Presión de la UE a May por un “retiro gradual”

Domingo 30 de abril de 2017
Los mandatarios europeos aprobaron ayer en una cumbre sin Reino Unido, gobernada por Theresa May, sus orientaciones políticas en las negociaciones de salida del primer país en 60 años de proyecto europeo.
Se estipularon las grandes líneas que deberá seguir el negociador europeo para el Brexit, el francés Michel Barnier, en los hasta dos años de diálogos y que los líderes podrán ajustar en un futuro de cara a un acuerdo final antes del 29 de marzo de 2019.
Los 27 insisten en un “enfoque gradual”, es decir en que Reino Unido acuerde los términos del divorcio antes de iniciar una discusión sobre su futura relación con la UE, incluido un acuerdo comercial, eventualmente a partir de fines de 2017 si se registran “progresos suficientes”.
Las orientaciones especifican que el objetivo es lograr “una retirada ordenada y evitar incertidumbres significativas”.
Reino Unido, en cambio, prefiere negociar el divorcio y la futura relación simultáneamente.

Panorama difícil
Las líneas políticas de la UE reconocen que la complejidad de las conversaciones sobre un futuro acuerdo comercial dificultan su cierre para finales de marzo de 2019, por lo que abren la puerta a “disposiciones transitorias”, siempre y cuando este período esté “claramente definido y limitado en el tiempo”.
La UE ha hecho del derecho de los ciudadanos europeos residentes en Reino Unido, y de los británicos viviendo en el resto de países del bloque, una de sus prioridades, máxime cuando la inmigración europea en territorio británico fue uno de los asuntos que impulsaron a los partidarios del Brexit en el referéndum de junio.
Según las líneas políticas, los 27 quieren garantizar “el derecho a adquirir la residencia permanente tras cinco años seguidos de residencia legal”, tanto para los tres millones de británicos residentes en la UE como para al millón de europeos en Reino Unido.
Las normas europeas garantizan en la actualidad a las personas el derecho a vivir y trabajar donde quieran en el bloque, así como el acceso a prestaciones sociales tanto para ellas como para sus familias.
La factura a pagar por Londres por los compromisos financieros adquiridos con sus socios europeos en el marco de los diferentes programas y fondos europeos está considerado como uno de los asuntos más espinosos.
Según fuentes europeas, Bruselas estima en 60.000 millones de euros el monto a pagar por parte del Reino Unido con su marcha, una cantidad criticada por los británicos.


Hacer las pases con Turquía Los presidentes de las instituciones europeas quieren conversar de manera directa con el jefe de Estado turco, Recep Tayyip Erdogan, durante la próxima cumbre de la Otan el próximo 25 de mayo en Bruselas, anunció ayer la canciller alemana, Angela Merkel.
“Se va a solicitar una reunión con el presidente Erdogan, posiblemente con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, durante la cumbre de la Otan", dijo Merkel, al término de una cumbre de mandatarios europeos sobre el Brexit sin su homóloga británica.
El actual presidente del Consejo Europeo “indicó que nos consultaría sobre este asunto antes, algo que celebro”, añadió la canciller alemana, quien había estimado el jueves que la relación entre la UE y Ankara se había visto “muy afectada” por los recientes acontecimientos en Turquía.