Compraron una propiedad y la transformaron en réplica de la casa de Los Simpson

Viernes 8 de diciembre de 2017 | 02:00hs.
Los constructores transformaron la propiedad en una réplica de la casa de Los Simpson.

Por más de 20 años, Los Simpson mantienen su puesto de una de las familias de ficción más amadas del mundo. Sus fieles fanáticos son capaces de recordar diálogos enteros de memoria y hasta de hacerse tatuajes inspirados en los personajes de la tira. Pero Internet siempre nos demuestra que hay personas que llevan todo a un segundo nivel, como el caso de estos dos constructores que compraron una propiedad para transformarla en una réplica de la casa de la "familia amarilla".

El oasis de todo amante de la serie fue producto de un concurso que organizó la cadena Fox junto con Pepsi. Las encargadas de convertirlo en realidad fueron las empresas francesas Kaufman y Broad, que tuvieron que diseñar un minucioso plan para copiar con exactitud cada detalle. Para esto, los arquitectos a cargo del proyecto tuvieron que ver más de 100 capítulos, en especial los que suceden dentro del famoso hogar.

l resultado fue increíble: la casa quedó con la misma decoración que la original, desde los mismos colores en tono pastel, los muebles hasta la decoración. Y como si fuera poco, también reprodujeron a la perfección el estilo del jardín: con el auto rosa estacionado, la parrilla, la hamaca de Bart y hasta latas tiradas de cerveza Duff.

La flamante ganadora, que se convirtió en la envidia de muchos, fue Barbara Howard. Pero a pesar de tener a su disposición tremenda obra de arte, prefirió venderla. "Daría mi vida por mudarme ahí, pero mi familia no podría adaptarse, así que no puedo", explicó en una entrevista con Los Ángeles Time.

Al tener el título de propietaria, la mujer la ofertó en el mercado por 120 mil dólares y consiguió que una familia se la comprara de inmediato. El único problema fue que decidieron rediseñarla de cero y dejarle un look tradicional. Ahora la casa luce como cualquier otra, con un frente color marrón claro y un portón blanco. Sin dejar ningún tipo de rastro de lo que supo ser.