El insólito lugar donde está ubicado un hotel de lujo en Amsterdam

Jueves 14 de septiembre de 2017 | 15:30hs.
Holanda fue más allá de los límites de la ingeniería y el Crane Hotel Faralda es el resultado

Sin lugar a dudas, el Crane Hotel Faralda ha ido más allá de los límites de la ingeniería. Y es que se trata de una vieja grúa reconvertida en un hotel de lujo en Amsterdam-Noord, la antigua zona industrial y actual barrio de moda de la capital holandesa. Tres suites a más de 30 metros y un jacuzzi en su último piso dan forma a esta experiencia de altura.
Su propietario, Edwin Kornmann Rudi, lo hizo posible en 2015, tras cuatro años de permisos y reformas. Eso sí, pasar una noche de vértigo en este particular establecimiento no es económico: desde 600 euros.

 

Cada suite, una experiencia
El aspecto robusto de la estructura contrasta con el cuidado diseño del interior. No hay recepción, ni cafetería, ni restaurante. Tres suites a dos alturas conforman este particular alojamiento a las que se accede por un ascensor exterior.

 

En la planta baja de cada habitación hay una pequeña sala de estar y un baño completo; en la parte superior, el dormitorio y una bañera independiente. Cada suite es una experiencia en sí misma.

 

La suite Free Spirit mezcla un diseño contemporáneo de tonos neutros, con elementos inspirados en el modernismo alemán. Secret es la más romántica, con toques orientales y un acogedor rincón junto a un impresionante ventanal. En la tercera habitación, Mystique, predominan el negro, el rojo y el dorado.

 

En un lugar así, uno de los mayores atractivos son las espectaculares vistas a varios metros de altura. Pero aún hay más: la grúa se mueve ligeramente por el viento, y así el paisaje puede ser distinto cada mañana.

 

Desayuno en la cama y jacuzzi en la terraza

Los huéspedes del Crane Hotel Faralda pueden pedir el desayuno a la habitación por un módico precio adicional de 90 euros.

El “Champagne Breakfast” consiste en un surtido de frutas, mermeladas, panes, quesos y, por supuesto, champagne.

 

En el último piso de la grúa, a 50 metros de altura, pueden disfrutar de un baño inigualable en un jacuzzi con espectaculares vistas. Un pequeño gran lujo, sobre todo al acabar el día.