Profundizan la vacunación y la vigilancia por fiebre amarilla

Miércoles 18 de enero de 2017 | 07:05hs.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral que se transmite a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti. Puede ser grave y provocar la muerte.

Las autoridades sanitarias de la provincia se encuentran en alerta para prevenir el ingreso de la fiebre amarilla, que apareció con fuerza en los estados brasileños de Minas Gerais y San Pablo, donde se sospecha que el virus fue la causa de la muerte de al menos 38 personas en los primeros días de 2017. Y hay además 160 casos positivos. 

 

Esto, en consonancia con el llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a realizar “todos los esfuerzos para frenar una posible epidemia de la enfermedad en un contexto de circulación de varios arbovirus”.

 

El director de Epidemiología de Salud Pública de Misiones, Jorge Abel Gutiérrez, explicó a El Territorio que, “si bien estos estados se localizan a una media de distancia de 1.000 kilómetros de Misiones, somos la provincia que más cerca está de estas zonas donde se han detectado casos en humanos y en monos”.

 

En este sentido, marcó que la gran movilidad migratoria que se da en la frontera “nos expone a riesgo de dengue, zika, chikungunya y ahora está la amenaza de la fiebre amarilla. Para esta última enfermedad hay vacuna prevista por el calendario oficial”.

 

Por ello, ponderó que “todo el sistema de salud en Misiones refuerza la vigilancia ante la aparición de posibles síntomas compatibles con fiebre amarilla y, además, los vacunatorios cuentan con las dosis para las personas que deban inmunizarse”.
En todo el territorio provincial, hay cerca de 300 vacunatorios en hospitales y Caps.

 

El funcionario adelantó que, a partir de hoy, el Ministerio de Salud de la Nación realizará anuncios en relación a la campaña de prevención de enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes. Además, tanto desde la Nación como de la Provincia se promueve la actualización a médicos y a todo el personal de salud para la detección temprana, confirmación, tratamiento adecuado y oportuno de los casos de fiebre amarilla. También la denuncia para realizar control de foco y corte de la transmisión.

 

Por calendario oficial, deben vacunarse contra la fiebre amarilla todos los bebés a los 18 meses  y un refuerzo a los 11 años, y también todas las personas que no han recibido la inmunización en las campañas de 2001 y 2009.

 

Gutiérrez agregó: “Hay que tener en cuenta que la prevención de la fiebre amarilla es la misma que para el dengue, hay que eliminar los criaderos de Aedes aegypti. Si se viaja a zona de riesgo, hay que vacunarse y hay que utilizar repelente y ropa larga, como pantalones y remeras de mangas largas. También se debe tener la responsabilidad de acudir al médico si aparece fiebre en la semana posterior a una zona con circulación viral”. 

 

La fiebre amarilla se presenta en el ámbito selvático y es transmitida por un mosquito, el Haemagogus spegazzinii, pero cuando ingresa a la ciudad -lo que se conoce como urbanización del virus-, el insecto que la transmite es el Aedes aegypti, el mismo vector que contagia dengue, zika y chikungunya y que tiene hábito domiciliario.

 

Misiones es zona de riesgo
La fiebre amarilla es una enfermedad viral que se transmite a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti. Puede ser grave y provocar la muerte.

 

La vacuna contra fiebre amarilla está incluida en el Calendario Nacional de Vacunación en las áreas definidas como de riesgo (Misiones, Formosa y algunos departamentos de Corrientes, Chaco, Salta y Jujuy), a los 18 meses con un refuerzo por única vez a los 11 años. No deben revacunarse quien haya recibido una dosis de vacuna contra fiebre amarilla luego del segundo año de vida.

 

Quienes vayan a viajar a una zona de riesgo deben aplicarse la vacuna diez días antes de visitar el lugar. Además, es importante evitar las picaduras de mosquito utilizando repelentes, ropas claras y de mangas largas y pantalones largos.

 

Los síntomas iniciales pueden ser similares a los de una gripe e incluir fiebre, dolor de cabeza, vómito y dolores musculares. A medida que la enfermedad progresa, sangran las encías y la orina también contiene sangre. El paciente puede también sufrir ictericia.