Se apagó una luz del mundo grunge

Viernes 19 de mayo de 2017
Esa voz, una de las mejores del universo del rock. Esa voz intensa que mutaba del susurro al alarido apuntando directo al corazón del oyente. Esa voz pertenecía (y pertenece en la eternidad de la música) al músico Chris Cornell, quien a los 52 años decidió quitarse la vida y dejar un legado artístico invaluable siendo uno de los padres del estilo grunge.
Ayer la noticia sorprendió a todos. Fue repentina y sorpresiva. Al principio nadie quería creerlo hasta que su manager lo confirmó: después de una presentación en la ciudad estadounidense de Detroit encontraron el cuerpo sin vida de Cornell en un hotel de esa ciudad.
El grunge está de luto y las canciones más representativas de su carrera como líder de Soundgarden, Temple of the Dog y Audioslave no dejaron de sonar en las radios y las redes sociales.
Junto a bandas como Nirvana y Pearl Jam, Soundgarden impulsó una verdadera revolución musical en la década de los 90. Grabaron seis álbumes y ganaron dos Grammy. Mientras que con Audioslave,  banda formada en 2001 y disuelta en 2007, Cornell lanzó tres discos y logró toda una nueva generación de seguidores. Como solista grabó cuatro álbumes (el más reciente titulado Higher truth en 2015) y tuvo su gran presentación el año pasado en el Teatro Colón de Buenos Aires.
Nació el 20 de julio de 1964 en Seattle, la ciudad de Estados Unidos considerada como la "cuna del grunge". Sobre las causas de su suicidio, se pueden apelar a muchos lugares comunes. Cornell nunca ocultó su adolescencia difícil, su lucha constante contra las adicciones y la angustia y depresión.
Ayer en Twitter, glorias del rock como Jimmy Page, lo destacaron como un gran artista: "Increíblemente talentoso. Increíblemente joven. Increíblemente lo perdimos". También Elton John: "Sorprendido y entristecido por la muerte repentina de @chriscornell. Un gran cantante, compositor y el hombre más encantador".
Y Savage escribió: "Su muerte prematura significa que, después de Kurt Cobain, Layne Staley y Scott Weiland, otra de las principales luces del grunge se ha extinguido".