La pureza de Córdoba

Lunes 25 de diciembre de 2017 | 01:00hs.

Cuando comienzan a enumerar las bondades de Córdoba, el viaje a la provincia mediterránea se convierte en tentación. Porque en el catálogo aparecen las sierras, la ciudad, los balnearios, el teatro, las ferias... un menú más que atractivo que se combina con el 'aire puro' que -señalan- se puede sentir en primera persona.

Fue así que decidí hacer escala en Villa Carlos Paz, en enero, punto estratégico si los hay. Y se arranca con el pie derecho porque ante cada paso hay buenas intenciones de los anfitriones de que la estadía sea óptima y se pueda exprimir al máximo el tiempo. A partir de ahí sólo es cuestión de acomodar horarios: se puede recorrer la ciudad con los cerros y la costanera sobre el Lago San Roque como emblemas, hasta caminar sin marearse por el centro. Acá se debe hacer un punto: el crecimiento de los visitantes en los últimos años llevó a que el sector con más movimiento se vea desbordado (en la tarde-noche) en un circuito chico, en el que conviven cafés, boliches, teatros, restoranes y feria.

Igual, si preferís mayor tranquilidad, a sólo siete kilómetros está el pequeño poblado de San Antonio con excelentes lugares para alojarse y el balneario sobre el río homónimo.

El bonus son las excursiones: la que es imperdible es la que te lleva a las altas cumbres. Allí te pasan a buscar temprano y puede ocurrir de todo con el clima. Partir con el día nublado, lluvia en parte del camino, frío cuando bajás para ver el paisaje y sol cuando te detenés a almorzar. Es recomendable el cabrito asado y el lugar donde se ven cuatro provincias en un punto llamado la 'Quebrada del condorito'. Al regreso, un par de horas en el balneario de Mina Clavero es la frutilla para decir que la jornada fue redonda.

Córdoba te atrapa. Por algo Germán Daffunchio, líder de Las Pelotas, eligió las sierras como punto de inspiración.

 

Gilberto Pérez
Periodista