Puerto Rico tiene el único vivero registrado de plantines de kiri

Sábado 18 de marzo de 2017
En el marco del Día del Industrial Maderero (19/03) y del Día Forestal Mundial (21/03), se destacan nuevas alternativas para sumar riqueza al sector
La zona rural de Puerto Rico, en Línea León, alberga un emprendimiento forestal de importantes dimensiones y tecnología de última generación, producto del trabajo mancomunado de Victor y Julio Hillebrand, dos jóvenes hermanos egresados de escuelas técnicas de la zona, la Epet 14 de Capioví y el ILC de Ruiz de Montoya, respectivamente.
“El proceso de armado del plantín de kiri empieza en el mes de abril y sigue hasta septiembre, ahora solamente tenemos un pequeño plantel que es lo que sobró y lo usaremos para replante de nuestra plantación”, explicó Julio.
“El kiri lo hacemos en los invernáculos, nosotros tenemos un sector de plantas madre, que son las únicas que están a campo, y esas se arrancan con máquinas, se procesan las raíces y se enmacetan en recipientes de un litro con un sustrato especial”. Así comienza la producción de platines.
“Los invernáculos los construimos nosotros, tienen 250 metros cuadrados cada uno, una computadora que regula la temperatura y la humedad en el interior, el riego es automático una o dos veces por día, según la temperatura”.
Luego, “la raíz procesada del kiri va a hacer un callo desde donde saldrá un brote pequeño y las raíces, empezamos a hacer los plantines en abril y llegamos a llenar los dos invernáculos para fin de junio aproximadamente, las primeras plantas empiezan a salir en agosto y las últimas en noviembre”, relata Julio Hillebrand.
“Todo el proceso dura un año y uno tiene una sola oportunidad de lograr el plantín, nosotros estamos trabajando desde hace seis años con el kiri y somos el único vivero inscripto como productores de plantas madre y plantines del país”, sostiene.
Desde Hillu Wald SRL. (tal es el nombre del vivero) se envían plantines a todo el país, los pedidos comienzan a llegar en el mes de enero, envían a Mendoza, Santa Fe, Tucumán, Formosa, Santiago del Estero, Salta y algunas provincias de más al sur del país ingresaron sus pedidos recientemente.
“El único lugar donde el kiri anda bien es en Misiones, en los otros lugares están experimentando, no hay plantaciones muy grandes y actualmente llama la atención a nivel mundial porque tiene las hojas muy grandes y procesa ocho veces más oxígeno que cualquier otra planta. Por un tema ambiental, se está plantando mucho al borde de las ciudades y cerca de los sojales en el caso de Santa Fe”, explica a El Territorio Julio Hillebrand.

Cuidados al momento de plantar
El kiri se planta luego de la temporada de heladas fuertes, desde el invernáculo sale rustificado y ya en la chacra se pueden plantar entre 100 y 300 plantas por hectárea. Requieren cuidados especiales, porque es una especie muy propensa a agarrar hongos.
Una vez demarcado el terreno, una de las maneras de plantar es haciendo el pozo y “tirando cal viva adentro, se tapa el pozo y se espera una buena lluvia para apagar la cal, luego se planta el plantín, ese año hay que mantener la limpieza cerca de la planta y aplicar funguicida”, explican.
“Ese es el tratamiento del primer año, la planta va a crecer, se va a llenar de ramitas y alcanzará los cuatro metros aproximadamente luego, el próximo año, en luna menguante de julio hay que cortar el kiri, la planta va a volver a brotar, entonces, una vez por semana hay que desbrotar el kiri, aplicarle funguicida y tratamiento contra las hormigas”.
Hillebrand abunda en detalles sobre los próximos pasos relatando que “el kiri crece, una vez que despega, entre cinco y siete centímetros por día, en cada semana crece más o menos 40 centímetros y producen siempre muchos gajitos que hay que sacar una vez por semana hasta que la planta alcance los cinco o seis metros de altura, se estima que para el mes de febrero. Recién entonces se considera una planta lograda en cuestiones de altura”, sostiene.
Más adelante, las hojas de abajo se van a ir cayendo y es momento de pintar la planta con cal apagada o látex antihongos del lado del sol poniente , “porque como es una madera blanda le ataca el sol de la tarde y le produce heridas y rajadura que pueden permitir el ingreso de hongos, ese invierno perderá todas las hojas y en la primavera va a hacer una copa, de esa copa para arriba estaría lista la plantación, entonces se esperan diez años para cosechar”.
El kiri ofrece la ventaja de que se deja plantar con otras especies, entre plantas de yerba mate, como cortina en el té, en los potreros y como cortinas en zonas urbanas, se comercializa a $2.000 la tonelada y no se planta en cantidad porque es muy propensa a las enfermedades y requiere cuidados especiales.
El kiri (Paulownia tomentosa o Paulownia imperial) llegó a Misiones de la mano de inmigrantes japoneses entre los años 70 y 80. Los productores lo plantaron a sugerencia de ellos sin que haya mercado interno. “La madera la compraban los japoneses, la cargaban en barcos factoría y cuando llegaba a destino ya llegaba hecho muebles, se industrializaba mientras cruzaba el mar”, remata Julio Hillebrand, actual socio-gerente de Hillu Wand SRL.