Mbya estuvo perdido varios días en la selva al acudir al llamado de espíritus

Domingo 26 de marzo de 2017
El grupo de búsqueda estuvo integrado por policías, gendarmes, guardaparques, bomberos y baqueanos.

“Los espíritus me están llamando, me vinieron a buscar” fue lo último que dijo el paisano, en tono bajo (casi murmurando) antes de levantarse de la ronda cercana al tizón y adentrarse lentamente al espeso monte que por ahora sigue de pié, rodeando y protegiendo a la aldea aborigen.
Los pocos que estaban a su lado lo miraron con cierta sorpresa pero nadie se animó a decir algo y, menos aún, detener su marcha. Por eso, a tranco lento, su silueta fue desapareciendo en la oscuridad de la madrugada. Salió completamente decidido, sin agua ni comida, pero a nadie en la comunidad pareció preocupar, tanto así que la tranquilidad de la aldea continuó sin quebrantarse hasta la salida del sol, cuando cada uno retomó sus actividades artesanales y de labranzas habituales.  
Dos días después, la caminata monte adentro del paisano que dijo haber sido llamado por los espíritus cruzó las fronteras de la comunidad y llegó a oídos de una “mujer blanca” que entendió la gravedad del asunto.

Fue esta señora con creencias distintas quien alertó a las autoridades policiales sobre la desaparición del hombre e inmediatamente se montó un operativo de búsqueda que por fortuna tuvo un final feliz ayer por la mañana tras el hallazgo sano y salvo del muchacho, a unos diez kilómetros de la aldea

“Caminando hasta perderse”
Parece una historia más de esas que suelen escucharse en suelo misionero, con almas en pena que deambulan en la búsqueda de paz y los más variados seres mitológicos, pero no. Este caso es real.
El paisano se llama Fermindo Benítez, tiene 28 años y es integrante de la comunidad aborigen Pindó Poty, que desde hace muchos años está asentada en el alejado paraje El Fisco de esta localidad. Su desaparición en el monte data de la madrugada del último martes pero trascendió recién tres días después, a instancias de la denuncia que hizo Raquel, una funcionaria que se ocupa de recorrer todas las comunidades mbya de la zona para conocer sus necesidades y actuar de nexo con quienes deben asistirlos esporádicamente. 
En la sede policial, narró con detalles lo que le contaron los aborígenes. Dijo que todo ocurrió cerca de las 2 de la madrugada de esa jornada y que por lo menos media docena de paisanos estuvo presente cuando Fermindo comunicó que iba a atender el llamado del monte.
“Le manifestó a los demás integrantes de la aldea que los espíritus vinieron a buscarlo y así como estaba se fue caminando hasta perderse”, detalló Raquel.
La denuncia activó un operativo de grandes proporciones con el objetivo de hallarlo e involucró a distintas dependencias policiales que dependen de la Unidad Regional VIII, como también al cuartel de bomberos voluntarios, gendarmes de la sección local, guardaparques que trabajan en la zona de la reserva Yabotí al igual que una decena de baqueanos que integran otras comunidades mbya de El Soberbio.

Rastrillaje en el monte
Por lo que pudo establecer El Territorio, los grupos de rastrillaje avanzaron monte adentro alrededor de 20 kilómetros siguiendo un posible itinerario que pudo haber hecho el paisano. Para ello hicieron base en la orilla del arroyo El Soberbio y desde ese punto siguieron avanzando apoyados en la pericia de los baqueanos.
Las fuentes policiales consultadas informaron que en todo ese recorrido no hallaron ni siquiera un elemento que los oriente hacia un punto específico.
Sin rastros de Fermindo, la fuerza provincial redobló ayer la apuesta e involucró a un total de 25 uniformados y seis móviles policiales.
Luego de acampar por unas horas, al amanecer los rescatistas continuaron con el rastrillaje ya que habían surgido  algunos datos en torno al paradero del muchacho. Fue así que los pasos del joven fueron detectados ayer por la mañana en una reserva de 20.000 Hectáreas.
Con la impresión de tenerlo cerca, los uniformados penetraron senderos y llegaron hasta el arroyo Paraíso del paraje La Bonita, donde hallaron semiacostado al mbya de 28 años, quien con poca fuerza y casi sin poder hablar, dijo no recordar nada de lo ocurrido y acusó un fuerte dolor de cabeza.