Críticas y pedidos de revisión para las pruebas nacionales Aprender

Domingo 26 de marzo de 2017
Buscan mejorar la enseñanza y aportar a las pruebas. | Foto: Natalia Guerrero

La difusión de los resultados de las evaluaciones Aprender en el inicio de la semana sacudió los alicaídos cimientos del sistema educativo argentino. Números ciertos y otros manipulados han dejado mal parados a niños y jóvenes y sus educadores, aunque todavía se ha escuchado poco y nada acerca de la responsabilidad de la actual dirigencia política nacional, que ha desfinanciado varias líneas de calidad en educación pública y mantiene un conflicto con el sector docente.
Eso sí, ha apurado la elaboración de un Plan Maestro que será ingresado al Congreso de la Nación para su análisis con la intención de legislar calidad educativa.
Pasados los días, y estudiado el informe parcial que ha difundido la cartera educativa nacional a cargo de Esteban Bullrich.

Referentes de la educación, de distintos ámbitos, reflexionaron con El Territorio acerca de esos resultados que el presidente Macri llamó “dolorosos y muy malos”.
Elena Duro, secretaria de Evaluación Educativa del Ministerio de Educación de la Nación, indicó a este medio que “fue muy importante la participación de los estudiantes y de los educadores, tenemos niveles de más de 70% de participación y con picos de más de 80%”.
Entre los resultados que aportó la funcionaria se puede leer que el 46,4% de los alumnos de 5° y 6° año del secundario no comprende un texto básico, mientras que el 70,2% no puede resolver cuentas o problemas matemáticos muy sencillos. En el área de Naturales, el 36,3% tuvo el rendimiento más bajo, mientras que en Sociales fue del 41,1 por ciento.
Sin embargo, en Misiones se ha cuestionado este guarismo para los que no alcanzaron un buen desempeño en matemática.
La ministra de Educación de Misiones, Ivonne Aquino llamó la atención de que se ha puesto en la misma categoría a aquellos estudiantes que tuvieron bajo desempeño y a los que llegaron a un desempeño básico.
De esta forma se llegó a ese 70% de alumnos que no saben matemática, pero “este porcentaje incluye a aquellos jóvenes que sí tienen conocimiento de los núcleos de aprendizaje prioritarios”.
Y sostuvo que para Misiones “en 5° y 6° año de nivel secundario, el 54 por ciento está por debajo del nivel básico en matemáticas, en lengua las estadísticas son mejores: el 25 por ciento está por debajo de los saberes elementales”
En la misma línea, otro funcionario de Educación llamó a no desdeñar los resultados de las pruebas, “pero así como debemos hacernos cargo de que hay falencias en educación, considero que el equipo que diseña las pruebas Aprender tiene que revisar la formulación de las consignas, porque si tantos jóvenes no entendieron las consignas ahí tenemos un problema. Y surge una duda ¿no sabían la respuesta? o ¿no entendieron la formulación de la pregunta?
De esta manera, Mirta Chemes, secretaria general de UDA Misiones, esbozó que todos los sectores deben participar en la elaboración de una evaluación, “sino es un instrumento sesgado y que tiene poco de la realidad de las provincias que es heterogenea”.

