La crisis no tiene fin

Viernes 19 de mayo de 2017

La crisis por los casos de corrupción en la política de Brasil amenaza con llevarse puesto a otro presidente. Ayer la Corte Suprema del país vecino autorizó iniciar una investigación al presidente Michel Temer por su presunta implicación en otro (el caso Lavajato ya está en sus derivados y parece no tener fin) esquema de sobornos.
Las consecuencias en la política doméstica y en la economía se sintieron de forma inmediata, al punto que podría minar las reformas económicas hechas para salir de la recesión. Los mercados financieros cayeron en picada, el real se depreció alrededor de un 10%, ambas Cámaras del Congreso suspendieron sesiones y la oficina del Presidente canceló todas sus actividades. El detonante: la aparición de una grabación en la que se escucha a Temer apoyando la idea de sobornar a un antiguo legislador. Se trata de Eduardo Cunha, el mismo que lideró la destitución de Dilma Rousseff. El golpe fue directo a la línea de flotabilidad de un presidente que administra migajas de legitimidad.
Anoche, Brasilia volvió a ser el centro de las protestas que se replicaron, con menor intensidad, en varias ciudades del gigante de Sudamérica.

Temer habló ayer y dijo que no renunciará. En un comunicado difundido por la tarde, dijo que “no participó ni autorizó intento alguno por impedirle a Cunha llegar a un arreglo con los funcionarios del Ministerio de Justicia”. Sin embargo, dos de sus ministros, el de Cultura y de Ciudades, decidieron abandonar el gabinete.  Por ahora la crisis es política. Pero lo que sigue es el rebote en la economía doméstica y regional. Y lamentablemente Argentina sufrirá las consecuencias que repercutirá especialmente en la economía, que no arranca (página 16).

Por Roberto Maack
Jefe de Redacción
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