Barrios se inundaron con la lluviarada de primera hora de ayer

Sábado 11 de noviembre de 2017
El desagüe no tiene tapa; un niño cayó y se salvó de milagro. | Foto: Facundo Correa
 En los primeros diez días del mes cayeron ya 100 milímetros de lluvia, una tercera parte de lo esperable para todo noviembre, mientras que la precipitación acumulada en lo que va de año es de 2.368 milímetros (lo habitual en todo el año es 1.725 milímetros). Con este récord de agua caída, los que más sufren son los habitantes de terrenos inundables y con deficiente acceso a los servicios.
Desde Defensa Civil detallaron ayer a El Territorio que si bien hubo anegamientos temporarios y desbordes de cloacas, donde más castigó el clima en la capital provincial fue en los asentamientos en tierras bajas y cercanas a los cursos de agua.
Entre las 6 y 9 del viernes llovió 30 milímetros, los suficiente para hacer salir de su cauce a los arroyos Mártires y La Chancha. 
“Vivimos olvidados y discriminados”. La frase de vecinos del barrio Belén marca el pulso de este populoso asentamiento de Itaembé Miní. El principal malestar que genera la lluvia es el colapso de los pozos negros.
El pasado sábado, en la calle 153 dentro del barrio Belén, un pequeño de seis años cayó a un pozo ciego y fue rescatado por una vecina que afortunadamente evitó una tragedia. "¿Van a esperar que se muera una criatura para que vengan a arreglar las cloacas?", se preguntó el vecino Ramón Olivera en diálogo con El Territorio.
“El sábado tuvimos la fortuna de que una vecina estaba cerca y vio cuando el nene cayó, llegó a tomar el agua sucia, de milagro se  salvó”, contaron en el lugar, e indicaron la boca de tormenta sin tapa, que tiene unos cuatro metros de profundidad y es imposible verla cuando hay lluvia. Aún cuando hay buen clima, por el pasto y la calle, el pozo es una trampa donde cualquiera puede caer.
“Es muy peligroso, hace unos días cayó la tapa de la boca de tormenta y desborda todo, el pozo está frente al merendero, donde los chicos juegan, y si pisan esto, no regresan más. Entregamos una nota al municipio pero no tuvimos respuestas”, contaron.
A la vez, el agua contaminada ingresa a los patios y a las viviendas y acarrea problemas de salud, aseguraron las mujeres de Belén.
Por su parte, Mario Machado, vecino de la chacra 239, señaló que sobre la calle 108 “caen dos gotas de lluvia y se transforma en un río, los tubos están taponados, el agua rebalsa y entra a las casas”.

Gran demanda de solución
Jorge Atencio, coordinador del Programa de Regularización de Tierras de la Municipalidad de Posadas, indicó que están trabajando en un plan delineado con el Iprodha, la Subsecretaria de Tierras, Cámara de Diputados y Defensoría del Pueblo para atender las prioridades de los asentamientos en riesgo. “Es grande la demanda, hablamos con los vecinos de la comisiones protierra, estamos avanzando en las soluciones, que no son fáciles y requieren de un presupuesto del que se está haciendo cargo la Provincia y no la Nación como antes”.