En las escuelas misioneras
Varios directivos consultados por El Territorio aceptaron que las matemáticas suelen ser el gran problema de la escuela junto con la lectoescritura. Aunque se animaron a apreciar que esos altos índices de fracaso, “no representan lo trabajado en clases”, dijo la directora de la Epet 36, Alicia Grandenecker. La educadora es titular de la escuela técnica enclavada en el populoso barrio Itaembé Miní y elogió el recorrido que tuvo la modalidad para rearmarse luego del “desmantelamiento” que sufrió con la Ley Federal de Educación.
“Esperamos que continúen las líneas de refuerzo de la calidad educativa y para equipar las escuelas, estamos en un contexto donde realmente es muy importante que un joven se reciba de técnico, y eso es lo más grande que tiene para dar la educación, una educación de calidad”
En tanto, la directora del Polivalente 8, Graciela Rodríguez,   refirió que la pruebas se realizaron el 18 y 19 de octubre de 2016 con asistencia completa. “Antes de que se tomen las pruebas no pudimos ver las consignas, pero sí las analizamos después y observamos que se usaba un vocabulario bastante alejado del que está acostumbrado el alumno, aunque si hablamos de contenidos, todo lo que preguntaba la evaluación ya estaba visto”. 
Algunos desde el análisis y acción para corregir, otros desde el miedo hasta a expresarlo públicamente, todos coinciden en que los resultados de la prueba Aprender desnudó que el sistema falló y el resultado es que miles de jóvenes no lograron adquirir los conocimientos esenciales para aspirar a una superación desde lo académico y que se traslada a sus vidas.
El director de la escuela más grande de Leandro N. Alem, la Normal Superior Nº 1 que alberga a niños desde Nivel Inicial hasta el instituto superior con carreras terciarias, Pedro Andersen, dijo “respecto a los resultados de la evaluación Aprender, me parece que debiéramos tomar nota tanto desde la escuela, como las familias y el estado básicamente” y agregaba que “desde la escuela reflexionando  acerca de nuestras prácticas pedagógicas, desde las familias acerca del acompañamiento a sus hijos en la trayectoria escolar y el Estado como garante de la educación que lo es, fijando políticas educativas y el debido control”.
En la Normal 2 de Montecarlo la apreciación fue por la falta de información para los alumnos.
“Si es así como dijo el presidente (Macri), creo que el alumno merece respeto”, dijo la directora Nora Argüello. Y argumentó: “porque aparecen en las escuelas y dicen que los alumnos tienen que rendir y les toman todos estos conocimientos que se supone que se dio hasta quinto año. Pero toda persona que  tiene que ir a rendir una evaluación antes que nada tiene un programa,  bibliografía para estudiar y con qué defenderse, acá eso no pasó”, criticó.

“No sorprenden los resultados”
Otro tópico común que ha dejado la prueba nacional es que no hubo asombro, al menos para las personas relacionadas de cerca con la educación.
Así se encargó de explicitar Magdalena Saieg, directora de Programas de la Fundación Cimientos de Buenos Aires. 
“Los datos que arrojaron las Pruebas Aprender que señalan que la mitad de los alumnos que terminan el secundario no comprenden lo que leen y tienen serias dificultades con las operaciones básicas de matemática no son una sorpresa  porque es lo que vemos a diario en las aulas”
Seguidamente dijo que “los que trabajamos en educación sabemos que hay chicos que llegan al secundario sin saber leer. No es ninguna novedad. Por eso lo fundamental es comenzar a trabajar hoy con ese diagnóstico en las manos para revertirlo”.
Según la mirada de la especialista en educación “la instancia de la evaluación es muy importante, nos muestra una realidad, pero lo fundamental es lo que viene después de esa evaluación, el trabajo concreto que se debe hacer en las aulas para mejorar la calidad de la enseñanza”.
“Si sabemos que los alumnos del secundario tienen dificultad en comprender textos, veamos de qué manera estamos enseñando y probemos en hacerlo de un modo más efectivo” y añadió “lo mismo para matemática, dejemos de estigmatizar a esta materia como algo difícil”.

Plan Maestro y dudas
Saieg detalló que “obviamente que todos estamos de acuerdo con los lineamientos principales del Plan Maestro con el cual el Gobierno piensa corregir los principales déficit del sistema educativo, pero más allá de sus nobles objetivos es necesario saber cómo se va a financiar ese plan, quien lo va a conducir y de qué manera se va a implementar en todo el país, porque cada provincia tiene una realidad propia con necesidades puntuales”.
Enfatizó: “en nuestro país tenemos leyes fundamentales en materia educativa como la de Financiamiento Educativo y la de Educación. Ahora se supone que vamos a tener una nueva, el Plan Maestro. Bienvenida sea si sirve para mejorar las cosas. La cuestión es cumplir lo que está escrito. Las leyes sirven cuando se cumplen y se alcanzan sus objetivos”. Y puso como ejemplo la Ley de Financiamiento Educativo sancionada en 2005 que tenía la meta de llegar al año 2.010 con el 30% de las escuelas con jornada extendida y hoy, a siete años de esa fecha, no llegamos ni siquiera al 13% de ese objetivo, “la jornada completa implica la construcción de más escuelas, si queremos que todos vayan a doble jornada, vamos a tener que construir nuevas escuelas y la pregunta obvia es de dónde van a salir los fondos para esas infraestructuras”.