Distinciones y regresos en el último fin de semana

Martes 19 de septiembre de 2017
El músico Rulo Grabovieski es una verdadera celebridad en cada edición de la Fiesta Nacional del Inmigrante. Es así que en la edición que acaba de culminar el artista obtuvo un inesperado reconocimiento por parte de la colectividad ucraniana: el escenario dentro de esa casa lleva de ahora en más su nombre.
“Qué más que dar gracias a la vida”, dijo un Rulo emocionado por la distinción y se quebró al dedicar el reconocimiento a su padre, con quién aprendió a tocar el acordeón.
Además, aclaró que “no soy un profesional, soy un apasionado de la música y siempre lo dije”. Tal es así que en la plaqueta que sella el nombre del escenario está justamente esa frase que defiende en cada presentación: “Soy un apasionado del acordeón” y explica en el texto que es por el compromiso con la música ucraniana y el folclore regional. De esta manera, Grabovieski logró una gran distinción en la fiesta donde siempre difunde su arte y cosecha aplausos al por mayor.

Volvió para cocinar paella
El fin de semana, en la colectividad española, también hubo un acontecimiento a destacar, ya que contaron con la presencia de la socia fundadora, Isabel Beitia, quien llegó con su delantal blanco y toda la experiencia para realizar la paella valenciana como solo ella lo sabe hacer.
“Es todo un acontecimiento, hace varios años que no venía, unos cuatro o cinco años y para nosotros es maravilloso porque ella es muy querida y sabemos que se siente bien cocinando en la colectividad”, comentaron desde la casa típica.
Isabel es una inmigrante que llegó desde España en el siglo pasado, fue una de las fundadoras de la casa típica y no tiene inconveniente de hablar de su país con todo aquel que se le acerque a preguntar sobre las tradiciones españolas. Cocinó al mediodía del sábado y también por la noche, dónde tuvieron que hacer dos paellas, por la cantidad de gente que pasó a disfrutar del plato. El domingo se la volvió a ver. En la cocina la acompañó su hijo, que también heredó el amor por la gastronomía del país ibérico.

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