia brindará las respuestas que ahora desconoce y lo desconciertan.
“No sabemos si consumió alguna sustancia o si tuvo brote psicótico. Pero lo cierto es que se tardó unos quince minutos en reducirlo porque estaba descontrolado. La Policía llegó enseguida y tampoco lo podían sostener”, agregó.
En cambio, la concubina de la víctima aseguró que los uniformados llegaron una vez que ya se había desmayado.
Sobre la atención posterior, el director del Samic explicó que “en un momento cayó desvanecido porque perdió mucha sangre, pero inmediatamente intervino el cirujano, se le hizo curaciones, suturas y se le trasfundió sangre. No se desangró. Recibió asistencia, aunque falleció minutos después y esperamos el resultado a la autopsia para confirmar el motivo”.
Precisamente, la autopsia se realizó ayer en la morgue judicial de Posadas. Al cierre de esta edición, la familia de Sortiga aguardaba la entrega del cuerpo para el velorio y la posterior inhumación en la localidad de 25 de Mayo, de donde era oriundo.