La marcha de los días: Anabólicos

Domingo 4 de diciembre de 2016 | 06:30hs.
Foto: Dibujo: Latree '16

Suelen ser muy comentados los efectos anabólicos y, sobre todo, las consecuencias habituales que provocan el abuso de esteroides anabólicos por parte de algunos atletas profesionales o por usuarios que consumen con el anhelo de cambiar la apariencia o intentar con ello lograr un mayor rendimiento atlético. Se sabe que uno de los objetivos es el crecimiento del músculo esquelético, de allí se conocen los efectos anabólicos que, para muchos, representan mejorar la confianza aunque a veces no se fijen en los daños potencialmente serios y de largo plazo. Esta semana, también en el campo político se comenzó a hablar de los efectos anabólicos para intentar explicar que la administración nacional está inflando un poco más de la cuenta los resultados de la gestión. El tema comenzó a hablarse con mayor frecuencia esta semana tras conocerse que el presidente Mauricio Macri calificó en 8 la gestión desarrollada hasta el momento.


El debate es si la autoevaluación coincide con la realidad y se da cuando, dentro de seis días, el Gobierno de Cambiemos estará cumpliendo el primer año de mandato. Es oportuno entonces empezar a evaluar si el alto rendimiento de la gestión que percibe Macri coincide con la percepción de los ciudadanos y, sobre todo, evaluar algunos resultados concretos. No está Polino o Moria para evaluar monopólicamente en un show televisivo, estamos todos los argentinos en el día a día de nuestras vidas.

Durante estos doce meses, en muchos tramos el Gobierno tuvo gran apoyo inicial al proyecto, tanto por parte de esperanzados ciudadanos como del parlamento argentino donde, pese a las fuerzas desfavorables, logró con la ayuda de muchos gobernadores, la aprobación de leyes clave. Así tumbó el cepo cambiario, logró acuerdo con los fondos buitre, pudo resolver la deuda pública impaga, entabló y recuperó nuevas relaciones internacionales. Es adentro, en el interior de este gran hogar de los argentinos, donde todo parece resultarle más difícil de avanzar a la administración nacional; desde revertir los altos niveles de inflación o déficit fiscal, los altos costos innecesarios que debió pagar por impericias en el marco del sinceramiento de tarifas, la promesa del despegue del segundo semestre que nunca llegó, el combate a la pobreza; todos quedaron empantanados. A ello se suman las nuevas promesas, que no terminan de cristalizarse. Tal es el caso de las nuevas esperanzas reflejadas a través del blanqueo de capitales.

Algunos economistas entienden que será apenas un alivio transitorio, sumado a la preocupación del creciente endeudamiento. Mientras tanto, la ola esperada de inversiones privadas no aparece; como tampoco los prometidos inversores internacionales. Está claro que la esperanza no se pierde, pero crece de manera llamativa la desilusión a tantas expectativas. Por lo tanto el resultado de sumar y restar parte de la gestión, de promesas y concreciones incumplidas, haga que quizás el número de la autoevaluación realizada por Macri resulte muy alto. Es verdad que son los primeros doce meses y que aún faltan por transitar otros tres años. Pero el 2017 será un año bisagra, especialmente por las elecciones venideras y para entonces, como viene insinuando, el peronismo no está dispuesto a quedarse con los brazos cruzados y buscará desinflar los efectos anabólicos.
Con las cuestiones prometidas y pendientes, desde la oposición tienen argumentos suficientes para plantear de que el primer año de Cambiemos comienza a dejar los primeros ganadores y perdedores. Entre los primeros, están parte del campo, proveedores del sector. Y, como en tantas otras ocasiones y gobiernos anteriores, nuevamente los grandes ganadores de los cambios políticos fueron los bancos. Entre los que apuran la terminación de un mal año, se encuentran la industria automotriz, la construcción, la población en general reflejado en la fuerte caída del consumo en general a raíz de la disminución del salario real y en consecuencia, del poder adquisitivo. Más que nunca en las fiestas de fin de año, se elevarán las copas para reforzar el anhelo de un mejor año para todos estos sectores. De esta manera queda reflejado además que el sacrificio para sacar al país adelante no fue una cuestión colectiva y son los sectores de menores recursos los que están sobrellevando la pesada herencia que el Gobierno dice haber heredado.

