Misiones y las perspectivas de autoabastecimiento de carne

Sábado 9 de septiembre de 2017

Agosto y septiembre hacen visible nuestra ganadería. Las Exposiciones de Montecarlo, Fachinal y Andresito, revitalizan el debate sobre la genética del rodeo vacuno misionero y las perspectivas de autoabastecimiento de carne. La ganadería se asienta sobre 4 pilares: sanidad, nutrición, genética y manejo. El factor genético es el único acumulativo, si incorporamos reproductores de buena genética, generación tras generación iremos incrementando el merito genético de nuestro rodeo.
La sanidad, nutrición y manejo, son factores muy importantes y de repetición. Deben ser previstos y ajustarse a un programa. No se acumulan, lo que se hizo un año, deberá repetirse y/o mejorarse al año siguiente. Para alcanzar niveles de eficiencia/productividad y rentabilidad satisfactorios la gestión del negocio no debe descuidar ninguna de estos factores.
Obsérvese el crecimiento sostenido de las unidades productivas (37%) y del stock (22%) entre los años 2007/2016. Sin embargo, la serie muestra una tendencia negativa a partir del año 2013, disminuyendo la unidades productivas (-5%) y el stock (-5%). En términos de productividad, medida como ternero destetado sobre cantidad de vacas, la caída alcanza 8 puntos porcentuales (51,83% / 43,74%). El promedio nacional es 60%, lo que nos pone casi 20 puntos porcentuales debajo de ese promedio.

Teniendo en cuenta que la participación relativa de la categoría vacas se incremento 5 puntos porcentuales (39,53% / 44,73%), es preciso plantear hipótesis sobre el comportamiento de estas dos categorías: terneros destetados y vacas. La primera hipótesis es que el crecimiento del rodeo se asentó en productores de baja calificación para la producción ganadera vacuna, perdiéndose productividad. La segunda hipótesis es que lentamente el perfil productivo está cambiando, pasando de una actividad de cría a una actividad de invernada. Tal vez una combinación de ambas. La serie de punta a punta, muestra 53.000 vacas/vientres más para producir solamente 12.000 terneros/as más. Es decir, dejamos de producir terneros para engordar vacas. Esas vacas provienen mayoritariamente de la Provincia de Corrientes. En el año 2016, los ingresos de ganado en pié de esa jurisdicción alcanzó las 35.894 cabezas.
Los departamentos de mayor crecimiento son los del Alto Uruguay (San Pedro, Guaraní, 25 de Mayo y Gral. Belgrano). Los que más disminuyeron el stock son los de la zona sur (Capital y Candelaria). La participación de la categoría vacas, en estas localidades del sur, se incrementó 10 puntos porcentuales y muestran una caída de 20% en la productividad (% destete). El proceso de cambio de actividad de cría a invernada, podría estar influenciado por la vecina Provincia de Corrientes, proveedora natural de la categoría vaca invernada y que no requiere, para la zona sur, incurrir en gastos de fletes tan importantes.
Si el stock se mantiene en aproximadamente 430/440 mil cabezas y la producción ronda los 84/86 mil terneros, es posible concluir que esa cantidad de cabezas es el aporte que la sector primario transfiere al sector industrial, que termina en la góndola de carnicerías y supermercados misioneros.
Una parte de las terneras son reposición de vientres descartes, las cuales se convierten en oferta de vacas gordas. Y los machos se faenan como novillitos/novillos. Si estimamos un rendimiento en gancho de 200 kilos de carne por res, la producción de carne misionera asciende a unas 17.000 toneladas.      
No hay datos sobre el consumo aparente de carne vacuna de los misioneros. Si traspolamos el dato nacional 57 kilos cápita/año, la demanda de carne asciende a 68.400 toneladas. Quiere decir entonces,  que la producción local satisface solamente el 25% de la demanda total de carne vacuna.
Asumiendo desvíos en los datos observados y haciendo un análisis de sensibilidad de todas las variables aquí mencionadas +/- 5% o +/- 10%, la conclusión cualitativa final no presenta variaciones significativas.

Factor Suelo
La política de ordenamiento territorial y conservación del medio ambiente, representan consensos sociales muy importantes. Los servicios ambientales que prestan nuestros bosques y cursos de aguas, serán en algún momento muy bien recompensados. Mientras tanto, los misioneros debemos asignar a cada actividad productiva, turística y comunitaria, las fracciones territoriales que le permitan desarrollarse con eficiencia y rentabilidad, sin perder de vista la sustentabilidad ambiental y el progreso social.
A razón de 0,8 cab/ha, la ganadería utiliza unas 500.000 hectáreas. Implica entonces que la superficie sobre la cual puede crecer la ganadería es acotada y que actividades como la forestación ejercen una franca competencia por el uso del suelo. Los sistemas foresto-ganaderos alcanzan solamente al 10% del total de la superficie forestada. Hay aquí una ventana para seguir avanzando. Asimismo, la intensificación, reconversión de pastizales naturales y recuperación de suelos degradados, podrían aportar superficie donde desarrollar actividad ganadera.

