“No me voy a perdonar no haber dado el paso para recuperarlo”

Jueves 20 de julio de 2017
El empresario reside en Asunción, Paraguay, desde 1999.
Encubrimiento por "trabajos sucios" para servicios de inteligencia, vinculación con el narcocrimen de la Triple Frontera liderado desde Brasil y contactos con un grupo guerrillero paraguayo componen la trama oculta del Caso Schaerer, un secuestro extorsivo que comenzó con un robo al padre de la víctima y que, todo indica, terminó con un homicidio. 
Se trata de los detalles de la planificación, ejecución y persecución de los autores del secuestro extorsivo del estudiante Cristian Schaerer (21), por el que en 2003 se pagaron 277.000 dólares de rescate. No obstante, nunca fue liberado y se presume su asesinato.
Esta semana, la Cámara de Casación Penal de la Nación confirmó las condenas a cinco imputados por el hecho, luego de rechazar por mayoría los planteos presentadas por las defensas de cada implicado.
En este contexto, fue entrevistado el empresario Juan Pedro Schaerer, padre del joven desaparecido, quien desde Asunción, Paraguay, donde reside desde 1999 luego de que la Justicia le imputara delitos de corrupción cometidos cuando era funcionario provincial en Corrientes, y brindó precisiones sobre la investigación.
Desde el 21 de septiembre de 2003, cuando su hijo fue capturado en el barrio Las Tejas, de la capital correntina, Schaerer realizó una investigación paralela que incluyó informantes del ámbito de traficantes de marihuana y contrabandistas, allanamientos junto a fuerzas de seguridad y entrecruzamiento de datos de inteligencia.
Schaerer explicó que todo comenzó cuando los delincuentes apresados este año en Portugal, Rodolfo ‘Ruso’ Lorhman (52) y José ‘Portillo’ Maidana (57) -ambos conocidos en Misiones por diversos delitos-, junto al secuestrador argentino Cristian Carro Córdoba (43), primero intentaron secuestrarlo a él.
Explicó que “se dijeron muchas cosas respecto a las razones por las cuales secuestraron a Cristian” y citó: “Que era un ajuste de cuentas, que yo me quedé con un vuelto, que era una venganza política y muchas cosas más. Pero la realidad es mucho más simple”.
“La realidad es que cuando yo me vine a Asunción puse tres restaurantes y una de las personas que estaba a cargo de uno de ellos, una mujer correntina, le pasó datos a (la abogada) Cinthia Paola Pérez Toranzo, quién en principio había planificado un robo, que luego Lorhman y Maidana transformaron en un intento de secuestro”, relató.
Indicó que un día cuando él sacaba el auto de su casa lo atacaron: “Yo me defendí, me agarré con Lorhman y en la pelea él perdió su celular y la pistola, pero Maidana logró dispararme once veces, de las cuales me dio un balazo en la espalda y otro en la cabeza que casi me mata”, precisó.
“Tres meses después lo secuestran a Cristian y cuando Maidana me llama por teléfono para solicitar el rescate me dice que son los mismos que me quisieron secuestrar y que ahora tenían a mi hijo y tenía que pagar”, señaló Schaerer.
Puntualizó que “ese fue el comienzo de todo. Después pagamos el rescate en Uruguayana y luego yo me dediqué a perseguir a Lorhman. Descubrimos que él era mano de obra desocupada de los servicios de inteligencia y que esa era una de las razones por las cuales no se lo podía atrapar, pero cuando yo comienzo a perseguirlo y con todo lo que se armó en torno al secuestro, comenzó a ser un problema incluso para aquellos que lo protegían”, reveló en referencia al grupo guerrillero Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y el Primer Comando Capital (CPP).
Schaerer agregó que en este marco, los captores "decidieron venderle a Cristian a los Rojas-Martínez, quienes se dedicaban al narcotráfico, para que ellos se hiciesen cargo y escaparon del país".

Corrientes, Misiones y pista clave
Relató que Cristian estuvo retenido en Paso de los Libres hasta los primeros meses de 2004 en la vivienda de los hermanos Salgán. Luego estuvo cautivo entre marzo y mayo del 2004 en un aserradero de Garupá, Misiones, propiedad de Carlino Rojas Morel.
Posteriormente, Pastor Rojas Martínez lo trasladó desde Misiones a Paraguay a bordo de una Renault Trafic hasta que terminó en una casa de Edelira, en el departamento paraguayo de Itapuá, según lo declarado por Mariela Rojas, esposa de Ariel Del Valle –miembro de la banda que lo tuvo en Paraguay-.
“Yo estuve muy cerca de recuperarlo y no me voy a perdonar no haber dado el paso necesario para eso. Entre todos los operativos que realizamos con la policía paraguaya y la fiscalía antisecuestro de Paraguay, estuvo uno en donde estuvimos en un lugar, frente a la toma de agua de la Papelera Misiones -Puerto Piray-, donde había tres casas”, continuó.
“En dos de ellas encontramos a parte de la banda y logramos obtener información respecto a las últimas horas de Cristian, pero la tercer casa estaba toda cerrada y tapiada y uno de los integrantes del grupo dijo que estaba abandonada, por eso no la revisamos”, puntualizó.
“Después -dijo- por testimonios de Mariela Rojas nos enteramos que ella misma le había dado a Cristian una frazada y ropa y que en el momento del operativo mi hijo se encontraba ahí, a treinta metros de donde nosotros estábamos”.
Por el caso se aguarda la extradición de Lhorman y Maidana, mientras que doce personas, entre ellas Carro Córdoba, ya fueron condenadas y se espera otro juicio oral por el encubrimiento.