De la calificación a la descalificación
Claramente por estas y otras razones, algunos economistas creen que resulta muy elevada la calificación de 8 puntos que se autoadjudicó Macri. Incluso porque hay duros cuestionamientos provenientes del riñón del Cambiemos. Fue el caso de Emilio Monzó. Este dirigente, que casi al finalizar el pasado mes de noviembre fue ratificado en el cargo de presidente de la Cámara de Diputados, realizó fuertes críticas y cuestionamientos contra la gestión de Cambiemos. Monzó ya venía criticando de igual manera a Jaime Durán Barba y reclamó a Macri cambios en el gabinete, además de sostener una férrea defensa de la importancia de la función política. Macri con su reacción claramente en este caso también obtuvo algunos puntos menos, porque prefirió acusar y sobre todo lanzó argumentos pocos oportunos, antes que escuchar recomendaciones. Desechó efectuar cambios importantes en el Gabinete y planteó que el legislador expresa un microclima en el cual vive, que es el de la Cámara de Diputados. Lo que más sorprendió es que el mandatario nacional planteara que ese microclima era distinto al del gobierno y al que la gente vive. La tan odiada y cuestionada grieta volvió a aparecer de esta manera.

Por eso, muchos analistas entienden que la expresión del mandatario nacional al menos resulta delicada. En principio por provenir del máximo referente del Ejecutivo nacional ya que el Legislativo junto al poder Judicial, constituyen nada menos la República. Esto significa no sólo la importancia de la división de poderes, sino de las resoluciones que provengan de estos ámbitos. Por eso, la oposición -rápido para aportar cizaña- entiende que la postura asumida por Macri se parece más a la reacción habitual que tenía Cristina Fernández, de la que tanto este gobierno intenta despegarse. La ex mandataria argentina muchas veces ninguneó a los demás poderes, para intentar erigirse en la única voz autorizada.

Esta vez fue Macri quien cargó contra Monzó, que además de reclamar cambios en el gabinete planteó que la actual estrategia comunicacional del gobierno no sirve. Lo último no es nuevo y desde hace tiempo viene siendo observado, especialmente cuando el Gobierno toma medidas, buenas o malas y no transmite adecuadamente a la ciudadanía; cuando representa otra de las responsabilidades a ser ejercida.

Se nota que los medios nacionales todavía amparan el accionar de Macri. Si hubiese sido Cristina quien le pegaba al poder legislativo la hubiesen crucificado. También sorprendió casi al finalizar la semana que el Ejecutivo decidiera, contrariando a la ley de Sinceramiento Fiscal, que los parientes de los funcionarios públicos puedan blanquear sus bienes. Lo hizo a través de un decreto, por medio del cual se incorpora al régimen de sinceramiento fiscal a cónyuges, padres e hijos menores de funcionarios y otros cargos políticos que se desempeñan actualmente o lo hicieron desde 2010 a la fecha. Este decreto presidencial va en contra de lo que establece la ley de blanqueo, que de manera expresa excluía a los familiares. Lo anterior fue en su momento, una de las condiciones exigidas por la oposición y hasta por la Coalición Cívica-ARI para acompañar la aprobación de la norma. Por eso el malestar entre los socios de coalición, como la Unión Cívica Radical.

