Confirman lazos entre un policía de Oberá y narcos que operan en Brasil

Domingo 4 de diciembre de 2016 | 06:58hs.
Márquez (47) fue detenido en un bar de Santa Rita y estuvo preso en la PFA hasta septiembre. | Foto: Archivo

El 14 de junio pasado, efectivos de la Policía Federal y de la Policía de Misiones lograron capturar a Sesar Osmar Márquez (47), un misionero acusado por delitos vinculados al narcotráfico que se encontraba prófugo de la Justicia brasileña.


El sujeto registraba un pedido de captura emitido en mayo de este año por parte de la delegación de Interpol en Brasilia. Fuentes de la investigación mencionaron que Márquez se habría fugado en medio de un operativo desplegado en el vecino país que concluyó con la incautación de unos 40 kilogramos de cocaína.


Desde entonces, era intensamente buscado por las fuerzas federales de Argentina y Brasil. Oriundo de Colonia Aurora, municipio de Alba Posse, las pesquisas se centraron en la zona del Alto Uruguay, donde tiene parientes y amigos.


Finalmente, el narco fue detenido en un bar de la localidad de Santa Rita, mientras compartía una cerveza con un remisero y dos mujeres. No se resistió al arresto y a los pocos días fue extraditado al Brasil.


Su captura fue celebrada por las fuerzas de seguridad, que lo calificaron como un “peso pesado” en la ruta de la marihuana proveniente del Paraguay, que pasa por Misiones y se dirige hacia las principales ciudades brasileñas. La misma organización trafica cocaína.


Pero la detención de Márquez en Santa Rita tuvo un giro inesperado para los investigadores, puesto que dieron con elementos que permitirían probar su relación con un cabo primero que durante años se desempeñó en la División de Seguridad Vial de esta localidad.


Incluso, una hermana del policía obereño habría sido pareja del narco, según precisaron fuentes del caso consultadas por El Territorio.


En tanto, la relación entre ambos sujetos estaría probada por el entrecruzamiento de líneas telefónicas, investigación que está a cargo de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic).

Peligrosas conexiones
Sin ahondar en detalles que puedan entorpecer el avance de la causa, este diario logró confirmar que la Saic determinó que el cabo primero, identificado como Luis S., se comunicaba con Márquez mientras éste se hallaba prófugo de la Justicia brasileña.
Y no eran simplemente charlas de amigos, al punto que el policía le habría ofrecido chalecos blindados de la fuerza, una situación a todas luces irregular y reñida con los deberes de funcionario público.


“Márquez estaba interesado en comprar los chalecos para llevarlos a Brasil y el cabo le mandó fotos para que vea la calidad. Eran chalecos de Seguridad Vial, donde el cabo trabajaba entonces, antes de que lo manden a San Pedro”, precisó una fuente del caso.


Precisamente, a mediados de agosto, el mismo suboficial fue trasladado a la Seccional Primera de San Pedro, luego de quedar implicado en una causa judicial que investiga la conexión de un armero de Villa Torneus con una banda delictiva de la zona Centro.


Como viene publicando este medio, en el taller del armero había armas de dos policías obereños -entre ellos el mismo cabo, ambos imputados por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público en un expediente que se tramita en el Juzgado de Instrucción Dos.


A esta altura, tantos lazos no pueden ser coincidencia, menos al tratarse de un uniformado acostumbrado a jactarse de sus contactos en la cúpula de la Policía, aseguraron.


Tampoco se puede soslayar el hecho que durante varios años se desempeñó en Seguridad Vial, una dependencia sensible en la lucha contra el narcotráfico por su presencia en las rutas de la provincia.


En dicha división, fue subalterno de un comisario mayor recientemente relevado del cargo de segundo jefe de la Unidad Regional II por una denuncia del presunto cobro de coimas a conductores y transportistas.


El cabo primero también sería protegido de un alto cargo de la Jefatura de Policía, lo que justificaría que a pesar de sus antecedentes y causas en trámite, aún no haya sido puesto en disponibilidad y siga trabajando.

Así cayó Márquez
“Atrapamos a un verdadero peso pesado”, graficó un oficial de la Policía Federal, cuando en junio lograron capturar a Márquez.


El procedimiento fue realizado por efectivos de la delegación Posadas de la Policía Federal Argentina (PFA), en conjunto con el personal de la Policía de Misiones.


“Este hombre no es uno más. Es integrante de una organización narcocriminal de alcance internacional que opera en Brasil, por eso la Justicia de ese país estaba tan interesada en él”, precisaron.


Las mismas fuentes detallaron que el hombre logró ser localizado tras una intensa pesquisa de la cual también participó el personal de la División Federal de Fugitivos de Interpol Buenos Aires, quienes se asentaron de forma encubierta en la zona del Alto Uruguay para monitorear sus movimientos.


La pesquisa que concluyó con su detención también incluyó una serie de escuchas telefónicas, mediante las cuales se pudo constatar que Márquez estaba residiendo en Santa Rita, desde donde continuaba planificando sus maniobras delictivas.
Gracias a esta intervención tecnológica, los sabuesos lograron obtener el dato preciso de su ubicación y aguardaron el momento justo para detenerlo.


Márquez fue reducido, esposado y ubicado en un móvil de la PFA, en el cual fue trasladado bajo un fuerte operativo de seguridad hasta la delegación en Posadas de la fuerza, donde quedó alojado hasta fines de septiembre, cuando se concretaron los trámites de extradición y fue deportado a Brasil, para ser juzgado por las autoridades implicadas.


Oriundo de Aurora, conoce como la palma de su mano la frontera con Brasil y de esta manera se convirtió en un narcotraficante de relevancia en la zona. Ahora, el avance de la investigación permitiría vislumbrar una amplia red de complicidades.

40 Kilogramos. De cocaína es el cargamento con el cual vincula la Justicia brasileña al misionero Sesar Márquez. Se sospecha que de ese operativo logró escapar y desde ahí era buscado hasta por Interpol.