La cerveza belga, otro alimento al patrimonio de la humanidad

Sábado 3 de diciembre de 2016
La próxima vez que levante un vaso de cerveza belga, esté tranquilo: se trata de una experiencia cultural. Esto se debe a que la Unesco incluyó a la cerveza belga en la lista de "Patrimonio Inmaterial de la Humanidad".
Bélgica es conocida en todo el mundo por su amplia variedad de cervezas, desde las extreme sour a las bitter, que se producen en casi cada ciudad y localidad del país de 11 millones de habitantes.
La historia de las cervezas belgas se remonta siglos atrás a los monjes medievales y se recoge en pinturas de Pieter Brueghel y en innumerables canciones desde entonces.El líder regional de Bruselas, Rudi Vervoort, dijo el lunes que la cerveza "ha sido parte de nuestra sociedad desde tiempo inmemoriales".Pero no todo es historia con la cerveza belga.
Este año una cervecera, Brugse Zot, acorde con los tiempos que corren, construyó un "cervezoducto" desde el centro medieval de Brujas a una embotelladora en las afueras por razones ambientales y arquitectónicas. Y en momentos que muchas cervecerías cierran o sufren dificultades al disminuir el consumo de la bebida, el galardón internacional es más que bienvenido. Sven Gatz, ex presidente de la Federación de Cerveceros Belgas y ahora ministro de Cultura de Flandes, comparó el reconocimiento con ganar el Mundial de fútbol."Amamos nuestra cerveza y apreciamos su interminable diversidad, algo que no tiene igual en el mundo", dijo Gatz. "En Bélgica, la cerveza no tiene nada que envidiarle al vino u otras bebidas en cuanto a calidad y diversidad".
Ahora que el alcoholismo es motivo de preocupación creciente, la Unesco dijo que se galardonaba algo más que una bebida."Las comunidades usan la cerveza para cocinar, para elaborar productos como queso amasado con cerveza, se la marida con los alimentos", dijo la agencia de la ONU en un comunicado.
Hoy, la supervivencia de la tradición cervecera está a salvo gracias al conocimiento trasmitido por sus productores, que van desde pequeñas familias hasta comunidades de monjes trapenses y grandes empresas, subrayó la Unesco en su informe sobre este elemento cultural.