La herencia bien resguardada

Domingo 26 de marzo de 2017
El productor agradeció el respeto con que fue tratado y la superación del conflicto. | Foto: Natalia Guerrero

Familia y yerba mate son dos palabras que se entre mezclan con frecuencia en los relatos de don Mario Petterson. El productor se convirtió sin quererlo, por su resistencia pacífica, en una de las figuras de la reciente movilización yerbatera en la capital provincial. En diálogo con El Territorio, explicó las razones que motivaron su llegada y el sacrificio a los que están atados quienes trabajan en los yerbales.
Remarcó que es una persona tranquila, y que se sintió muy arrepentido de haber reaccionado tras los empujones del primer día en la toma del edificio del Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym).
Tras los días de protesta valoró el trato cordial con la policía que custodió el lugar y la gente que se acercó a conocer su realidad. Dijo que no era muy bueno hablando, pero una vez que empezó fue uniendo historias atrapantes sobre sí mismo y su mundo.

“Les voy a dar un ejemplo para tratar de trasmitirle el porqué de nuestro reclamo. Es similar a lo que le pasaría a un docente que por ejemplo gana 10.000 pesos y protesta para ganar 13.000 pesos. Pero finalmente el Gobierno en vez de subirle el sueldo, se lo baja a 6.000 pesos. Con nosotros pasa algo muy parecido, pero ni siquiera pedimos ganar más, simplemente que se nos pague el valor oficial por nuestra yerba”, relató el productor, dando pie a su historia personal que lo llevó a defender su trabajo.

Trabajadores
Don Mario contó que tiene 67 años, siete hijos, dos de los cuales son docentes. Contó que los bajos precios que estuvieron recibiendo en los últimos meses les generó mucha angustia por su familia y sus trabajadores.
“En vez de ir para arriba el precio se estaba yendo para abajo. De los 5,10 pesos que nos tenían que pagar, nos estaban dando sólo 3 pesos. Y con eso a mí no me alcanzaba ni para pagarles a mis trabajadores", cuestionó.
Explicó que los salarios que estaban pagando hasta el año pasado, eran cada vez más difíciles de sostener. Hasta que ya no podían pagarles.
"Si a los tareferos, que son los más chiquitos en la cadena productiva, se les baja su salario ya directamente no les alcanza para comer. Por eso acá mi desesperación es por mí, por mi familia, pero también por mis trabajadores”.
El productor explicó que hoy tiene cien hectáreas de yerba que trabaja y divide con sus siete hijos. “A cada hijo les toca unas quince hectáreas. A mis hijos les digo que mientras tenga fuerza voy a seguir trabajando en la chacra. Yo no quiero que dejen de ser productores, pero también les pido que estudien y que traten de tener al menos una obra social, una jubilación”, comentó al pie de la protesta mientras de fondo se escuchaba el himno nacional argentino en un equipo de audio que llevaron los productores.
 El entrevistado enfatizó que ser patrón para él es una casualidad. Y no se siente diferente a sus trabajadores.
"Yo soy responsable inscripto, porque me tocó ser patrón, hace más de 40 años. Pero no soy más que un tarefero, hasta en algunos casos ellos tienen mayor protección sindical", consideró.

Raíces en el corazón
Al recordar sus inicios como productor contó que llegó a Andresito tras la propuesta de colonizar esa región y con la posibilidad (en ese entonces) de plantar 20 hectáreas.
"En ese entonces si nos hubiesen dicho hay sólo diez hectáreas me hubiese ido igual, porque en Oberá no teníamos tierra".
En alguna forma, le tocó emigrar hacia el Norte y comenzar  desde cero. Así también recordó el sacrificio de sus abuelos y padres. “Mi abuelo habrá venido de Suecia hacia el 1890, fue uno de los pioneros de Oberá. Ellos cosechaban la yerba silvestre con unos machetones y la trasladaban en unos canastos de tacuara en mulas. No sé mucho más porque mis padres no me contaban mucho, yo veía que ellos sufrieron mucho en su época y lo que uno sufre no les quiere contar a sus hijos”.
Petterson contó que sus padres tuvieron 13 hijos y él es el número 12 “En algún momento me robaron una s de mi apellido, porque debería ser Pettersson”.
En la mezcla de recuerdos de sufrimiento y sacrificio para salir adelante, el entrevistado recordó también que el valor de la yerba mate no es sólo económico. Y en parte eso explica la defensa encendida por mantener plantaciones o reconvertirse hacia otras producciones.
“Hoy la yerba no nos la pueden sacar las grandes empresas porque es una herencia. La yerba mate la heredé de mis abuelos. En el mismo momento que empezaron las que hoy son grandes empresas, también empezaron mis abuelos. Somos parte de este cultivo, somos herederos de la yerba mate”.
Tras pedir perdón varias veces por si mezclaba sus historias, el agricultor resaltó con una sonrisa que se sintieron muy tranquilos en su estadía en Posadas. "Alguna gente pensó que nosotros podíamos romper cosas o pelearlos, pero nada más lejos de la realidad. Nos terminamos haciendo amigos con toda la policía, yo les pedí perdón si en algún momento me altere,  somos gente muy pacífica", detalló finalmente.

Desde el Inym valoraron el consenso logrado
POSADAS. Tras más de una semana de un intenso conflicto, por controles y pago a productores yerbateros, el presidente del Inym Alberto Re reconoció el valor de las medidas implementadas , así como la consciencia en la necesidad de implementarlas. Anticipó que en los primeros días de abril se reunirá con los representantes de productores en virtud de la mesa de asesoramiento que fue creada.
“Me parece que se han clarificado algunas cosas. El origen de esto fue no se pagaba el precio pactado y que se disfrazaban las operaciones de distintas formas. Y que a su vez los plazos de pago se venían extendiendo. Toda esta situación terminó generando violencia y creo que muchos han tomado conciencia de eso. Por esta situación, me parece que el conflicto fue bueno para el futuro, dejó en claro que hay cosas con las que no se puede jugar”, evaluó el directivo en diálogo con El Territorio.
El ingeniero agrónomo recordó por otra parte que desde el Inym se habían incorporado algunas recomendaciones para regular la oferta. Y que, aunque se consideraron blandas, fueron innovadoras en las medidas que venía tomando el Inym. “Ya habíamos sacado medidas restrictivas de la oferta de hoja verde. La más dura fue la limitación de cosecha (hasta agosto). Tal vez en general se consideraron como muy blandas, pero fuimos los primeros en implementarlas”. Re explicó que la limitación de cosecha hasta agosto será respetada y por otra parte se espera la resolución del Ministerio de Agroindustria sobre los cambios acordados en la cupificación de la yerba mate, así como la prohibición de plantaciones.
“La prohibición de la plantación, que la habíamos pensado a nivel de sugerencia para el año que viene y el otro, ahora quedó establecida como una prohibición y regirá desde este año. Todo ese paquete de restricciones lo tenemos que presentar inmediatamente al ministerio de Agroindustria para que salga una resolución conjunta estableciendo las medidas”, precisó Re.
También adelantó que espera que en breve el Ministerio de Agroindustria saque la resolución del acuerdo gestado entre productores y el directorio del Inym. Y que el martes asistirán a una reunión con la Comisión Nacional de Alimentos (Conal) para aprobar la modernización en el método de control de palos a la yerba mate envasada.