Algunos dirigentes nacionales, como el caso de Antonio Bonfatti, presidente del Partido Socialista, consideran que de esta manera se deja el camino allanado para que los familiares directos de los funcionarios públicos se puedan beneficiar y lograr impunidad. Tal es el caso de los parientes que tengan cuentas off shore en paraísos fiscales. Desde los bloques opositores entienden que esta resolución está hecha a la medida y en beneficio de Franco Macri, padre del Presidente y director de un conglomerado de empresas radicadas en paraísos fiscales. La normativa, firmada por Macri, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, podría beneficiar también al primo del jefe de Estado, el empresario de la construcción Ángelo Calcaterra, ampliamente beneficiado con las licitaciones de obra pública. A su vez, se cuestiona que con ello se practican maniobras evasivas para borrar lo sancionado por los legisladores e imponer otra norma mediante decreto, dejando de lado el respeto a la división de poderes que hace a la República. Llama la atención el silencio de Elisa Carrió. Fue ella una de las que se opuso fuertemente a esta medida y además es parte de la política y de la vida de los partidos políticos que Macri parece despreciar.

Paralización de obras
El Gobierno nacional puso freno a la obra pública y terminó afectando a todos los municipios, como sucedió en Misiones. Desde las pequeñas comunas hasta las de primera categoría, se vieron afectadas por la medida nacional. El Gobierno de Cambiemos no sólo congeló los fondos nacionales sino que además hizo desaparecer el Ministerio de Planificación Nacional, por la cuestionada administración de Julio De Vido y en medio de estos cambios, auditorías y controles, se está terminando un año con construcciones paralizadas, inconclusas y otras que existen sólo en los planos.

Claramente representó un duro golpe a las administraciones provinciales, pero también hizo al aumento del problema de ocupación y subocupación existentes en Misiones. Esto hizo que se notara la falta de circulantes y en consecuencia también quedaron sin fecha de continuidad de muchos proyectos u obras acordadas y a ser concretadas por la Nación.

Como paliativo, los intendentes siguieron recibiendo de la Nación los recursos del Fondo de la Soja, con lo cual pudieron hacer frente a cuestiones menores. Es que gran parte de la Coparticipación recibida terminó siendo destinada a cubrir el salario del personal, que a su vez se fue licuando producto de la inflación. Algunos intendentes plantean que desde la Nación hablan de obras majestuosas y con inversiones millonarias, cuando muchas veces, hay prioridades urgentes aún sin resolver como la extensión del servicio de agua potable a las viviendas. Por eso, muchos jefes comunales concluyen que fue un año perdido en cuanto a obras, por lo tanto la autoevaluación de Macri de 8 puntos no se refleja tampoco en las comunas, cuyos administradores anhelan que se revierta la situación con la llegada de un nuevo año.

El camino de los guaraníes
El gobernador Hugo Passalacqua resolvió, decreto mediante, poner fin al debatido acceso al Lote 8 de la Reserva Biósfera Yabotí del departamento de San Pedro.

Apuntando a la importancia de la conservación de los recursos naturales y culturales, el mandatario planteó que en caso de resultar viable ambientalmente el acceso, será de uso exclusivo para las comunidades guaraníes, sanitario y de guardaparques. Ello porque además, Misiones alberga el último relicto de la selva paranaense continuo y en buen estado de conservación, poseyendo más del 50% de la biodiversidad del país, que reconocen desde la Nación aunque la asistencia para conservación suele llegar a cuentagotas.

Posadas con presupuesto
Representó casi un último trámite. Ya estaba acordado de antemano.
Por eso la sesión extraordinaria significó el paso formal para que los catorce concejales de Posadas aprobaran de manera unánime el monto total presupuestado para los tres organismos que se elevará a 1.291.563.988 de pesos. De ello, para el Concejo Deliberante se destinará 247.520.000 pesos, para la Municipalidad 1.038 millones de pesos y para la Defensoría del Pueblo, poco más de 6 millones de pesos. En las estimaciones, se presupuestó para el 2017 un 24 por ciento más de lo que se había aprobado para el año en curso.

En el recinto, se destacó que la aprobación fue producto de numerosas reuniones, para lograr consenso y llegar a lo que calificaron de día histórico por lograr un acuerdo común. En el medio del análisis de los números, comenzaron a tejerse los futuros acuerdos pensando en el día 7 de diciembre, fecha en que se definirán las nuevas autoridades en el recinto.