Jericoacoara, un verdadero paraíso en tierra brasileña

Viernes 23 de septiembre de 2016 | 17:51hs.

Por Marina Barreyro

Ubicado al nordeste de Brasil, Jijoca de Jericoacoara es un pequeño municipio del estado de Ceará, a 300 km de Fortaleza, convertido en Parque Nacional. Nacido como un pueblo de pescadores y elegido por deportistas de windsurf y kitesurf , actualmente se ha convertido en un importante destino turístico para aquellos que consideran a los viajes como un sinónimo de tranquilidad.




Sus bellos paisajes y la tranquilidad de la zona le han valido el mote de paraíso, ya que cuenta con sitios de ensueño que resultan fascinantes para los amantes de la naturaleza y el deporte.




Por su excelente clima, los turistas pueden admirar sus ríos, lagunas y playas de gran belleza, a lo largo de todo el año.




Conocido como "el paraíso nordestino", Jericoacoara es el lugar donde muchos viajeros deciden quedarse por más tiempo de lo que habían previsto inicialmente, y a veces hasta vivir.




Antes de elegirlo, es menester saber que solo se puede acceder a la zona mediante vehículos autorizados que puedan andar por calles de arena, y subir las grandes dunas.




Hasta hace unos 20 años, Jericoacoara era un pueblo de pescadores aislado de la ciudad dado que no existían carreteras, ni electricidad, ni teléfonos, ni televisores, y el dinero rara vez se utilizaba. Hoy en día se puede observar gran presencia de turistas, y quienes lo han visitado destacan que se trata de un destino que invita a perderse del resto del mundo.




Entre sus atractivos se destaca la Lagoa do Paraíso, postal de la ciudad, donde se ubican de manera estratégica un gran número de hamacas de red sobre el agua dulce de la laguna. Allí, los visitantes retozan al sol, sumergidos en parte en las cálidas aguas. Para llegar a la zona es necesario contratar una excursión en vehículos 4x4, o alquilar un buggy.




Otro de los paseos imperdibles es una caminata por la playa hacia la Pedra Furada, una enorme roca cuya estructura ofrece el marco ideal para tomar bellas fotografías. Asimismo, la Duna Do Por do Sol se alza como otro gran escenario para disfrutar de un buen mate mientras se observa el ocaso.




A la hora de pensar en un alojamiento, la ciudad tiene una amplia gama de hoteles, pero se destacan los pequeños, familiares, y selectos tipo boutiques, que son la última tendencia.




Menos conocida que otras playas de Brasil, Jericoacoara es una invitación a conectarse con la naturaleza y reencontrase con uno mismo en un paraíso turístico.