Factor Nutrición/Sanidad
Es recurrente escuchar la falta de planificación de los recursos forrajeros por parte de nuestro productores, especialmente para el periodo mayo/septiembre. Lo mismo sucede con los programas sanitarios que son necesarios cumplir para no tener perdidas por mortandad o menor productividad.  Para mejorar ambos factores, es preciso capacitar a nuestros productores, acercándole estrategias y métodos que le permitan administrar y producir racionalmente los recursos forrajeros y aplicar adecuadamente los planes sanitarios.
Factor Manejo
Como ya se mencionó, la pérdida de productividad de nuestro rodeo, sea consecuencia de la falta de calificación del productor. Quien pretenda llevar adelante un emprendimiento ganadero, debe invertir en su propia capacitación. Para planificar se debe conocer la actividad y medir las respuestas de cada una de las decisiones. El productor sabe cuánto rinde su yerbal o su plantación de té o tabaco. Pero no sabe cuantos kilos de carne produjo en el año. Medir, tomar decisiones, volver a medir, evaluar y corregir. Es un proceso cotidiano y virtuoso. Son tecnologías de proceso y gestión. No requieren esfuerzos pecuniarios, solamente  invertir tiempo en capacitarse.

Factor “idea de negocio”
El 83% de las unidades productivas poseen el 37% del stock. El promedio por cada unidad productiva es 26 cabezas. Esto nos define más bien como tenedores de haciendas y no como ganaderos. Ajustando la estructura a los promedios por categorías provincial, ese rodeo tiene 12 vacas, 6 novillitos/vaquillitas, 6 terneros/as y 2 toros/bueyes. La producción y rentabilidad de la actividad es mínima. Probablemente la producción esté destinada al consumo familiar. Un cambio paradigmático de nuestra actividad sería trasformar la mera tenencia de ganado en un negocio. Sin pretender mostrar un modelo y simplificando el planteo a efectos de marcar contundentemente la idea de negocio,  se presenta para una actividad de invernada de vacas, la siguiente ecuación: Ingresos por ventas – Costos de Compra = Resultados.
El ciclo puede repetirse 2 veces en un año. Para el caso analizado, 26 cabezas, la producción alcanzaría a 3.640 kilos vivos/año y los ingresos netos a $ 134.934,80.- En la misma superficie, ajustando recursos forrajeros y aplicando un concepto de negocio y no mera tenencia. El mismo mecanismo de análisis puede aplicarse a una actividad de recría.
Producir este cambio de visión no es fácil, pero comenzar a difundir la idea, discutirla con los productores en el contexto donde realiza su actividad, nos permitiría conocer las restricciones comerciales y productivas. En ese marco, articular mecanismos de remuevan los obstáculos, como pueden ser las diversas formas de asociativismos entre productores y/o comercios locales.

Perspectivas y conclusión
Haciendo una proyección del consumo para 2027, determinamos cual debería ser el rodeo ganadero que posibilite el autoabastecimiento. Es altamente improbable que Misiones alcance 1.300.000 cabezas para el año 2027. Además, deberíamos incrementar los índices de productividad y eficiencia, llevándolos al promedio nacional de 60% de destete y 24% de tasa de extracción. Recordemos que dichos índices se encuentran en 44% y 19% respectivamente.
En el renglón consumo, se estiman 48 kilos per cápita/año, una reducción del 20% de los actuales 57 kilos, a favor del incremento de alternativas como las carnes de cerdos, ovinos, aves, pescados, búfalos y caprinos.
Todo indica que la política de promoción ganadera en Misiones ha llegado a su fin. Necesitamos pasar a la etapa de fortalecimiento, consolidación y crecimiento de la ganadería, con mayor eficiencia y productividad. Los recursos estatales de financiamiento, como el Plan Alimento, el Plan Ganadero y otros, no alcanzan por si solos. Es menester pensar más a largo plazo, con objetivos y metas que emerjan como resultado de la aplicación de conocimiento, rigor técnico y compromiso político. El autoabastecimiento de carne vacuna, es una expresión de deseo, voluntarismo puro. La voluntad debería estar puesta al servicio de concretar la hoja de ruta por la que deberíamos transitar los próximos quince años.



Las acciones

Como ya se expresara anteriormente, en Misiones no tenemos datos de consumo. Igualmente sucede con la producción. Tenemos algunos datos que creemos nos aproximan a la realidad. Conocer bien esa realidad, nos permitiría diseñar políticas de desarrollo de la ganadería. Las necesidades se materializan en dos acciones bien concretas:
1) Diagnóstico de Consumo y Producción de Carnes.
* Quién consume * Cuánto consume * Qué consume
* Quién produce * Cuánto produce * Qué produce * Cómo produce
2) Plan Estratégico Ganadero 2030
* Definición del perfil productivo global
* Identificación del mercado al que se pretende acceder
* Identificación e incorporación de nuevos actores a la ganadería
* Identificación e incorporación del recurso tierra
* Identificación y formación de recursos humanos
* Identificación y fortalecimiento de canales de comercialización
* Identificación de mercados proveedores de forrajes y haciendas
* Política de sanidad y nutrición
* Política de integración y fortalecimiento de la Industria
* Política de fortalecimiento de la logística
* Política de financiamiento
* Política fiscal
En ambos, deberían participar todos los actores de la cadena de carnes. Asociaciones Ganaderas, Ministerio del Agro y la Producción, Ministerio de Agricultura Familiar, Dirección General de Rentas, Senasa, Inta, Universidad Nacional de Misiones, Escuelas EFA, Colegios de Veterinarios y Agrónomos, Industrias Frigoríficas, Establecimientos Feedloteros, etc.