Una producción limpia que puede dar varios cultivos

Sábado 16 de diciembre de 2017

Producir con manos limpias. Cuando el cambio climático y las condiciones de humedad y tierra pueden ser un problema, el innovar es el valor agregado que termina siendo el gran detonante para llegar al éxito, tal el caso de cultivar verduras a través de sistema de hidroponias, un método utilizado para cultivar plantas usando conductos de caños por los que constantemente circula el agua en vez de utilizar el tradicional suelo agrícola.
La producción de rúcula, lechuga y berro en sus invernaderos es el sello de los productos “De la finca” que hace menos de dos años comenzaron a salir al mercado y hoy ”estamos presentes en muchos comercios y hemos podido entrar a Posadas a una cadena mas que importante como California donde la gente ya empieza a preferir nuestros productos” cuenta Matías Sebely, el responsable de este emprendimiento familiar que fue creciendo y hoy vende la totalidad de su producción y siguen buscando como aumentarla por la demanda que posee.
El emprendedor comentó que está ampliando su producción de rúcula, sobre todo por pedidos de negocios como pizzerías que la utilizan en variedades de sus productos.


Perfil emprendedor
A finales del año 2015 y gracias a un viaje al que fue invitado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a Nueva York “conocí a un productor de México y durante la semana entera que estuvimos allá me explicó e ilustró sobre muchos detalles de la producción a través del sistema de hidroponias” cuenta Sebely.
De esta manera “estábamos buscando algo para emprender en familia así que cuando volví le propuse a mi esposa que hagamos lechuga y así empezamos en enero de 2016 con un pequeño invernáculo debajo de un gazebo que teníamos, entre los dos hicimos la estructura y nos pusimos a producir” relata Sebely. Como el resultado bueno decidieron utilizar el fondo de su propia casa para construir un invernadero mas amplio y así “con la ayuda de dos amigos todas las tardes nos poníamos a cortar y limar los caños, conectar los conductos de agua y armar las estructuras, así nació nuestro segundo invernáculo” rememora.
Al ser un proyecto familiar a largo plazo tanto Sebely como su esposa siguen atendiendo sus tareas habituales, el hombre como director ejecutivo del Samic local y ella en su profesión de farmacéutica, así que los inicios fueron sacrificados ya que “todos los días a las 4 de la mañana nos levantábamos los dos a cosechar mientras nuestra nena que tenía menos de un año dormía, para las 06:30 mas o menos ya estaba en la camioneta haciendo reparto en los negocios de Alem y a las 07:30 ambos ya estábamos en nuestros trabajos” cuanta el joven emprendedor y reflexiona a hoy que posee 7 empleados en forma directa que el haber hecho todas las partes de su negocio le permite “tener un conocimiento de todo, nadie puede decirme cuanto tiempo le lleva hacer una u otra cosa” menciona.

Marketing y publicidad
Desde que comenzaron a salir al mercado con sus productos Sebely sabía que la única forma de competir con los tradicionales productores de verdura era encontrarle “la vuelta” al negocio y parece haberlo logrado.
Es así que “todo lo vendemos por planta y no por kilo” explica y agrega que “pudimos elaborar un paquete atractivo y en cada uno colocamos una planta de lechuga, rúcula o berro que hace que se vea a simple viste la calidad del producto y la gente busca mucho eso, no llevarse ninguna sorpresa, todo es finamente envasado y con todos los cuidados sanitarios que nos permiten tener excelencia en lo que presentamos” dice.
Otro de los valores agregados que ha logrado es el sabor de la verdura ya que “al no estar en contacto con el suelo se evita la totalidad de cualquier maleza, insecto o lo que sea que la afecte” menciona teniendo en cuenta que esto se puede realizar ya que las plantas son seres vivos autótrofos, o sea que tienen la capacidad de producir su propio alimento y gracias a este fenómeno colocándolos luego de germinar sobre un recipiente con agua su raíz se va nutriendo del vital elemento y de esta manera crecen.

Nuevos invernáculos
La palabra hidroponía es un vocablo compuesto y deriva del idioma griego que junta el término Hydro (agua) y Ponos (labor o trabajo) lo cual traducido significa “trabajo en agua”.
De aquel pequeño gazebo en el fondo de su casa la familia de Matías Sebely pasó a estar pronto a terminar de construir uno de 1300 metros cuadrados que tendrá una capacidad de tener en producción 30.000 plantas que dividas en ciclos les permitirá la cosecha de unas 7.000 plantas por semana.
Cabe destacar que el primer paso es colocar las semillas en una espuma de poliuretano especial donde se germina la misma y es donde comienza a producir su primer raíz, una vez que la planta ha alcanzado su tamaño es trasladada a los caños de pvc instalados en estructuras por los que constantemente circula el agua mediante un sistema de bombeo y que hace al crecimiento de la planta.
Desde el momento de colocar la semilla para su germinación hasta la cosecha de la planta transcurren “en la lechuga 60 días y en la rúcula por ahí un poquito mas, puede llegar a 70” explica Sebely en diálogo con El Productivo.

Algunas ventajas

La producción hidropónica promueve muchas ventajas productivas ya que:
• No se depende de los fenómenos meteorológicos.
• Permite producir cosechas fuera de estación (temporada).
• Se requiere mucho menor espacio y capital para una mayor producción.
Increíble ahorro de agua, pues se recicla.
• Ahorro de fertilizantes e insecticidas.
• No se usa maquinaria agrícola (tractores, rastras, etc.).
• Mayor limpieza e higiene en el manejo del cultivo, desde la siembra hasta la cosecha.
• Cultivo libre de parásitos, bacterias, hongos y contaminación.
• Rápida recuperación de la inversión.
• Mayor precocidad de los cultivos.
• Posibilidad de automatización casi completa.
• Ayuda a eliminar parte de la contaminación.
• No provoca los riesgos de erosión que se presentan en la tierra.
• Soluciona el problema de producción en zonas áridas o frías.
• Se puede cultivar en ciudades.
• Se obtiene uniformidad en los cultivos.
• Permite ofrecer mejores precios en el mercado.
• Nos faculta para contribuir a la solución del problema de la conservación de los recursos.