Al menos 30 brasileños cayeron en Irigoyen por operativo transnacional

Domingo 26 de marzo de 2017

Un joven de 20 años, dedicado a robar vehículos en Brasil para luego ingresarlos a la Argentina por pasos clandestinos y comercializarlos, fue detenido el viernes a la noche en esta localidad, en lo que fue otro procedimiento enmarcado en el Operativo Frontera Blindada que despliega la Policía de Misiones en conjunto con su par brasileña.
El sujeto es oriundo de Brasil  y fue detenido tras una ardua tarea de seguimiento y rastrillaje en zonas rurales efectuado por el personal de la Unidad Regional XII. Según consignaron las fuentes consultadas, el joven ya estaba “marcado” por los investigadores locales, quienes sólo debieron esperar el momento oportuno para poder atraparlo.
En este contexto, la detención se concretó cerca de las 22 del viernes, cuando el joven identificado como Paulo L. (20) fue encontrado en la zona de paraje Laguna Azul, ubicado en el límite entre Dos Hermanas y Bernardo de Irigoyen.

En su poder, el sujeto tenía un Fiat Uno Fire y una motocicleta Honda Titán, ambos con pedidos de secuestro por robo emitidos desde diferentes puntos de Brasil.
El procedimiento se da dos semanas después del espectacular operativo que terminó en la captura de una peligrosa banda de brasileños que también se dedicaba al tráfico de automotores robados, aunque al menos uno de ellos también estaría involucrado a casos de homicidios en su país.
Dicho operativo se concretó entre el 12 y 13 de este mes en el barrio Santa Rita de esta localidad. Allí, la Policía montó un imponente despliegue que contó con la intervención de la Comisaría, del Comando y del Grupo de Operaciones Especiales (GOE).
Tras recabar toda la información y las pruebas posibles, con autorización judicial mediante, los efectivos irrumpieron en una propiedad que estaba delimitada por muros de hasta siete metros de alto y se ubicaba a solamente 100 metros de uno de los tantos pasos clandestinos utilizados por criminales.
Los uniformados concretaron entonces la detención de cuatro sujetos, de los cuales dos se dieron a la fuga pero cayeron tras una persecución en la que se contó con el apoyo de la Policía Militar de Dionisio Cerqueira.
Todas las sospechas fueron confirmadas en el allanamiento. En el predio dieron con tres automóviles y tres motocicletas robados en Brasil, con adulteraciones o carentes de documentos que avalen su tenencia.
En el lugar dieron además con un kilogramo de marihuana fraccionada para la venta, como así también doce plantines de la misma especie y un uniforme de la Policía brasileña.
Las pruebas eran claras. El lugar era un búnker o aguantadero utilizado por la banda. Pero lo que más llamó la atención de todos fue que entre los sujetos que intentaron huir estaba ‘Djonatan’, o más conocido como ‘Payasito’, un brasileño que en su país registra pedidos de captura por delitos de robo, hurto e incluso homicidio.

De autos y escondites
Ninguno de los implicados registraba antecedentes en nuestro país, por lo que en tiempo récord, todos fueron entregados a la Policía brasileña y de esa forma se descubrió una nueva modalidad que afecta a Irigoyen.
Según los investigadores, existe ahora una nueva corriente de delincuentes brasileños que cometen golpes en su país pero ingresan ilegalmente a Irigoyen y alrededores, donde alquilan o compran moradas que utilizan para resguardar botines y a la vez esconderse.
Y así como los capturas de Paulo y Payasito, hay entre 30 y 40 casos más que fueron producto del operativo Frontera Blindada, según indicaron fuentes consultadas por El Territorio.
El operativo transnacional dispuesto por el Ministerio de Gobierno de la provincia y sus pares brasileños está vigente desde abril del año pasado, con resultados óptimos que se traducen en estadísticas contundentes.
“La mayoría de los detenidos son brasileños, casi un 90%. Entre ellos hay mujeres y menores, aunque son pocos casos. Todos eran buscados en Brasil y eligieron Irigoyen como base para ocultarse. Así como cayó Payasito hay otros que tenían antecedentes por narcotráfico, pero también hay otros que tenían pedidos de captura por rebeldía judicial, algunos hasta escaparon de juicios y por eso eran buscados”, destacó un pesquisa consultado. 
De acuerdo a lo consignado por los voceros del caso, desde su vigencia hasta hoy, en Misiones (fundamentalmente en Irigoyen y alrededores) se incautaron un total de 93 vehículos que tenían pedidos de secuestro por robo en Brasil o que presentaban adulteraciones.
Entre ese total de vehículos hay dos 2 camiones, 16 camionetas, 23 motocicletas y al menos 39 automóviles, los cuales quedan a disposición de la Policía mientras se avanza en el entrecruzamiento de datos para agilizar los trámites de restitución.
Las fuentes explicaron que las motocicletas en su mayoría son de alta cilindradas y las camionetas en general son modelos importados.
De acuerdo a lo indicado por investigadores, detrás de esto se esconden dos marcados grupos criminales que operan a ambos lados de la frontera.
Por un lado, en Brasil, los sujetos dedicados al robo de automóviles, casi todos mediante asaltos y atracos a mano armada, mientras que en esta provincia lo espera el otro grupo que se encarga de recibir el rodado, modificarle las numeraciones, colocarles patentes argentinas apócrifas o mellizas y comercializarlos o entregarlos a otras bandas.
La mayoría de los rodados fueron robados en las localidades brasileñas de Dionisio Cerqueira, Barracao, Bom Jesús Do Sul y Pato Branco, aunque en varias oportunidades también se encontraron autos que tenían pedidos de secuestro emitidos en Porto Alegre.
Aquí radica otra importante problemática y es que, además de ser comercializadas de forma ilegal, afectando a compradores inexpertos, otro gran número de vehículos son puestos al funcionamiento de bandas criminales, como por ejemplo los que se dedican al contrabando de cigarrillos o al tráfico de estupefacientes.
Vehículos de este tipo fueron descubiertos operando entre Jardín América, Montecarlo, Aristóbulo del Valle, San Vicente y El Soberbio, con mercadería ilegal que ingresa por Paraguay y son llevadas a Brasil, donde la reventa arroja dividendos casi al cuádruple.