“De chica me escapaba de mi papá para poder jugar, no fue sencillo”

Domingo 14 de mayo de 2017 | 07:30hs.
Karina se contagió de su hermano y de sus primos futboleros. | Foto: Facundo Correa.

El desarrollo del fútbol femenino está directamente ligado a la lucha por los derechos de la mujer. Y en este sentido, el objetivo de las primeras futbolistas era demostrar que podían emanciparse, incluyéndose directamente en un deporte que hasta esos momentos era exclusivamente para hombres.

 

Primero, lo hicieron en el fútbol de once, pero hasta no hace mucho tiempo ellas se animaron también a probar sus otras variantes y redoblaron la apuesta sumándose al fútbol de salón.

 

En Misiones, afortunadamente, esta disciplina también tiene aroma de mujer. El torneo de futsal posadeño cuenta actualmente con cinco equipos que dejaron la cancha grande para mostrar sus cualidades técnicas en espacios reducidos.

 

Karina Domínguez y Gabriela Carossini, jugadoras de Luz y Fuerza, son dos de las abanderadas que tiene el futsal capitalino.

 

Le agarraron el gustito de muy pequeñas y desde entonces hicieron una carrera deportiva con la pelota bajo la suela.

 

“Hace varios años que empecé a jugar al fútbol, pero hace apenas un año y medio arranqué en el futsal; de a poco estoy aprendiendo en esta disciplina que está creciendo bastante”, señaló Karina, quien a sus 28 años todavía se acuerda de cómo fueron sus primeros pasos hace casi dos décadas.

 

“Empecé a jugar a los 9 años, pero en los primeros tiempos no fue tan sencillo que mi padre entendiera, siempre me escapaba para jugar porque él no quería, esa es la realidad, pero me contagié de mi hermano, de mis primos, me dí cuenta que me gustaba y comencé a jugar con ellos en el barrio, después caí en manos de un profesor de educación física, al que le interesaba el deporte femenino, me vio algunas habilidades, me inculcó el fútbol y comenzamos con los entrenamientos, así empezó todo”, explica, pero remarca que “costó mucho porque convencionalmente el fútbol femenino no estaba muy aceptado en mi familia”.

 

“Tuve la suerte de jugar en Buenos Aires y de convivir con el fútbol semiprofesional, allá conocí el futsal, vi que está muy bien organizado y me llamó la atención, cuando volví a Posadas me ofrecieron sumarme al futsal y no lo dudé, pese a las grandes diferencias que existen entre un fútbol y otro, me gusta mucho más el futsal, me estoy adaptando y cuesta, pero está bueno, para mí es muchísimo mejor”, agregó.

 

Para Karina, el hecho de que se trate de un deporte de constante roce físico no es motivo de excusas. “Hay roce, es cierto, hay chicas que se preparan mucho y sacan ventajas del físico, pero es casi igual que con los varones, tal vez tengamos un poco más de respeto entre las chicas, pero en líneas generales es muy parecido el roce”, explica.

 

Para la posadeña, el futsal femenino está tomando un gran impulso: “En algún momento Argentina va a estar al nivel de otras grandes selecciones, porque es un deporte que está en crecimiento, a muchas chicas les está atrapando el fútbol femenino, ojalá que sigan participando y que más chicas se sigan sumando porque es un deporte tan lindo como cualquier otro”.

 

 Sin el mismo recorrido, pero con la chapa que le da haberse probado y haber sido preseleccionada en Boca, Gabriela Carossini (24) es la capitana del equipo eléctrico y palabra autorizada para emitir conceptos del deporte femenino.

 

“Desde chiquita ya jugaba en el barrio, pero fue a los 14 años cuando me decidí a entrenar en serio porque me propuse llegar a jugar en Boca, que es el club de mis amores”, recuerda. Pero enseguida viene el dolor por no haber podido cumplir el sueño. “El año pasado fui a una prueba en Boca y quedé preseleccionada, pero por unos inconvenientes no pude volver”.

 

Pero Gabriela se sobrepuso a la desilusión de la mejor manera. “Hace un año y medio nos invitaron a jugar el torneo Nacional, empecé con este grupo de amigas y desde entonces seguimos jugando juntas”, describió.

 

“Ahora le apuntamos todo al Nacional que se hará en julio en Corrientes, ese es nuestro próximo objetivo y nos estamos preparando para eso, queremos mejorar lo que hicimos el año pasado, cuando llegamos a cuartos de final”, se entusiasma la capitana y una de las goleadoras del equipo en el torneo posadeño.

 

Al igual que su compañera Karina –y para la gran mayoría de las jugadores que se pasaron al futsal-, para Gabriela “hay muchos cambios entre jugar en cancha de once y el fútbol de salón, en cancha grande tenés más espacios, es un fútbol más pausado, en el futsal, en cambio, el juego es mucho más rápido al ser la cancha reducida”.

 

Por último, toma la palabra para desmitificar eso de que el fútbol es cosa de hombres. “Muchos dicen que las mujeres no pueden jugar, pero el fútbol es un deporte muy lindo; no es sólo para hombres, es cuestión de animarse a practicarlo”.

 

Apofusa: hay cinco equipos en el torneo femenino
El torneo de la Asociación Posadeña de Fútbol de Salón no es sólo cosa de hombres. Si bien es cierto que hay 95 conjuntos masculinos distribuidos en las distintas categorías, son cinco los equipos que le dan vida al torneo femenino completando el centenar de participantes.

 

Brown, Luz y Fuerza, Las Abuelas, Cinco Caldas y Shyolita juegan semanalmente entre ellos en un ambiente de camaradería y constante crecimiento. Más allá de quién tenga más o menos potencial, no hay dudas de que el futsal femenino prendió raíces en la tierra colorada y de a poco se está forjando su lugar.