Le desfiguraron la cara de un piedrazo tras un ataque piraña en Villa Cabello

Sábado 11 de noviembre de 2017
Indignación, impotencia pero por sobre todo mucha bronca se reflejan en el rostro de Miriam, una empleada municipal de esta ciudad que desde hace  días está pendiente de la salud de su hermano Marcelo Florez (41), quien el domingo pasado fue atacado por una patota cuando salía de su casa en la chacra 158 de Villa Cabello junto a su pareja. En ese marco, sufrió múltiples golpes de puño y un certero piedrazo en el rostro que pusieron en riesgo su vida.
A casi una semana de la brutal agresión, y en lo que se sospecha fue un intento de robo bajo la modalidad ‘piraña’, la familia de Marcelo sigue sin tener respuestas por parte de la Policía en torno a la detención de los responsables.
Y lo que más molesta a los allegados de la victima es que los atacantes siguen cobrando peaje y robando en la zona y que, amparados en el miedo que transmiten a todo el vecindario, hacen que los vecinos damnificados no se animen a denunciar estos hechos por miedo a represalias.
“Él hoy se salvó, ¿pero mañana? Esta es una zona roja, en todo momento nos cobran peaje. Nosotros queremos que protejan a la gente, hay muchos que saben pero se callan porque tienen miedo a hablar”, dijo Miriam en relación a la situación crítica que, según ella, se vive en la chacra 158 desde hace varios meses. Es una zona a la que la Policía no se anima a entrar, excusándose de no tener móviles para las intervenciones cuando sucede algo relevante.
Por su parte, y aún muy dolorido y conmocionado por el brutal ataque del que fue víctima, Marcelo narró el traumático momento que le tocó vivir el pasado domingo cuando salía junto a su esposa de su casa en su vehículo particular.
“Yo salí de acá y veo que venían tres muchachos. Como estaban en el medio de la calle, paro el auto, y uno le pegó a la puerta. Cuando me bajo, veo que uno tenía un cuchillo y le grité a mi señora que no se baje. Luego siento que alguien de atrás me pega con una piedra”, narró el hombre, quien después de la tunda de golpes se desvaneció en el suelo y tuvo que ser asistido por su pareja.
En ese momento, fue trasladado por su hija en auto hasta el hospital René Favaloro de Villa Cabello, luego de perder mucha sangre a causa de los golpes. Y, por su condición de diabético, su estado se agravó, aunque por fortuna y gracias a la rápida y eficiente atención de médicos de dicho hospital y del Ramón Madariaga, pudo estabilizarse y evitar una complicación en su estado de salud.
“El caso está caratulado como riña callejera, pero él no se junta con esa gente, acá podes hablar con todos los vecinos y te pueden contar qué clase de persona es. Nos dijo el neurólogo que, si era un centímetro más arriba el golpe, él se moría”, añadió Miriam, quien sostiene que la Policía no le da ninguna garantía de que los atacantes no sigan haciendo de las suyas.
Incluso, recordó que, tras la agresión, dos de los sujetos amenazaron con volver para terminar lo que habían comenzado con su hermano, lo cual preocupa sobremanera a toda la familia y al resto de los vecinos de la zona que no viven tranquilos con estos inadaptados en libertad.