Las expectativas influyen en la saciedad

Miércoles 13 de septiembre de 2017 | 22:30hs.
Las personas que comieron la misma cantidad de comida tenían más hambre si pensaban que habían recibido menos comida.
El grado de saciedad que cree que ofrecerá una comida puede afectar a la cantidad que se come luego, encontró un pequeño estudio.

La investigación incluyó a 26 personas que comieron tortillas que supuestamente tenían dos o cuatro huevos en dos mañanas distintas. Pero en realidad ambas tortillas contenían tres huevos.

Cuando las personas comieron lo que creían que era la tortilla más pequeña, dijeron que tenían más hambre después de dos horas, comieron más pasta en el almuerzo, y consumieron significativamente más calorías a lo largo del día que cuando creyeron que habían comido la tortilla más grande.

Los hallazgos se presentaron el jueves en una reunión de la Sociedad Británica de Psicología (British Psychological Society).

"Estudios anteriores han mostrado que las expectativas de una persona pueden tener un impacto en sus sensaciones posteriores de hambre y saciedad, y hasta cierto grado, en su consumo posterior de calorías", comentó en un comunicado de prensa de la sociedad el líder del estudio, Steven Brown, de la Universidad de Hallam en Sheffield, Reino Unido.

"Nuestro trabajo amplía esto con la introducción de comida sólida y la medición del consumo subsiguiente de las personas cuatro horas más tarde, un periodo más indicativo del tiempo entre el desayuno y el almuerzo", afirmó.

Brown dijo que los investigadores también midieron la comida que las personas consumieron a lo largo del resto del día, y encontraron que la ingesta total era más baja cuando las personas pensaban que habían comido el desayuno más abundante.
Los investigadores también midieron los niveles de grelina en la sangre. Se sabe que la grelina es una hormona del hambre.

"Nuestros datos también sugieren que los cambios en el hambre reportada y las diferencias en el consumo posterior no se deben a diferencias en la respuesta física de los participantes a la comida", explicó Brown.

"Por tanto, la memoria del consumo anterior, en lugar de factores fisiológicos, podría ser un mejor objetivo de investigación sobre por qué las expectativas respecto a una comida tienen un efecto en las sensaciones de hambre y el consumo de calorías posteriores", concluyó.

Los estudios presentados en reuniones generalmente se consideran preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.